Era viernes, afortunadamente para su mano, hoy se terminaba su castigo con la cara de sapo. Le ardía, el simple toque la hacia retorcerse de dolor. Esa vieja era una cosa cruel y retorcida. Ya había una marca. Y estaba hinchado. Con cuidado se puso su uniforme, tapando con su túnica el corte. Bajo tranquilamente. Su mochila estaba en el hombro. No había comido muy bien estos días, mucho menos ceno. Debido a que tenía dos castigos. La cara de sapo y viejo de cabello grasiento que curiosamente le caía bien en algunos momentos. Se sentó junto a Draco. Este estaba a su izquierda. Casi no usaba esa mano por la herida que tenía. ¿Ya había comentado que le dolía con el infierno. Pero no hacía nada cuando la vieja le miraba intentando intimidarla. Había tenido una maestra en particular, era una bruja, nunca le enseñó nada. Solía pegarle con una regla en sus manos si se equivocaba en gramática o su letra era horrible. Por eso escribía de manera pulcra y limpia. Su madre llegó temprano de las compras , o bueno se regreso por qué no llevo el dinero. Ese día fue el más feliz. Su madre era demasiado protectora y cuando se dió cuenta pego un grito en el cielo. Sus pensamientos fueron apagado cuendo sintió la mano de Draco apretar la suya. Hizo un sonido de dolor. Apartó su mano inmediatamente. Sintiendo punzadas. Draco frunció el ceño. Tomó el brazo de la chica.
-¿Que es lo que sucede, Black?- pregunto intentando ver su mano.
Alaria forcejeo un poco hasta que se libró.
-Nada que te importe, hurón idiota- se levantó.
Draco no se daría por vencido. Se levantó tras ella. La acercó a él de un jalón tomándola desprevenida viendo la herida, roja y tierna, hinchada. La miró con ojos preocupantes. Pocas veces se podía ver a Draco Malfoy preocupado por algo que no sea el, sus amigos y su cabello.
-¿Quien lo hizo?- pregunto.
Alaria se volvió a soltar.
-Nadie que te importe- le escupió-. Debo ir a clase.
(...)
Alaria salió del despacho de la cara de sapo junto a Harry. Este último hizo una mueca. Compartieron un suspiro de alivio. La Black había notado como Potter estaba atento de los candidatos al equipo de quidditch de su casa. Nunca lo había jugado ,y menos había leído de el. Era ajena a eso. Pero sin duda era algo que le interesaba. Ella no era una persona que intentaba cosas nuevas ,por qué tenía miedo de fracasar. El azabache sonrió mientras caminaban juntos.
-¿Te gusta el quidditch?- pregunto el Potter emocionado.
-Nunca lo he jugado-se encogió de hombros-. No sé si soy buena.
-Bueno... Si algún día quieres intentar- dudo un poco-. Yo podría enseñarte.
Alaria sonrió
-Esta bien, cara rajada- bromeo-. No te molestes cuando te aplaste.
Harry alzó las cejas.
-Nunca podrás con el buscador de Gryffindor- admitió orgulloso.
-Ya lo veremos , Potter- dijo divertida-. Me voy, castigo con Snape
Se separó. Camino tranquilamente hacia la biblioteca. Dejó su varita en manos de Snape. Había libros en las mesas. Malditos ,niños. Dejaban los libros en ellas para molestarla. Los tomó en su brazo izquierdo para acomodarlos en sus lugares. La bibliotecaria seguía ahí. Así que tenía que hacerlo ella sola. Sin su manita mágica. Debido a que Snape sospechaba algo. Ayuda exterior. Lo difícil sería barrer y trapear. No quería usar su mano izquierda. Debía aturdir a esa mujer. Entonces cuando escucho el eco, la bibliotecaria estaba durmiendo en su escritorio. Frunció el ceño, entonces una cabellera plata se visualizo.
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•°Obscurial°•
Fanfic"Si no me controló podría destruir todo, y no quiero destruir lo único que tengo. Lo siento por ser una carga" Esta obra está ambientada desde el quinto libro en adelante. Todos lo derechos de autor son reservados para J.K Rowling, a excepción de Al...