Alaria llegó a la legendaria casa Black. Sonrió, estaba libre de Potter. Los Weasley y iba tener una navidad con su tío y prima. Sin contar a Remus. Metió su baúl con dificultad. Aspiro el aire. Hasta que vio dos caras apáticas en su contra. Ginny y Ronald Weasley. Frunció el ceño.
- ¿Tío Sirius?- pregunto en voz alta. No recibió respuesta. Pero paso por ellos para subir a su habitación. En el mismo piso en el estaba la de su Tío Regulus y Sirius-. kreacher...
El elfo apareció inmediatamente. Asustando a la chiva. Pero suspiró al verlo ahí.
-Kreacher ha venido a atender a su ama, Kreacher bueno- dijo repetidamente.
Ella asintió.
-¿Podrías decorar mi habitación de color Verde?- sin duda alguna, ser de Slytherin era algo que le gustaba. La sala común al principio le parecía lúgubre, pero ahora era donde más le gustaba estar. Y sin mencionar que una sirena se asomó por su ventana el primer día-. Si no es mucha molestia.
Podía ver el calamar gigante por toda su sala. Era genial.
-¡Kreacher está encarando, ama! ¡Kreacher lo dejara como la del amo Regulus y la ama Melania!
Ella sonrió agradecido. Mientras bajaba a la cocina por algo de comer. O buscando unos adornos esa lúgubre casa, debía sentir el espíritu navideño. Desgraciadamente su suerte no era algo que le fuera constante. Encontrándose con Harry Potter enfrente de ella mirándole con esos estúpidos ojos esmeraldas que le parecían hermosos. Estiró las camisuras de sus labios mostrando una sonrisa a Alaria. Ella quería tirarle la sonrisa de un puñetazo a lo muggle. Su padre le había enseñado eso cuando un abusivo niño gordo y robusto llamado Dudley que había tenido la desgracia de conocer.
-Hola, Alaria...
"¡maldito niño que vivió!" Pensó con disgusto mientras su garganta se negaba a decir algo.
-Potter- soltó con frialdad y desagradó.
-¡Maldito mestizo! ¡Cómo te atreves a dirigirle la palabra a mi honorable nieta!- grito Walburga al despertar desde su cuadro. Por primera vez Alaria quería a esa vieja loca y tétrica.
Ante la distracción logro escabullirse hacia la cocina donde estaban Remus leyendo el periódico mágico. Sonrió. Una cara conocida. Llegó a el depositando un beso en su mejilla.
-¡Tío Remus!- saludo alegremente. Remus no pudo evitar sonreír. Había conocido a Melania Black en Hogwarts quien siempre los cuido de los Slytherin abusivos. Aunque siempre tenía que defender a los Slytherin de ellos. Por qué con el paso de los años James y Sirius se volvieron desastrosos y en cuarto año, Melania ya no estaba en la escuela. Aunque siempre iba a casa de James a visitar a su hermano menor. Y con todo lo que pasó se hizo cargo de ellos con su novio.
-¡Ali!- dijo con una sonrisa-. ¿Que tal Hogwarts?
-¡Exelente!- se sentó frente a el-. ¿Todo bien?
-Todo bien ahora que llegaste- dijo mientras bajaba el periódico.
-¿Podrías mostrame unos hechizos más tarde?- hizo los ojitos de perro mojado como decía su madre.
-¡Sirius! ¡Alaria está manipulandome de nuevo!- quiso cambiar el tema el hombre lobos.
- Tío Moony- volvió a insistir.
-¡Está bien!- se tapo los ojos.
-¡Alaria!- dijo Sirius llegó mientras traía un mandil de Santa Claus y una diadema de reno-. ¡Que te he dicho sobre manipular a tu tío Remus si me puedes manipular a mi!- Alaria sonrió inocente.
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•°Obscurial°•
Fanfiction"Si no me controló podría destruir todo, y no quiero destruir lo único que tengo. Lo siento por ser una carga" Esta obra está ambientada desde el quinto libro en adelante. Todos lo derechos de autor son reservados para J.K Rowling, a excepción de Al...