Su espalda recta, su mentón en alto y su cabello completamente liso color negro. El uniforme de Slytherin estaba perfectamente pulcro. La oscuridad envolvente que reflejaban sus anteriores ojos dulces que habían visto como alguien tan importante en su vida era recibido por Hades en el infierno. Perdió el sentido del cariño mientras el temor estaba a flor de piel. Con el ascenso de Tom Riddle, habían vuelto a Hogwarts en chimenea para más seguridad. Aunque ella ya no la necesitaba. O tal vez.
-Draco- llamo la azabache apretando sus libros al pecho-. Dámelo.
El peli plateado miró a su amiga asintió. Subió a su habitación siendo seguido por la Black. Finalmente ella bajo con la excusa de que iría por un pie a las cocinas. Pero verdaderamente se dirigió al salón de pociones. Escuchaba los murmullos llenos de exasperación y frustración en la boca de aquel hombre regordete que parecía un tonto pero era astuto. Solo repetía una cosa, "No se nada sobre ellos, los Horrocruxes son desconocidos"
El término causó intriga. Ella había leído vagamente sobre ellos. Era algo que no sabía por completo. En la sección prohibida, solo mencionaban que era un objeto de terrible magia negra. Pero conocía a alguien que le dejaría en claro que era eso.
Decidido salir de las tinieblas, con aspecto dulce sin levantar tantas sospechas.
-Buenas noches, Profesor- saludo con inocencia mientras entraba.
El hombre se asustó al principio pero sonrió al ver a su estudiante estrella que sobresalía no por ser una elegida. Si no por su inteligencia.
-Alaria- soltó como si estuviera viendo a un unicornio-. Me alegra verte.
-A mi también, profesor- tomó asiento en una banca-. Solo pasaba por aquí para decirle o más bien pedir disculpas...
-¿Disculpas? ¿Por qué tendrías que disculparte?
Ella sonrió. Pero no dijo algo que revelará sus intenciones.
-Por declinar a sus invitaciones, pero con todos mis TIMOs ,a penas tengo tiempo de asistir a sus cenas- el hombre regordete suspiro.
-Querida, por mi no existe problema alguno, me alegra saber que sigues los pasos de tu madre... Ella siempre fue una persona muy brillante- la azabache recargo su mano en la banca mirando al hombre-. Siempre la veías de aqui a allá, aunque su hermano Sirius no se la dejaba fácil, el y James siempre sacaban a Melania de quicio.
-¿Y Regulus?- quiso saber.
-Regulus adoraba a su hermana- explicó-. El se comportó siempre, no quería ser la carga, muchas veces lo veía pelear con su hermano por Melania... El no quería que Sirius fuera la carga, creo que eso ocasionó que se fuera de su casa.
Alaria levito el hidromiel dejándolo sigilosamente en uno de los muebles sin que el hombre se diera cuenta.
-Siempre escuchó lo buena que fue mi madre, no lo niego... Pero- suspiró fingiendo aflicción-. Solo seguiré imaginando mi vida con ella...
-Lo siento, Alaria...
-No se preocupen profesor- se levantó alisando su falda-. Debo irme.
El hombre asintió, se había contagiado de la pena de Alaria. La azabache paso a su lado sacando su varita, y por la espalda apunto. Comenzando a borrarle la memoria de su presencia ahí ese día. Salió cautelosa.
Notando el letrero.
CLASES DE APARICIÓN
Si tienes diecisiete años o vas a cumplirlos antes del 31 de agosto, puedes apuntarte
a un cursillo de Aparición de doce semanas dirigido por un instructor de Aparición
del Ministerio de Magia.
Se ruega a los interesados que anoten su nombre en la lista.
Precio: 12 galeones.
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•°Obscurial°•
Fanfiction"Si no me controló podría destruir todo, y no quiero destruir lo único que tengo. Lo siento por ser una carga" Esta obra está ambientada desde el quinto libro en adelante. Todos lo derechos de autor son reservados para J.K Rowling, a excepción de Al...