Capítulo Veintiséis

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–Ustedes hicieron esto– exclamó la señora K tomando con rapidez el brazo de su hijo con el objetivo de irse y de alejarlos de aquellos "monstruos" que su frágil hijo hacía llamar como sus amigos, los señaló con forma acusadora y solamente podía sentir la ira recorrerle al observar como se encontraba su pequeño y querido hijo. –Saben lo delicado que es– mencionó entre dientes mientras obligaba al asmático a meterse en el auto sin dejar que el pudiera decir algo ante lo que estaba pasando.

–Nos ata-caron señora K– trató de justificar lo que había sucedido, pero muy dentro de él sabía que era su culpa lo que había sucedido, ¿Porqué no podía aceptarlo de una vez? Lo que se encontraba sintiendo ya no era solmanete culpa por lo que le había sucedido a su hermano menor.

–No, no trates de culpar a nadie– interrumpió, cerrando con fuerza la puerta del auto, fulminando con su mirada a aquel grupo que solamente podían sentir los nervios y el miedo aún recorrerles, finalmente desvío su mirada a su bolso y con rapidez tomó las llaves con la meta de irse de aquel lugar lo más rápido posible, pero por esta misma rapidez aquel montón de llaves callo al suelo, cuando la única chica del grupo trató de tomarlas, no pudo evitar sentir el asco y la ira crecer en su pecho, ¿Cómo a su hijo se le ocurría estar con alguien como ella? Con tan solo pensar en los miles de rumores que había de Beverly sentía un inmenso asco y un gran temor por su hijo al haber permanecido tanto tiempo con ella. –¡Deja!– gritó con rapidez, tomando las llaves con brusquedad y alzándose para observar a la pelirroja. –He oído de ti Beverly Marsh, no quiero que una sucia chica como tú vuelva a tocar a mi hijo– soltó con veneno.

–Señora K le ju-ro...–

–¡No, son unos monstruos, todos! ¿oyeron? Y Eddie ya no saldrá ¿escucharon?– finalizó con irritación, para finalmente caminar con rapidez hacía su auto, su pequeño necesitaba de ayuda inmediata. Ellos solamente se quedaron en silencio mientras observaban como la señora K se dirigía a su auto ¿Cómo fue que las cosas terminaron de esa manera? Dos de ellos habían salido heridos e incluso alguno de ellos pudo haber salido muerto, cuando el auto comenzó a alejarse los perdedores no pudieron evitar seguir el auto hasta detenerse en medio de la calle, mientras observaban como este se iba con rapidez. Richie no podía quitarse de la cabeza la última mirada que el menor había dado, no podía evitar sentir la ira comenzar a acularse en él conforme pensaba en lo que había sucedido hace tan solo unos malditos minutos, ¿Cuánto tiempo había durado en aquella casa? ¿Diez? ¿Veinte? ¡Pará ellos fue una maldita eternidad! ¿Cómo fue que en tan poco tiempo había sucedido tantas cosas? En un simple y abrir de ojos aquel maldito payaso tenía dos barras de hierro atravesando de alguna forma podía llamarlo su cuerpo y en otro simple y abrir de ojos había herido a Ben y en otro ellos ya se encontraban huyendo de aquel aterrador lugar abandonando la bicicleta del asmático, al cual lo habían sentado en la canasta que tenía Mike en su bicicleta y ni siquiera pudieron respirar en paz en cuanto llegó la madre del menor y se lo llevó.

Todo estaba saliendo terriblemente mal.

–Ya vi el pozo, sa-sabemos donde está y la próxima podemos ir más prepa-rados– ¿Qué acababa de decir?

–¡No, no habrá otra vez Bill! ¿Estas loco?– Richie no podía estar más de acuerdo con la respuesta que había dado el judío. Stan podía sentir el pánico y la preocupación de momento con tan sólo pensar en eso ¿Cómo era que Bill quería volver a entrar? ¿Porqué querría hacerlo? Eddie pudo haber muerto y ¿Quería volver a entrar? –¡Ustedes pudieron haber muerto, Bill!– recriminó el judío con brusquedad. –Si no hubiera sido porque Bev y yo llegamos ustedes...– suspiró tratando de poder controlar la tormenta de emociones que lo estaba orillando a aquellas reacciones, pero no podía evitar sentir tanto... Miedo. –No podemos hacerlo, Bill– finalizó tratando de conservar la calma, tratando de evitar aquella emoción que lo haría explotar contra el tartaja, aquella emoción era totalmente diferente. Aquel miedo que lo estaba invadiendo era totalmente diferente al que alguna vez hubiera sentido, tenía miedo, pero no de que a él le pudiera suceder algo, tenía tanto miedo que a alguno de los demás le sucediera, el miedo lo invadía con tan sólo pensar que podrían desaparecer y ser asesinados por aquel maldito payaso, no podía evitar temer que a Bill le sucediera algo.

R+E [Reddie] (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora