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—¿Me veo bien? —me miré por un momento en el espejo, miré el vestido que Elizabeth de nuevo me había prestado, y las botas que estaba usando, Jasper hizo a un lado los largos mechones de cabello que caían por mis hombros—.

—Te ves perfecta, como siempre —besó suavemente mis labios—.

—Entonces, podemos empezar a irnos —él asintió— ¿puedes pasarme las flores? —.

—Aquí están —él me las dio rápidamente—.

—Gracias —tomé su mano y nos dirigimos hacia mi auto, el cual no conducía desde hace mucho—.

—Sigo sin entender porqué no conduces tu auto —.

—Probablemente gasto menos gasolina con la motocicleta —dije, a lo que él asintió—.

Subimos al auto y él condujo hasta su residencia; al estacionar el auto frente a esta él me miró.

—Creo que Alice nos hará ayudarle con lo de la fiesta de Bella —.

—No hay problema —dije sonriente, bajamos del auto y entramos, alguna melodía clásica sonaba en la segunda planta, donde Esme, Alice y —a duras— penas Rosalie, acomodaban algunos arreglos florales —.

Y después de ayudar por un rato más Edward y Bella habían llegado.



(...)


—Los Vulturis son una familia muy antigua y muy poderosa, es lo más cercano  a la realeza que hay en nuestro mundo —Edward miró a Bella mientras yo y Jasper mirábamos rápidamente la pintura que se encontraba en el estudio de Carlisle—.

—¿Ese es Carlisle? —Bella y yo pronunciamos al unísono la misma pregunta—.

—Sí, vivió con ellos por algunas décadas —prosiguió Edward— los describe como muy refinados, Sin respeto alguno por la vida humana, pero al menos respetan las artes, las ciencias, y la ley, sobre todo la ley... —miré atentamente la pintura, donde tres hombres al frente de la pintura lideraban el retrato—.

—¿Los vampiros tienen leyes? —profirió Bella—.

—No muchas, solo hay una que es imperativa —Edward hizo una pequeña pausa— mantener en secreto la existencia de nuestra especie, no podemos hacernos notar, y no matamos abiertamente, a no ser que quieras morir —.

Alice nos interrumpió por unos segundos.

—¿Rose? ¿Jasper? ¿Pueden venir unos segundos? —asentí mientras me dirigía junto a Jasper al salón principal—.

Miramos todo perfectamente adornado y acomodado.

—¡Se ve muy hermoso! —sonreí al ver la decoración—.

—¿Verdad? —ella me sonrió— vamos, tomen sus lugares —Alice nos jaló al lado de Carlisle y Esme— bien, aquí estarán ustedes —entonces, como sin nada sacó de algún lado mi cámara instantánea— antes de que preguntes, la tomé de tu mochila el otro día, y no te diste cuenta, ahora, sonrían para la foto, o lo que sea —entonces Jasper besó dulcemente mi frente y el flash salió disparado— perfecto —la pequeña foto salió de la cámara y entonces me la dio—.

—¿Gracias? —Alice dejó la cámara a un lado y dando pequeños saltos, subió un par de escaleras y llamó a Bella y a Edward, quienes bajaron enseguida—. 

La repartición de los regalos estaba saaliendo como Alice lo había esperado, y entonces el regalo de Esme y Carlisle llegó.

—Algo para iluminar tu día —dijo Carlisle con una sonrisa—.

—Es que te he visto algo pálida —bromeó Esme—.

Bella tomó el regalo rápidamente, al principio, cuando trató de abrirlo, un pequeño siseo salió de los labios de Bella, sin embargo, un poco de sangre escurrió del dedo anular de Bella hasta caer en la alfombra.

Miré a Jasper, pero todo sucedió rápidamente, Bella se había estrellado contra los floreros de vidrio y Jasper ya había saltado hacia ella, Rosalie me sujetó antes de que pudiera sujetar a Jasper, quien después fue tomado por Carlisle y Emmett.

Logré zafar mi agarre de Rosalie y caminé suavemente hacia Jasper, tomando su rostro entre mis manos.

—Jasper, escúchame, está bien, mírame —sus mirada se concentró por un momento en mí, y por primera vez había podido usar mis nuevos dones, y tranquilizar rápidamente a Jasper, haciéndolo regresar, a medias tal vez, a su conciencia—.

