09

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Bella corrió al escuchar los gritos de su madre, el ambiente era realmente tenebroso y algo parecía andar mal.

Miré a todos lados tratando de encontrar a James, pero antes de que pudiera darme cuenta James había acorralado a Bella, corrí lo más rápido que pude, mis ojos se habían vuelto en su totalidad negros.

James me miró con gran curiosidad dándole el suficiente tiempo a Bella para escapar, y, aunque un gran forcejeo con James había sido la oportunidad perfecta para Bella de escapar, ella se negaba a la idea de arrancarle al amor de su vida a Jasper.

James había logrado lanzarme al otro lado el estudio, haciéndome chocar y romper algunos espejos, miré rápidamente a James quien de nuevo había tomado a Bella, de pronto él se retorció de dolor cayendo al suelo, y corrí como pude hacia Bella.

—¡Corre! —grité captando su atención— ¡Yo me encargo! ¡Tienes que salir de aquí! —ella asintió, aunque cayó al ser tomada del pie por la ágil mano de James—.

Me abalancé contra James quien por un momento centró su atención en mí.

—Lástima que esta vez Jasper va a perder a su esperanza —James me lanzó contra algunos vidrios luego de morder rápidamente mi brazo y así, logró correr hacia Bella—.

Algunos cristales se enterraron ferozmente en mi muslo derecho y otros más en mi mano izquierda, y una gran cantidad de sangre formó un charco a mi alrededor, mi cabeza ardió como el infierno mientras el dolor me hacía alejarme de los estruendosos gritos de Bella.

Cerré mis ojos y por primera vez volví a desear seguir viviendo, Jasper se había mantenido en mi mente durante cada lento segundo que pasaba, y en el que Edward Cullen había llegado para salvar a Bella, que —a duras penas— podía sentirse bien.

—Jasper —suspiré instintivamente mientras mi respiración se volvía más acelerada—.

A lo lejos pude escuchar mi nombre, que era pronunciado por la encantadora y tranquilizante voz de Jasper.

Y sus frías manos tomaron mis mejillas, Emmett también estaba allí, tratando de no lastimarme más al sacar suavemente los pedazos de espejo clavados en mí.
Mis ensordecedores gritos lastimaron los oídos de Emmett, quien se vio un tanto alterado por la cantidad de sangre que había en el piso y que habían tocado sus manos.

—¡Mi cabeza está ardiendo! —Jasper me miró alarmado, su mirada se había dirigido a mi mano, y como si se tratase de alguna película de horror unas horribles carcajadas salieron de mi boca, asustando incluso al sonriente y valiente Emmett—.

—¡Va a convertirse! —oí decir a Emmett—.

—¡No! —Jasper tenía las manos manchadas del rojo carmesí de mi sangre—.

Cerré mis ojos instintivamente mientras el dolor se esparcía gradualmente por mi cuerpo.

—¡No le queda mucho! —la dulce voz de Alice, por primera vez, había lastimado mis tímpanos—.

—No podrás succionar el veneno a tiempo —dijo Emmett—.

—¡Sólo déjame morir aquí! —grité a duras penas— ¡Mata a James! —Emmett y Alice se alejaron rápidamente— te amo —por un momento sentí todo el dolor desaparecer, mi cabeza se sentía adormecida y todo estaba dando vueltas—.

—No me lo perdonaría —volví a reír con las estruendosas carcajadas—.

—Voy a seguirte y a encontrarte incluso después de renacer, voy a amarte hasta el final de los tiempos —mi respiración estaba deteniéndose— te amo Jasper. —mi respiración paró repentinamente y mis ojos se habían cerrado, como si hubiese caído en un profundo sueño, uno en el que Jasper Hale también estaba—.

Un profundo mar azul sostenía mi cuerpo, felizmente allí estaba mi madre, a quien había extrañado tanto.

Una ilusión tan delicada como un diamante, tan frágil como cualquier hoja de cristal, que podía derrumbarse con cualquier suave ráfaga de viento; pero tan brillante y deslumbrante como cualquier amanecer que había podido presenciar en cualquier otra de mis vidas.

Del otro lado, a la orilla del mar, estaba él, sentado, esperando; su brillante mirada me esperaba con ansias en aquellas arenas doradas.
Miré a ambos, pero mi corazón me llamaba a él, a quien escogería rápidamente en cualquier circunstancia.
Los ojos brillantes de mi madre miraron por última vez a Jasper.

—Estoy satisfecha —pronunció antes de dirigirse a las profundidades del mar azul—.

Miré a Jasper, quien me miraba esperanzado. Y sin dudarlo ni un segundo me dirigí hacia él.

Y al llegar a la superficie él me miró con sus ojos dorados, sus gélidos labios tocaron los míos y mis ojos repentinamente se abrieron.

'Til The End Of Time - Jasper Hale. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora