Aquel trío estaba disfrutando como podían aquel día, le prestaban menos atención a las películas y se concentraban en aquella guerra de palomitas que se encontraban teniendo, trataban de aguantar las carcajadas que un millón de veces hubieran logrado salir, pero ahí se encontraban ahora. Bev y Ben se aliaron para atacar a Richie quien mordía su labio en el débil intento de no gritar cada una de las palabras que estaba pensado, mientras que la pelirroja y el castaño mordían el interior de sus mejillas para no soltar aquellas tremendas carcajadas que se estaban aguantando, así pasaron las minutos en las cuales aquel pequeño grupo de amigos solamente disfrutaban de aquella improvisada salida. Como si el destino estuviera en contra de aquel pequeño grupo, las puertas se abrieron en un estruendo y aquellas risas resonaron en la sala a pesar de las miradas desaprobatorias de las demás personas, Richie y Bev fruncieron su ceño y apretaron sus mandíbulas al mirar a aquel grupo de idiotas, Ben en forma de un instinto coloco su mano en su estómago, en aquel lugar donde se encontraría aquella marca de por vida, apretó sus labios y su corazón estaba comenzando a palpitar con temor. Aquel sentimiento fue distraído al sentir como era jalado de su asiento hacia abajo, ocultándose con los asientos que se encontraban frente a ellos, quizás no había sido tan mala idea que hubiera elegido los asientos de hasta arriba.
-Debemos salir de aquí...- susurró con nerviosismo el robusto mientras el temor se instalaba en su rostro con rapidez.
-¿Te diste cuenta de eso tu solo?- exclamó el de gafas.
-¿Podrían guardar silencio?- interrumpió la pelirroja con rapidez. -Sí vamos a morir lo último que quiero es escuchar una discusión estúpida- agregó mientras se asomaba con cautela, apretando sus labios al notar como se acercaban entre carcajadas a donde ellos se encontraban.
-Ésto debe de ser una maldita broma- susurró el de gafas al imitar la acción de la oji-celeste.
-¿¡Qué vamos a hacer ahora?!- Ben miró a sus amigos quienes miraban a su alrededor con desesperación, tratando de hayar la forma de poder lograr salir de ahí. Richie apreto sus labios y suspiro, no se le ocurría otra idea y al parecer Bev se estaba dejando llevar un poco por el pánico y aquello no significaba nada bueno.
–Siganme– susurró el bocazas y comenzó a gatear al lado contrario de donde se encontraba la salida, Bev y Ben lo siguieron sin decir ningúna palabra y sus corazones comenzaron a latir con nerviosismo al notar que las risas de aquel grupo de matones aumentaba cada vez más, Richie quizo gritar al sentir como había colocado su mano en algo viscoso, mordió su labio con fuerza y solamente siguió con su camino maldiciendo a Bowers dentro de su cabeza. Cuando finalmente llegaron a las escaleras las bajaron de la misma manera ante las miradas curiosas de las demás personas de ahí, algunos reían y otros simplemente fruncian su ceño. Henry y sus amigos se habían sentado exactamente en la misma fila donde anteriormente ellos habían estado, Ben trago en seco aliviado de que hubieran salido a tiempo de aquel lugar. Aquel trío siguió gateando hasta que finalmente llegaron a aquella puerta, sintiendo finalmente la libertad y la calma dentro de ellos, Richie sonrió aliviado mientras que la pelirroja suspiraba con alivió y Ben trataba de controlar su risa nerviosa.
Todo hubiera sido perfecto.
Simplemente era cruzar aquella puerta y estarían finalmente a salvo de aquel pequeño grupo que Henry dirigía, hubieran quizás ido a los Barrens o a cualquier lugar alejado del cine Aladdin mientras reían nerviosamente ante lo que había sucedido y comentaban de la que se habían salvado, hubieran vuelto a retomar todo con calma y quizás hubieran vuelto incluso a divertirse, pero en Derry nadie nunca está a salvo, ¿cierto?.
Cuando finalmente estaban a tan solo centimetros de la puerta esta fue abierta, mostrando a aquella chica que tanto odiaba la oji-celeste, las esperanzas se fueron con lentitud cuando mostró una sonrisa en su rostro, se fue cuando aquella chica comenzaba a abrir su boca.
