•°La orden del fénix°•

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Aparecieron frente a un lugar, fonde habían vários departamentos. Alaria rascó su brazo nerviosa. Albus recordó lo escrito en aquel papel. La pelinegra retrocedió asustada cuando cada parte del lugar comenzaba a desplazarse. El hombre de barba larga sonrió divertido, ver a la chica detrás de él como un cachorro asustadizo era algo dulce y tierno. El hombre asintió, comenzaron a caminar a el nuevo apartamento que había aparecido. Número 12 Grimmauld Place. Dumbledore movió su varita. Anulando cada hechizo de seguridad. Un viejo pasillo lleno de telarañas, polvo y mugre. Habían cosas extrañas, habían voces provenientes de arriba. El hombre se detuvo.

-Esta es la casa de tu familia- informó

-¿Mi familia? ¿Mi verdadera familia?- pregunto un poco menos cohibida. Albus asintió.

-Los Black- sonrió-. Bueno de tu familia materna, Melania Black.

-¿Y mi padre?

-Todo a su tiempo, Alaria, te veré en hogwarts , confío en que mantendrás el control- afirmó sonriendo. La chica asintió tímidamente-. Tus cosas serán enviadas aquí.

-¡Profesor Dumbledore!- saludo Molly saliendo de la cocina-. Tú debes ser Alaria...

-Un gusto... Supongo- respondió débilmente. La mujer pelirroja sonrió maternalmente abrazando a la niña entre sus brazos. Para cuando se separaron el director había desaparecido del lugar.

-Ven, apuesto a que tienes hambre. El viaje debió ser duro- Alaria hizo una mueca. Vas fueron caminando a una puerta donde cruzarían. Llamando la atención de todos ahí. Alaria trago grueso, aún no asimilaba todo lo que estaba pasando. Tenía miedo de lo que había hecho-. Oh chicos... Tenemos una nueva invitada...

-Soy Alaria... Alaria V...- antes de que continuará con el apellido Muggle de sus padres "adoptivos", sintió como sus hombros eran apretados suavemente.

-Ella es Alaria Black... Mi sobrina- sonrió, la niña de dió la vuelta. Al encontrarse con un hombre de cabello castaños en rulos, completamente revueltos, atuendos extremadamente raros para su gusto. Un chico de cabello azabache salto de su asiento, tenía los ojos de un verde esmeralda muy lindos. Parecía consternado.

-¿Tú sobrina?- pregunto una chica de cabello mieles que en teoría parecía un nido de aves.

Alaria respiró hondo, no tenía remedio. Tenía que afrontar las cosas, no podía esconderse detrás de la gran barba de Profesor Dumbledore.

-¿Algún problema?- pregunto firmemente

-No... Es solo que creí que tenías otro apellido...

-Creo que ya me han presentado sin embargo no sé tú nombre- se cruzó de brazos. Sirius sonrió divertido, sin duda se parecía a su hermana mayor

-Harry , Harry Potter- dijo sin más mirando con desconfianza.

-Y yo soy Sirius Black, tu tío- sonrió con suficiencia-. Si no tienes algún inconveniente ,¿Podrías acompañarme?

-Okey- se encogió de hombros-. Te veré después, niño rayo- señaló su cicatriz. El hombre conocido como canuto la guío fuera del comedor. Lupin miró a su amigo quien parecía encantado de volver a ver algo que le recordará que no toda su familia era mala.

Alaria miraba como cada cuadro se movía intentando verla con detenimiento, susurrando cosas con otros retratos. Hizo que su cabello cubriera su rostro ,un elfo se detuvo frente a ella. Abriendo los ojos sorprendido. Antes de que Sirius lo corriera , debido a su mal comportamiento. El elfo tomó la mano de la chica llevándola a una puerta de madera perfectamente limpia, con una placa donde se podía leer perfectamente el nombre de su madre. Sirius parpadeo, esa habitación estaba cerrada desde que Melania había abandonado la residencia para unirse a las filas del señor oscuro. Alaria dudo unos segundos antes de tomar el picaporte, Kreacher sonrió de manera tétrica, impaciente por la lentitud de su nueva ama. La puerta se abrió de par en par. Alaria miró al elfo asustada, este bajo la cabeza. La chica se agachó.

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