'Til The End Of Time - Jasper Hale. [EN EDICIÓN]

03

Una paleta de caramelo de naranja adornó la boca de la menor de los Scott. Sus suaves pasos le hicieron ponerse en calma, y extrañamente el día de hoy estaba usando unos jeans ajustados, algo que no era tan común en la castaña.
Los ojos grises de la muchacha vacilaron un poco hasta encontrar su casillero entre el montón de estudiantes que habían esa fría mañana.
Algunos libros fueron dejados en el pequeño casillero, y cuando fue cerrado volvió a caminar hacia su principal objetivo, el salón de Álgebra.
Aquél día no había aparecido ninguna nota —para la suerte de la joven— aunque sí que había notado algo extraño, el rubio miel, dueño de unos ojos café dorado —y del corazón de Rose— estaba sentado en uno de los lugares solitarios de aquél salón.
La mirada del rubio miel se dirigió a Rose, quien confundida simplemente optó por tomar su lugar sin comentar mi mirar más al rubio.

Y, después de unos minutos de haber iniciado la clase, su suerte volvería a ser —al menos para la joven— mucho peor de lo que ya era.
No era que aborrecía al rubio, sino que temía más por su integridad física, emocional y psicológica debido a Lorelai, quien estaba comprometida a hacer la vida imposible a Rose, al menos, si no dejaba "en paz" a Jasper Hale.

El profesor había formado parejas para una exposición del tema que estaban aprendiendo en esos días, y por sí fuera poco él mismo haría las parejas de compañeros.

Juntando así a Jasper Hale —el nuevo alumno que había terminado en esa clase— quien había demostrado tener una gran capacidad para aquella asignatura, con Rose Scott, quien no mostraba un buen desempeño en los últimos días pero que parecía ser buena en algunos aspectos.

—Hola Rose —saludó amablemente el rubio miel a su nueva compañera de asiento—.

—Hola Jasper —la castaña está nerviosa, más que ninguna otra cosa, y no era exactamente porque el chico que le gustaba estaba frente a ella, sino porque sabía que Lorelai la observaba desde el otro lado del aula—.

Pocas palabras fueron compartidas por Rose, quien apenas podía pronunciar un sí y un no ante la posibilidad de salir golpeada de nuevo.

Jasper se encontraba ansioso, no sabía porqué la joven se comportaba de esa manera y porque su corazón latía tan rápido, porque él sentía tanta ansiedad en la joven y muchísimo menos, porqué Lorelai Lewis los observaba antena desde el otro lado del aula.

Cuando terminó la clase, la castaña se había ido casi corriendo de aquella aula, dejando así —y con muy poca certeza— a Jasper Hale con la palabra en la boca, sin embargo; una nueva oportunidad del rubio miel para hablar con la castaña se había presentado.
Ésta había un pequeño cuaderno en su lugar, y el rubio lo había recogido después.
Aunque un nuevo obstáculo casi le impedía el acercarse más a Rose.

Lorelai Lewis, se acercó peligrosamente a donde el rubio miel para hablar un momento.

—Disculpa, eres Jasper Hale ¿Verdad? —el rubio asintió con una mirada despistada— bueno, me preguntaba si querías cambiar, de pareja aquí en Álgebra...

—El profesor nos asignó según nuestras capacidades, y además simplemente no quiero —el rubio miel se abrió paso amablemente entre la pelirroja, quien lo tomó del brazo para poder compartir más palabras—.

—He visto como te ha tratado hoy, ha sido muy descortés, no crees, ¿Que mereces a alguien que te trate mejor? —el rubio miró a la pelirroja de manera molesta, algo que asustó a la pelirroja—.

—Por favor, ¿Puedes quitar tu mano de mi antebrazo? —el rubio miel lucía irritado y fastidiado— ya dije que no —.

La pelirroja despegó su mano del antebrazo del rubio miel, para que esté, posteriormente se retirara sin más.

Un suspiro molesto salió de los labios de la pelirroja, quien segundos después saldría de aquella aula.

(...)

Jasper Hale.

—No puedo leer su mente, lo siento —Edward lucía apenado— es la primera vez que sucede eso —asentí sin decir una palabra—.

—Eres el único que puede influir en ella —dijo Alice— yo sólo he podido ver pequeños destellos, no hay mucho —ella había sido más que comprensiva con mi situación y eso me aliviaba—.

—Tal vez simplemente le caes mal y ya —dijo Rosalie sin más—.

—Vamos, ¿A quién le podría caer mal Jasper? —Emmett río por lo bajo— podría haber sido algo más —él me miró sonriente, a lo que simplemente pude asentir—.

La sangre que corría por las venas de Rose Scott era más que atrayente, y por alguna extraña razón, también era hipnotizante su voz, que parecía melodiosa y dulce.

Edward me miró curioso por mis pensamientos y luego siguió como sin nada.

—En fin, ¿Deberíamos ir de caza mañana? Estará soleado mañana —dijo Alice con una sonrisa—.

—Supongo, deberíamos platicarlo con Esme y Carlisle —dijo Edward—.

La monótona plática volvió a surgir y ninguna vez más se le mencionó a Rose Scott de nuevo.