–¿Qué estas haciendo aquí zorra?– exclamó con gracia lo suficiente alto como para llamar la atención de cada uno de los que se encontraban en aquella sala, Beverly abrió sus ojos con temor y sorpresa y dirigió su mirada a donde se suponía que debían de estar Henry y sus amigos, la realidad cayó como un balde de agua fría al observar como Henry los miraba con una sonrisa llena de locura.
–¡Corran!– exclamó Richie con rapidez, sacando a Ben y Bev de sus pensamientos y temor. Se levantaron con rapidez y apartaron a Greta de un empujón quien solamente les grito a la lejanía, pero aquello no importaba, bueno no importaba más que salvar sus vidas. Sus respiraciones se volvieron aceleradas, en tan sólo unos segundos ya se encontraban fuera del Aladdin corriendo como si de eso dependiera sus vidas y así era, se podían escuchar los gritos de Henry y sus amigos a la lejanía, lamentablemente cada vez más cerca. Sus corazones palpitaba con termor y sus piernas estaban exigiendo con fuerza un descanso, pero no lo harían, ellos necesitaban salir de ahí. Todos miraban con confusión al mirar como corrían por Derry, pero de forma inmediata ignoraban aquello pensando que era normal que niños corrieran por las calles, pensando de que solamente estaban jugando, llegó un momento en que aquel pequeño grupo de amigos entraron a un callejon con una cerca de por medio, Richie soltó una maldicion, pero antes de que pudieran retroceder ya era demasiado tarde para ello. –¡Suban rápido!– exclamó el de gafas mientras el pánico se colocaba en su rostro al escuchar como la voz de Henry se escuchaba cada vez más cerca de ellos, Ben y Richie ayudaron a que Beverly subiera más rápido la cerca, después el robusto siguió con la ayuda del azabache quien solamente podía abrir su boca para maldecir a los cuatro vientos, el bocazas estaba comenzando a subir junto con Ben cuando sintió como alguien tomaba su tobillo. Volteo con rapidez y trago en seco al mirar como Henry jadeaba, pero mostraba una sonrisa maliciosa en su rostro.
–Les dije que sufrirían este verano, perdedores– exclamó con simpleza, Richie miró a aquel dúo que gritaban su nombre con desesperación, cayó al suelo cuando Henry jalo de él soltando un leve quejido de dolor al caer sobre su brazo.
–¡Richie!– exclamó la pelirroja con desesperación mientras comenzaba a trapear junto con Ben aquella cerca, el azabache solamente sonrió antes de fruncir su ceño.
–¡Vayan por ellos!– ordenó Henry mientras inmovilizaba al azabache quien se trataba de defender con todo lo que tenía, haciéndolo todo en vano. Los otros dos solamente asintieron y comenzaron a trapear aquella cerca con rapidez.
–¡Corran idiotas!– exclamó el azabache con desesperación, Bev y Ben intercambiaron miradas llenas de confusión y preocupación sin saber que hacer en aquel momento. –¡Aho...– sintió como aquel dolor recorría su mejilla derecha, sus gafas salieron volando a la lejanía y todo a su alrededor se volvió borroso con rapidez, solamente podía enfocar bien el rostro lleno de odio y locura que Henry daba, Richie comenzó a sentir como un hilo de sangre comenzaba a recorrer en su nariz después del segundo golpe.
–¡Richie!– exclamó nuevamente Beverly, pero se escuchaba a la lejania, parecía que la pelirroja se encontrara a varios metros de él, estaba aturdido y solamente podía sentir los golpes que Henry le daba en su rostro mientras reía con satisfacción.
–¡Nunca aprendes! ¿¡Cierto marica?!– exclamaba entre risas. –¿¡Cómo se siente?!– preguntaba mientras golpeaba el rostro del azabache sin parar ni por un segundo. –¡Largate de mi pueblo maldito marica! ¡Tu no perteneces aquí!– agregó, finalmente dejando de golpear el rostro del bocazas, quien solamente tosio con dificultad y sonrió como pudo mirando aquel cielo celeste de verano.
–Siento que nunca tendrás estilo...– susurró en un hilo de voz totalmente herido.
Henry estaba decidido a matarlo en aquel momento.
ESTÁS LEYENDO
R+E [Reddie] (En Edición)
Fanfic[Spoilers It capítulo dos] Richie finalmente sintió lo que aquella enfermiza y estúpida palabra significaba, cada pequeña cosa que la caracterizaba finalmente la entendía en sus tan solo trece años de edad. Las mariposas en su estómago, los pensami...