R+E [Reddie] (En Edición)

Capítulo Catorce

Eddie respiro hondo. Él no podía negar que lo que sentía, no podía decir que no se encontraba preocupado por el de gafas quien simplemente podía sonreír, ¿Cómo podía sonreír después de lo que le había pasado? ¿Cómo era posible que siguiera haciendo bromas sobre lo que había sucedido? ¿Porqué no sentía rencor o miedo? O ¿Porqué no quería mostrarlo? Eddie apretó sus labios ante aquellos pensamientos, aquellas dudas que solamente podían provocar una mayor preocupación en él, pero... ¿Porqué no podía dejar de lado por unos momentos que estaba enamorado del azabache? Sentía como su corazón latía con rapidez al saber que aquello era lo que admiraba del contrario, aquella forma de tratar de ver lo gracioso, aquella forma en que solamente sonreía a pesar de lo que le sucedía.

El asmático estaba perdido. Estaba perdidamente enamorado de Richie Tozier, ya no podía seguir ignorando aquel sentimiento que solamente podía crecer, no podía seguir tratando de negar lo que ya era parte de él. Aquel amor que crecía conforme el tiempo pasaba, cada vez más hasta el punto de asfixiar al menor. Si en algún momento le hubiesen dicho que se enamoraría de aquel bocazas, definitivamente se hubiera reído. Eddie sonrió, mirando a aquel bocazas que hablaba animadamente con él líder de aquel grupo, a pesar de todo lo que sucedía él no poda dejar de recordar lo que sentía por el azabache.

–Él está bien, Eddie– exclamó la pelirroja con una sonrisa. El nombrado  se sobresalto por la repentina llegada de la oji-celeste quien le sonreía con tranquilidad, Eddie solamente asintió nerviosamente mientras abrazaba sus rodillas sentado en aquel césped. Bev se sentó aún lado de él, mostrando aquella sonrisa tranquila mientras observaba aquel hermoso paisaje. –Es lindo, ¿no?– agregó mirando su alrededor, Eddie solamente pudo sonrojarse mientras tragaba en seco, moviéndose frenéticamente aún lado ante lo que había dicho la pelirroja, creyendo que se refería a otra cosa o más bien a alguien.

–¿¡Ri-chie?!– pregunto de forma nerviosa, mientras sentía como su corazón palpitaba en su garganta. La oji-celeste alzó una ceja ante la extraña reacción del castaño, sonrió con tranquilidad comprendiendo lo que aquella reacción significaba con tan solo ver como se encontraba el asmático, ella solamente en un principio se refería a lo que era aquel hermoso paisaje, pero definitivamente no podía dejar pasar lo que se encontraba viendo.

–Sí– mintió con una sonrisa, el castaño no fingió su sorpresa ante aquella respuesta afirmativa. Mordió el interior de su mejilla y volvió a sentarse como se encontraba hace tan solo unos segundos, miró a la pelirroja durante unos segundos y solamente bajo su mirada.

–Yo creía que te gustaba Bill– susurró con un sentimiento de esperanza, algo que lo aliviará de aquel sentimiento que se encontraba llenandolo en aquellos momentos, ella suspiró y solamente mostró aquella sonrisa tranquila y llena de una paz que solía reconfortar a cualquiera que la viera.

–Me gusta Bill– aseguró. –Pero a él le gusta alguien más, solamente que él no se da cuenta de ello o quizás piensa que es normal lo que está sintiendo– exclamó dando una pequeña mirada disimulaba al de mirada esmeralda, quien platicaba con tranquilidad con el judío. Eddie alzó una ceja ante aquello sin poder entender a lo que se refería a la pelirroja con esas extrañas palabras a Bill ¿Le gustaba alguien más? Bev desvío su mirada al hipocondríaco. –¿Y a ti te gusta alguien Kaspbrak?– Eddie olvidó cómo se respiraba en aquellos momentos.

Mientras tanto el azabache se encontraba  hablando con Hanscom y el Gran Bill, planeando algo que para el de gafas era simplemente una locura, pero ¿Realmente sería la primera vez que comenté una? Escuchaba atentamente las palabras del robusto hasta un extraño chillido que reconocía a la perfección sono por aquel lugar, las miradas de todos se enfocaron en el castaño quien parecía ser un tomate viviente. El azabache alzó una ceja sin entender el porqué de aquella exclamación nerviosa por parte del menor, fue hasta que sus ojos se enfocaron en la pelirroja quien mantenía una sonrisa entre tranquila y pícara. Bill y Richie intercambiaron miradas sin entender lo que estaba sucediendo, solamente algo en un rincón de su mente se repetía aquella escena sabiendo de que algo había dicho la pelirroja para que el menor reaccionara de aquella forma tan peculiar de él, no pudo evitar sentir aquel estúpido sentimientos de celos llenarlo por unos momentos.

–Yo...– exclamó de forma nerviosa el menor, tratando de controlar su corazón el cual palpitaba con fuerza hasta el punto de que Eddie creía que este mismo saldría de su pecho. –Me tengo que ir– agregó tratando de poder aclarar su voz con la esperanza de sonar lo más normal posible, lo que claramente fue en vano. Antes de que alguien pudiera decir algo, él menor simplemente huyó de aquel lugar, dejándolos con las palabras en la boca. Principalmente a aquel azabache que miraba con cierto desconcierto el lugar por donde el asmático huyó, apretó levamente sus labios decidido a ir a buscarlo, pero una mano se coloco en su hombro con suavidad, deteniendolo de lo que era más que evidente que quería hacer.

–Iré yo Rich– exclamó la oji-celeste con suavidad, sonriendo de tal manera en que los sentidos del rizado se relajaron levemente, pero aquel sentimiento de alerta volvió al recordar de que había huido por lo que sea que la pelirroja había hecho, apretó sus labios levemente, miró su alrededor y su mirada se enfocó en Stan y en Bill, los cuales lo miraban con curiosidad e intensidad, estaba llamando demasiado la atención.

–Está bien...– susurró con falsa calma, sabiendo realmente que se estaba resignando a una posibilidad de haber podido estar a solas por unos momentos con aquel hipocondríaco. Bev solamente sonrió y comenzó a correr hacia la dirección en la cual el asmático se había ido, dejando a aquel pequeño grupo de amigos atrás, Richie miró durante unos minutos aquel punto. Donde Bev y Eddie  posiblemente estarían en una platica de lo que sea que haya sucedido, pero después de todo ¿Él que podía hacer? No quería delatarse, al menos aún no deseaba hacerlo, sin saber lo que les estaba esperando en aquel verano Richie se sentó nuevamente tratando de conservar la calma, tratando de relajar sus sentidos, pero en Derry aquello sería siempre un grave error.