R+E [Reddie] (En Edición)

Capítulo Veinte

Richie sentía como su corazón palpitaba con fuerza. Abajo de él se encontraba su querido Eddie, quien lo miraba de una forma que él no podía decifrar, aquella mirada castaña que tanto deseaba y amaba en secreto, ahora se encontraba a una corta distancia, ¿Acaso se encontraba soñando?.

-Hola...- susurró el menor con una extraña dulzura que él solamente había imaginado en sus sueños, pero mierda. Sonaba mil veces mejor, ¿Cómo se sentiría si hubiera pronunciado su nombre de aquella forma? Richie solamente pudo maldecir mentalmente al sentir el calor se subía a sus mejillas, todo parecía detenerse y dejar de importar. En aquel momento a Richie no le importaría si moría en la mirada de aquel asmático, las mariposas en su estómago revoloteaban con fuerza y rapidez, y el bocazas podía jurar que su corazón se saldría de su pecho si seguía en aquella posición con el menor, pero ¿Porqué habría que separarse? Aunque no podía ver su alrededor, debido a la cercanía que mantenía con el pequeño, podía mínimo poder apreciar su rostro. Su pálida piel, sus ojos castaños, su cabello y aquellas pequeñas que decoraban su nariz y mejillas, Richie moriría en cualquier momento de ternura.

Miles de emociones explotaron en su interior, ansiosas de poder salir y cumplir el deseo de aquel bocazas. Su vista se desvío a aquellos labios entre abiertos, decorados de un bello color rosado, ¿Cómo se sentiría besar a Eddie? Richie rodeo con un poco más de fuerza la cintura del menor ante aquella insignificante pregunta para muchos, pero para Richie fue como una explosión en su cabeza, un golpe duro y un nuevo deseo que se guardo en su corazón, los dos en aquellos momentos deseaban decir tantas cosas, pero ¿Acaso no lo estaban haciendo ya? Aquellas miradas, aquellos insignificantes gestos que se hacían el uno al otro, decían mucho más que unas simples palabras, pero a pesar de aquello, siempre decidían ignorarlas, hacerse creer que no significaban nada.

-Richie yo...- sus corazón latieron al unísono, sus respiraciones se mezclaban y el nerviosismo en ambos era más que evidente, en aquel momento su alrededor y la mente de ellos se enfocaba solamente al contrario, se concentraban en admirar y guardar en sus mentes y corazones el rostro del contrario, era el momento perfecto.

-¡Chicos!- y el momento se arruinó. Eddie se sobresalto por el grito de sus amigos, los estaban buscando y lo primero que le llegó a la mente fue empujar al pobre bocazas aún lado de él, para ello junto sus manos y agarro algo de agua y se la lanzó a Richie mojandolo por completo y al mismo tiempo empujandolo. En cuanto llegaron los demás, Eddie se encontraba parado a unos metros del azabache mojado y Richie se encontraba sentado en aquel río totalmente mojado y sin sus gafas y más atontado de lo normal.

-¿Qué está sucediendo aquí?- exclamó Mike con su ceño fruncido, tratando de no reír ante la escena y el aspecto que mostraban sus amigos.

-Verán...- antes de que el menor logrará decir alguna cosa, un monton de agua lo interrumpió y la risa del bocazas inundó el lugar, siendo seguido esta misma por los demás. -Me la vas a pagar idiota- exclamó el menor con su ceño fruncido, volviendo a lanzar algo de agua hacía el rizado, y así  queridos amigos una nueva guerra se había desatado entre Eddie y Richie, quienes reían mientras se mojaban entre ellos. Los demás se miraron entre sí y solamente pudieron sonreír y se metieron a aquella batalla de agua, enfocándose en disfrutar un día más de aquel verano. Las horas pasaron y lo sucedido entre Eddie y Richie se fue olvidado con lentidud por el momento.

[...]

Eddie fue el primer en llegar al Aladdin, se encontraba sentado enfrente de este, esperando a que alguno de sus amigos llegara. El día anterior habían acordado todos reunirse ahí para pasar el tiempo juntos el día del desfile, pero ahí estaba él. Solo sentado en la banqueta esperando a que alguno llegara, eso le sucedía por querer irse antes de tiempo de su hogar y sobreprotectora madre. Suspiró y miró su alrededor, la gente caminaba de ahí por allá mientras platicaba con sus amigos o familia, ¿Algun día podría ser así con su madre? Apretó sus labios ante aquello, su madre era una buena madre, pero él mejor que nadie sabía que entre ellos poco a poco se encontraba formando una relación familiar hasta cierto punto tóxica, odiaba el hecho de que había veces que él creía que dependía mucho de su mamá, la quería, pero no podían hablar de otras cosas que no sé tratarán de su salud.