—Saquen a Jasper de aquí —dijo Carlisle acercándose rápidamente a Bella—.

Miré a Emmett, quien asintió y luego me miró.

—Vamos —tomé el brazo de Jasper al igual que Emmett y nos dirigimos lo suficientemente lejos de la casa como para que Jasper pudiera tranquilizarse.

Entonces, él se sentó a duras penas en un pequeño tronco de un árbol caído, mientras yo me acomodaba de forma cómoda en el suelo.

—Todo estará bien —dije aliviando un poco su estrés—.

Emmett y Alice me miraron con preocupación.

—Yo me encargo —dije suavizando el asunto, ellos asintieron alejándose a paso rápido—.

—Lamento haberte decepcionado —aquello me sorprendió—.

—Mira, no tienes que preocuparte de nada, Bella estará bien —una idea llegó a mi cabeza— ¿me has escuchado cantar? —aquello confundió a Jasper, sin embargo, unas pisadas nos pusieron alerta, Edward apareció rápidamente frente a nosotros—.

—No sé qué decir —Edward me miró— lamento que hayas presenciado eso Rose —negué con la cabeza—.

—No te disculpes de nada, ya hablaré contigo después —él asintió—.

—Lo lamento Jasper —sinceró Edward— no te sientas mal, era algo que podía suceder, en algún momento —él lo miró con algo de culpa—.

—Está bien —Edward asintió no muy convencido—.

—Jasper —dije atrayendo su atención— ¿Puedes quedarte aquí? Necesito hablar con Edward un minuto —él asintió con un aspecto triste— entonces sígueme Edward —corrí al lado de Edward hasta alejarnos lo suficiente como para  que Jasper no escuchara—.

—Sé que debes estar enojada —asentí—.

—Lo suficiente como para darte una paliza, pero no lo voy a hacer; Jasper se siente terriblemente mal por algo que no ha sido culpa suya, ¿sabes porqué? ¡Bella ha terminado con una herida cuatro o cinco veces peor de la que ya tenía! —él me miró callado—.

—Lo lamento, y entiendo que no quieras que Jasper se sienta así por algo que evidentemente ha sido mi culpa, no debí haber traído a Bella, o si quiera haberme relacionado con ella —.

—Es que no se trata de que ella sea humana o no, no comprendes que ni siquiera ella se siente mal por ella, sino por nosotros, ustedes más bien —él me miró avergonzado— ¡No costaba nada hacerla a un lado y no a donde los floreros de cristal podían causarle más heridas! —él me miró con recelo—.

—Si los papeles fueran al revés no lo habrías podido controlar —negué—.

—Estás haciendo que Bella se sienta mal igual que Jasper, no entiendes que a ella no le importa nada si no estás tú allí, y eso es todo, porque si tú entendieras eso Jasper no se sintiera estúpidamente mal —respiré hondo—.

—Lamento que pienses que no me importa Bella —.

—Tú eres el que no entiende las cosas, no puedo creer que esté discutiendo contigo, sé que no entenderías nada, ni aunque pudieras leer mi mente —.

—Tu mente es complicada, todo de ti es complicado, ni siquiera sé cómo es que Jasper te soporta —su mejilla sonó fuertemente cuando mi mano retumbó en su rostro—.

—Estoy tratando de que no se sienta miserable, por mucho tiempo viví siendo una persona a la que nadie entendía y él lo hizo —mis gritos eran totalmente innecesarios, pero no sabía cómo sacar el dolor, Edward me miró con más calma— si le hicieras algo a Bella, si le provocaras daño, no físico, sino emocional, o viceversa, entenderías lo que digo, no sería complicado si pudieses verlo con mis ojos —.

—Lamento que esta discusión te cause dolor, pero tú no podrías entender lo de Bella y yo —Edward tomó mis hombros— nuestras mentes funcionan distinto, lo siento —él me miró a los ojos— me frustra tanto como a ti, pero sólo es eso —.

—Me sigues cayendo estúpidamente mal Edward Cullen —él rió—.

—Y tú a mí Rose Scott —.

—Regresemos —él asintió para luego correr a mi lado—.

'Til The End Of Time - Jasper Hale. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora