–¡Bill!– grito la pelirroja, tratando de detener al tartaja, el cual se había acercado bastante a aquella maldita casa. –Bill, no puedes hacer esto ¡Es una locura!– expresó la pelirroja mientras dejaba su bicicleta y se acercaba al tartaja.
–Les dije que no tenían que venir conmigo– respondió el oji-esmeralda con brusquedad, observando a sus amigos quienes se detuvieron en frente de él. –Pero, ¿Qué pasará cuando otro Georgie desaparezca u otra Bety o incluso uno de nosotros?– expresó con rapidez. –¿Van a fingir que no pasa nada cómo todos los demás en Derry? Porque yo no. Cuando vuelvo yo solo veo que Georgie no está ahí, su ropa, sus juguetes, su animales de peluche, pero el no está...– suspiró. –Así que entrar en esta casa, para mí... Es más fácil que entrar en la mía– finalizó dispuesto a entrar finalmente a aquella casa, secando las lágrimas que comenzaron a recorrer sus mejillas ante sus propias palabras.
–Wow...– expresó el azabache mientras observaba al tartaja.
–¿Qué?– preguntó Ben con cierta confusión ante aquello.
–No tartamudeo– respondió con simpleza, comenzando a seguir al tartaja.
–¡Esperen!–interrumpió con temor el judío, ganándose la mirada de sus amigos. –¿No creen que debería quedarse alguien para vigilar?– expresó con inquietud, Bill suspiro ante aquello. –Solamente en caso de que algo malo pase...– finalizó.
–¿Quién quiere que-darse afuera?– ante aquella pregunta sin dudarlo, todos menos Bev alzaron sus manos y se miraron entre ellos con cierta inquietud y tensión en el ambiente, Bill suspiro y vio cómo la mayoría mantenía sus manos alzadas.
–Rayos– expresó el azabache mientras bajaba su mano y al comprobar que la mayoría deseaba quedarse afuera.
–Vamos a tener que arre-glarlo– susurró.
[...]
Finalmente se encontraban entrando con cierta cautela y precaucion Bill, Eddie y Richie los dos ultimos con un amargo sabor en su paladar ante aquello.
–No puedo creer que perdiera...– tembló las voz del azabache al momento que se encontraban entrando cada vez más a aquel aterrador lugar. –Tienen suerte que no fuera medición de penes– exclamó tratando de tranquilizar aquel ambiente.
–Callate Richie– exclamó el asmático observando su alrededor, su corazón no podía dejar de latir con rapidez y el olor de aquel lugar solamente estaba provocando que las náuseas aumentarán, cada paso que daban más adentro de aquel estúpido lugar podían sentir una clara amenaza y riesgo, podían sentir que incluso como si eso los hubiera estado esperando con ansias de diversión, Eddie solamente trago en seco y sintió la necesidad de utilizar a aquel inhalador. –Puedo olerlo...– expresó con inquietud.
–No respires por la boca...– respondió el de gafas desviando su mirada en donde se encontraba una gran telaraña con hojas y con únicamente un papel en él, Richie se acercó con lentitud a este.
–¿Porqué?– preguntó con cierta inquietud el menor.
–Te lo estás comiendo...– respondió, ignorando el hecho de que Eddie había usado finalmente aquel inhalador después del comentario que el bocazas había dado, a través de la poca luz que entraba en el lugar y conforme se acerca podía ver aquellas malditas letras de "DESAPARECIDO" en aquella hoja, sintió como un hueco se formaba en su estómago al momento de ver aquellas letras verse en aquella hoja, pero al momento de tomar el papel y observarlo con detenimiento no supo si dejarla caer, romperla o mantenerla en sus manos, simplemente se quedó estático ante la foto que esta mantenía y leía una y otra vez el nombre del supuesto desaparecido. Su corazón latía con rapidez y el miedo lo inundó por completo, eso estaba jugando con él, de forma fugaz los pensamientos que había tenido antes de llegar a la casa de Bill inundaron su mente y podía jurar en aquellos momentos que si eso estuviera ahí se burlaria de él, aquella duda nuevamente llegó a su mente y la amargura inundó su paladar con tan sólo recordarlo.
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R+E [Reddie] (En Edición)
Fanfic[Spoilers It capítulo dos] Richie finalmente sintió lo que aquella enfermiza y estúpida palabra significaba, cada pequeña cosa que la caracterizaba finalmente la entendía en sus tan solo trece años de edad. Las mariposas en su estómago, los pensami...