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Un paisaje verde inundó mi campo de visión mientras conducía mi motocicleta en camino a la casa de los Cullen, algunos cabellos volaron, sin embargo mi casco les impedía salirse de su lugar.

Después de unos minutos observé como cada vez más el camino pavimentado comenzaba a terminarse, y al llegar, estacioné la motocicleta frente a la casa, en seguida bajé y quité mi casco de mi cabeza, dejando volar por el suave viento algunos de mis cabellos.

Toqué en seguida el timbre de la casa, mientras miraba mi reloj en mi muñeca, las 12 en punto del día.

Carlisle abrió en seguida la puerta con una sonrisa.

—Hola Rose, pasa —asentí sonriente mientras caminaba al lado de Carlisle.

—Por cierto, gracias por prestarme tu libro de anatomía, olvidé regresártelo el día del entrenamiento, gracias —de mi mochila saqué el gran libro, dándoselo en las manos—.

—No hay de qué, no había problema con que te tardaras, aunque sé que realmente no tardas mucho tiempo leyendo un libro —Carlisle me sonrió tomando el libro en sus manos, hasta llegar al salón principal, donde Bella, Edward, Alice y Jasper ya se encontraban.

—Hola chicos —saludé mientras cerraba mi mochila—.

—¡Rose! —Alice me miró esperando alguna respuesta a algo que probablemente yo ya conocía—.

—¿Qué sucede Alice? —miré a Edward y a Bella rodar los ojos, entonces supe de qué se trataba— oh.

—¿Por qué no me dijiste que Edward y Bella planeaban casarse? —.

—Yo sólo lo intuía —me senté al lado de Jasper— de cualquier manera están en su derecho de decirnos o no —.

—Lo creía de Edward, pero no de Bella y tú —Alice posó su mano derecha en su pecho haciéndose la ofendida— me lastiman... —.

—Lo siento, Alice —sonreí mientras sacaba algo más de mi mochila— pero me temo que hay algo que querrás en estos momentos —.

—¿Estás bromeando? —en la habitación sólo Edward, Alice y yo sabíamos lo que estaba ocurriendo—.

—No, lo tengo justo en mis manos, supe que no podía ocultarte nada porque lo verías, y por consecuente también de Edward, así que les traje unas copias —Alice me arrebató mi mochila, sacando las dos copias del grueso libro—.

—¡Es maravilloso! —Alice me abrazó de pronto, y en seguida correspondí el abrazo—.

(...)

Narrador omnisciente.

La muchacha de corte pixie miró a la novia de su hermano adoptivo con un inusual brillo en los ojos.

—No estamos entendiendo mucho —se atrevió a decir Bella—.

—Durante su ausencia —explicó Rose— estuve trabajando en mi tan esperado y poderoso proyecto X, básicamente terminé de escribir mi primer libro. —Rose sonrió— y esas son las primeras copias, la original la tengo yo por supuesto —.

—Y a todo esto, ¿Por qué nunca nos lo dijiste? —dijo Jasper con la ceja alzada—.

—Basicamente es una idea con la que llevo trabajando desde hace unos años —la muchacha sonrió—.










(...)







Rose calentó un poco antes de que Alice diera la señal de que los neófitos estaban cerca, sus ojos estaban negros, estiró un poco sus manos, y movió un poco su cuellos, haciendo que sus huesos tronaran.

Alice dió entonces la señal.

Un neófito salió de entre los montones de árboles.

Y Rose rápidamente apareció detrás de este, tomándolo entre sus brazos y rompiéndolo como si se tratase de un simple muñeco de trapo, la cabeza del neófito estuvo entre sus manos, siendo lanzada hasta el otro lado del campo.

Y todos los neófitos aparecieron.

Los lobos también estaban atacando.

Y Rose estaba concentrada en todo.

Un neófito se había abalanzado contra ella, pero había algo que pudo desconcertar a todos los que estaban allí, el neófito nunca pudo tocarla.
Rose levantó su puño, apretándolo, y haciendo un ligero movimiento con la mano, la cabeza del vampiro nuevo se había desprendido de su cuerpo.

Había estado protegiendo a los Cullen de muchos ataques mientras se encargaba de muchos otros neófitos.

Uno se había abalanzado contra Alice, y un lobo habían tomado al neófito, siendo despedazado con ayuda de Rose.

En algún momento, Rose había mirado entre los árboles a Victoria, pero había desaparecido rápidamente, dándole el tiempo suficiente a un neófito para acorralarla entre sus brazos.

Jasper estaba alarmado ante ello.

Pero Rose lucía despreocupada, una frecuencia extraña en la voz de Rose le quebró los tímpanos al vampiro nuevo, haciendo que este se retorciera en el suelo, arrancando su cabeza por sí solo.

Los ojos negros de Rose fueron acompañados por una extraña luz gris que les rodeaban.

Y estalló.

Rose estaba en todas partes, los neófitos estaban confundidos, estaban golpeando a los suyos, y los Cullen junto a los licántropos habían tomado ventaja de ello.

En poco tiempo los neófitos habían sido destruidos en su totalidad.

Los cuerpos fueron apilados, y quemados.

La gran llama fue reflejada en los ojos de Rose, quien cerró los ojos, pegando un grito ahogado.

Jasper corrió tomándola en sus brazos antes de que cayera.
Los orbes de Rose volvieron a su color gris original, y un par de lágrimas cayeron por las mejillas rosadas de Rose.

—No puedo volver a hacer eso —la voz entrecortada de la castaña preocupó al rubio—.

—Rose, ¿Qué viste? —Sam Uley había regresado a su forma humana—.

Jasper no estaba contento con que el cambiaformas fuera cercano a su novia.
Ni mucho menos que la conociera mejor que él.

—Lo vi, Sam, lo vi de nuevo, está aquí —el líder de la manada sabía a qué se refería.

Conocía al extraño personaje que aterrorizaba a la muchacha desde su infancia.
Al principio parecía ser su mejor amigo, pero después de un tiempo comenzó a asustarla, tiraba o escondía sus cosas, incluso llegó a escribir cosas extrañas en las paredes de su baño personal.

Sam Uley miró a un neófito abalanzarse contra Leah, quien trató de defenderse, Jacob terminaría matándolo, a costa de su propia integridad física, se había fracturado la mitad del cuerpo.

Pero eso no causó el estrago con el cambiaformas, sino que fue la extraña presencia que todos los miembros de la manada y Rose pudieron ver.

Un extraño hombre vestido totalmente de negro, de gabardina y sobrero del mismo color que impedía ver su rostro.

Una piel increíblemente pálida.

Los miembros de la manada lo miraron con gran desconfianza.

Rose se puso de pie, y caminó hipnotizada hasta el hombre, h cuando estuvo frente a él, todo su hombro.

Una extraña clase de escudo se expandió hasta los vampiros, dejando inertes a los fríos.

Jasper estaba conmocionado, estaba preocupado y ensimismado.

Bella y Edward también pudieron verlo cuando llegaron al prado.

El hombre se quitó el sombrero dejando ver su rostro, y dedicándole una hipnotizante mirada a Rose.

Él estaba de vuelta.

'Til The End Of Time - Jasper Hale. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora