Capítulo Seis

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Aquel tiempo en que los perdedores estuvieron ahí, fueron sin duda los mejores de su vida. Todos reían y olvidaban con lentitud los problemas en sus hogares o dentro de sí mismos, gozaban y disfrutaban de aquel pequeño momento que solamente ellos estaban compartiendo. Eddie olvidó con lentitud aquel pequeño contacto que había tenido con él azabache, mientras que el contrario no podía despejar aquella perfecta y hermosa imagen de aquel asmático. Su corazón latía con rapidez con tan solo recordar que había acariciado la mejilla del menor, miró la yema de sus dedos y podía sentir el calor colocarse solamente en sus mejillas, podía sentir como aquellas mariposas volaban con rapidez en su estómago, pero podía sentir como con lentitud una hermosa caldiez inundaba su ser y pecho, la piel del menor era como alguna vez la había imaginado.

Aquel pequeño grupo solamente podían reír y competir entre ellos mientras jugaban en el agua. Almacenando cada pequeño momento dentro de su memoria con un deseo fuertemente de jamás olvidarlo, todo finalmente se veía lleno de luz y esperanza, finalmente aquel pequeño grupo mientras el tiempo pasaba podían sentir que pertenecían a algo que finalmente ellos eran alguien en la vida de otros. Estaban felices. Conforme pasaron los minutos decidieron que era mejor finalmente salir del agua por un rato y se sentaron en una gran roca a esperar de que se secaran, platicando entre ellos y disfrutando de aquel momento. Aunque claro cuando la pelirroja se fue a tomar el sol, vaya que se ganó ciertas miradas.

Richie suspiro por milésima más antes de rodar sus ojos y mirar a sus amigos, quienes miraban de forma boba y tonta a la pelirroja quien se encontraba acostada ajena a las miradas de aquel pequeño grupo. Desvío su mirada a Stan quien al igual que el solamente trataba de mantener la calma ante lo que sucedía, Eddie, Ben y Bill mantenían su vista fija como unos idiotas en la oji-celeste ignorando que Richie y Stan esperaban ansiosamente a que aquello terminará.

El rizado desvío su mirada al judío quien también lo miró, ambos mantuvieron aquella mirada antes de rodar sus ojos comprendiendo de alguna forma los pensamientos del contrario. Estaban de acuerdo de forma silenciosa lo que él contrario pensaba, pero ¿Qué podían hacer? Solamente podían fingir estar viendo a la chica para no ser descubiertos, hasta que finalmente estuvo su bella salvación. Bev volteo al sentir una extraña sensación y solamente se pudo tomar con sus amigos quienes veían otras cosas o fingían platicar entre ellos, claramente algo que ella no había notado. Richie suspiro y desvío su mirada azabache a la mochila abierta del robusto, sonrió finalmente con cierta malicia antes de comenzar a esculcar en las cosas de su amigo.

–¡Noticias Ben!– exclamó el de gafas mientras fingía tener un micrófono en su mano libre. –Estamos de vacaciones– agregó y miró con curiosidad lo primero que tomó de aquella mochila, viendo lo que parecía ser una carta, fruncio su ceño confundido e intrigado por lo que podría estar escrito.

–No es de la escuela...– exclamó el robusto ignorando el hecho de que Richie estaba viendo lo que portaba su mochila con el pensamiento de que el no tiene nada que ocultar dentro de ella, ¿Cierto?.

–¿Quién te envío esto?– preguntó el azabache sacando aquel pequeño papel y antes de poder voltearlo, Ben se lo arrebato con nerviosismo. Richie solamente sonrió con picardia y con algo de burla ante lo obvio que era Hanscom, pero dejando de lado aquello tomó lo que parecía ser una carpeta llena de hojas, lo abrió con su ceño fruncido. –¿Y este proyecto de historia?– preguntó mientras observaba aquellas hojas de periódicos impresos sobre ciertos sucesos que hubo en algún tiempo en Derry.

–Yo...– Ben miró a todos con cierto nerviosismo antes de continuar con sus palabras. –Cuando me mude aquí no tenía con quien salir así que comencé a ir a la biblioteca– finalizó, mientras miraba a quienes podrían ser sus amigos de ahora en adelante. Richie le pasó aquella carpeta a Bill quien miró aquellas hojas de forma detenida y curiosa, sintiendo su corazón latir con fuerza al mirar que Bev se acercaba y se sentaba aún lado de él, Bill sólo pudo tragar en seco y la miró durante unos segundos, simplemente Beverly era hermosa. Stan suspiró ante aquello y solamente abrazo sus rodillas y desvío su mirada a otro lugar que no fuera aquel dúo.
Mentiría si dijera que estaba bien, mentiría si dijera que se sentía orgulloso de lo que estaba sintiendo, pero ¿Qué otra cosa podía hacer? Entre más trataba de alejar aquel sentimiento, siempre volvía con mayor fuerza a él, aquello... No era justo.

–¿Ibas a la biblioteca?– preguntó incrédulo el bocazas hacía Ben. –¿A propósito?– agregó sin poder creer las palabras de Ben, quien sonrió y asintió con lentitud. Stan y Eddie comenzaron a hablar sobre lo que aquellas hojas decían, el último tratando de ignorar aquella mirada que el oji-verde le daba a la de pecas.

–Te hi-ciste un nue-vo corte– exclamó de repente el tartaja, sin poner atención a lo que sus amigos decían, Beverly lo miró atentamente sin decir ni una sola palabra esperando que de alguna forma esas no fueran las únicas palabras de Bill.

–Tú cabello se ve hermoso, Beverly– agregó Ben mirandola con una suave sonrisa, la oji-celeste sonrió y acomdo su cabello rojizo dándole un pequeño gracias ante sus palabras. Stan no sabía si sentirse aliviado de que Ben había dicho eso o no por el hecho de que Bill se le podía a notar a kilómetros que se había decepcionado un poco. El amor en esos momentos estaba  siendo una completa mierda para el judío. Pasaron los minutos y ahora que se encontraban con su ropa se dirigían a la casa de Hanscom a mirar lo que sea que este tenga en su habitación que pueda mostrarles sobre lo que fue alguna vez la historia de Derry, aquello era totalmente escalofriante, pero la curiosidad les había ganado más que el miedo. Claramente a excepción del castaño que seguía opinando que aquello era una total y muy mala idea mientras recriminaba a todos del porqué de aquello, pero después de todo seguiría a sus amigos a pesar del miedo o de lo tanto que pueda opinar que sea una mala idea, pero aquellas palabras poco a poco se iban con la brisa que golpeaba en sus rostros conforme pedaleaban y claramente con la ayuda del bocazas que provocaba que Eddie olvidara ese asunto con sus comentarios.

–¡Es aquí!– exclamó el robusto dejando caer su bicicleta en el cespd de su casa, sus amigos lo siguieron con una delgada sonrisa, pero mientras los otros seguían a Ben, Richie y Eddie se quedaron atrás.

–Mierda...– susurró el menor en el suelo, sí, el pequeño castaño al momento de bajar de su bicicleta y al tratar de acomodarla se atoro su pie y cayó junto a su bicicleta. Richie reía sin vergüenza alguna ante eso.

–¿Con esa boca besas a tu madre Eddie Espagueti?– preguntó el azabache mientras se acercaban con lentitud al castaño quien lo fulmino con la mirada.

–Callate bocazas– susurró el asmático, Richie sonrió con suavidad y extendió su mano hacía el menor quien con duda miró la mano del de gafas.

–¡Oh vamos Eddie!– exclamó con una sonrisa. –No te preocupes no me he mastur...–

–Beep beep Richie– exclamó el menor con rapidez, tomando su mano antes de que se arrepintiera de hacerlo, Richie sonrió jalandolo para que se levantará del suelo, Eddie susurro un gracias y comenzó a entrar a la casa dejando atrás al de gafas, quien al asegurarse de que él menor no se encontrará cerca, con el corazón golpeando su pecho miraba con una suave sonrisa la palma de su mano sin poder evitar pensar de qué la mano de Eddie y la de él... Simplemente encajaban a la perfección.

R+E [Reddie] (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora