Alice, Jasper y yo nos dirigimos hacia la mesa de Jessica, donde Edward y Bella se encontraban también.
—Les voy a mostrar unos borradores que hice durante su estancia en Nueva York, creo que les van a encantar —dije mientras sostenía mi viejo cuaderno, que Jasper había devuelto durante mi cumpleaños—.
Cuando llegamos a la mesa de Jessica, saludamos sonrientes tomando asiento al lado de Edward.
—Decidí dar una fiesta —dijo Alice sonriente, todos la miramos—.
—Después de todo, ¿cuándo volveremos a graduarnos? —reí por lo bajo ante su pequeño chiste—.
—Una fiesta? ¿en su casa? —dijo Ángela con una sonrisa—.
—Nunca he visto su casa —pronunció Jessica—.
—Nadie ha visto su casa —dijo Eric discreto—.
—¿Otra fiesta Alice? —dijo Edward mirándola—.
—No seas aguafiestas —dije mirándolo, Bella miró aquella molestia que Edward y yo teníamos entre ambos—.
—Será divertido —dijo Alice sonriente—.
—Sí, igual que la última vez —dijo Bella—.
Miré a Alice recargarse en el respaldo de su silla, Jasper la miró sabiendo lo que estaba ocurriendo.
—Jessica, tu darás el discurso, ¿cierto? —pregunté distrayendo aquél momento incómodo—.
—Claro, ya sabes, será épico —sonreí ante sus palabras—.
(...)
—¿Qué sucedió? —esta vez Alice iba a mi lado en la parte trasera de su auto—.
—No fue nada, bueno, sí, pero te lo explicaré después... —asentí poco convencida—.
(...)
Miré a mi alrededor, la oscuridad del bosque me hacía poner todos mis sentidos alerta, miré a Jasper, quien, al igual que los demás, esperábamos la señal de Alice para comenzar a perseguir a Victoria.
—¡A tu izquierda! —dijo Alice mirando hacia dicha dirección, todos corrimos enseguida, tratando de alcanzar a la ágil Victoria—.
Emmett, quien había parecido alcanzarla fue derrumbado por ella, quien corrió lo más rápido que podía.
—¡Corre más rápido Rose! —me gritó Emmett— ¡Tú vas a poder alcanzarla! —aumenté mi velocidad alcanzando rápidamente a Victoria— esperaba el momento para poder tomarla y acorralarla—.
Sin embargo, había logrado cruzar las tierras de los lobos.
—¡Está en su territorio! —dijo Carlisle—.
—Va a escapar —dijo Esme —.
—No —Jasper me miró rápidamente—.
—Puedo cruzar a las tierras de los lobos —Carlisle asintió, corrí rápidamente volviendo a alcanzar a Victoria—.
Los lobos también la seguían de repente, y para entonces había vuelto a cruzar al territorio de los Cullen, miré a Jasper lograr alcanzarla, sin embargo había resultado lo suficientemente ágil como para poder arrastrarlo y tirarlo a la tierra.
Seguí corriendo esperando a que cruzase al territorio lobuno, y volvió a hacerlo, haciendo que Emmett rápidamente saltara hacia ella, hasta que un lobo lo interceptó.
Miré unos segundos aquella escena, y luego miré a Jasper, quien asintió dándome luz verde para que la pudiese alcanzar, y seguí corriendo al seguir su rastro.
Esquivando algunos árboles, ramas y demás pude seguirla hasta donde su rastro había desaparecido, al final del bosque y el comienzo de las montañas, donde el fuerte viento había desaparecido su olor, entonces, regresé a donde Jasper.
(...)
—¡La tenía! —miré por la ventanilla del auto rojo de Alice—.
—No te preocupes —me dijo ella— guarda la calma —Jasper me miró por el espejo retrovisor—.
—Todo habría salido bien si no me hubiese quedado allí parada —Jasper me dedicó una sonrisa divertida—.
—Seguro, pero son cosas que pasan —dijo Jasper enviando una oleada de calma a mi cuerpo—.
Llegamos al estacionamiento del instituto, donde Edward se encontraba solo.
—Oh oh —dije mirando a Edward— cinco por Jacob —.
—Diez por Edward —dijo Jasper—.
Pero Bella pareció irse junto a Jacob en su motocicleta.
—Mi dinero, mi buen hombre, necesito alimentarme, olvidé mi dinero —Rose rió divertida ante sus propias palabras—.
Entonces Edward miró el auto de Alice rogando ayuda.
(...)
Narrador omnisciente.
—Edward, tiene que dejar de ser tan controlador con Bella —las palabras salieron de la boca de Rose después de haberse hartado del extenso monólogo innecesario de Edward—.
—Acabo de recuperarla y no la voy a perder otra vez —.
—De todas formas estás siendo tóxico —Jasper y Alice se mantenían callados ante aquella discusión—.
—Ese lobo le puede hacer algo y yo no voy a poder protegerla —.
—Ella sabe lo que hace —Rose rodó los ojos dando un sorbo a su bebida—.
—Ajá, tú no sentiste ni la mitad de lo que yo sentí cuando Rosalie me dijo que Bella podía estar muerta —Jasper se había tensado, sabía que Edward se estaba metiendo en terreno peligroso, sabía que Rose iba a abrir sus heridas e iba a soltar cosas que no quería decir—.
—¿Quieres hablar de depresión? —Rose subió el tono de su voz alertando a Jasper y a Alice—.
—¿Qué vas a decirme tú de ello? —toda la gente que había en la cafetería había visto la bofetada que Rose Scott le había dado a Edward Cullen—.
—Mucho más de lo que sabes, perdí a mi madre a los quince años, sufrí acoso y violencia escolar, estuve apunto de suicidarme repetidas veces, y si no fuera por Jasper ya me habría dado un tiro en la cabeza para dejar de existir, no sabes lo que es tener miedo de despertar y seguir respirando después de irte a dormir... No sabes lo que se siente querer dejar de existir porque tu vida realmente es un desastre, porque te sientes una carga y una decepción para quienes te rodean, Edward Cullen, espero que nunca lo sepas, he caído tantas veces a ese mismo vacío que es difícil salir cada vez que vuelves a caer. —Rose se levantó de su asiento, tomó su mochila y caminó hacia la salida de la cafetería—.
Rose se sentía molesta y triste por haber soltado esas palabras.
Sabía que no podía minimizar el dolor o los problemas de los demás, y que tampoco era su deber meterse en la relación de Bella y Edward, pero se sentía frustrada con ella misma, se estaba sintiendo inútil de nuevo, aunque todos le dijeran lo contrario.Tenía miedo de que no pudiera volver a proteger a quienes amaba.
Estaba asustada.
Estaba volviendo a sentir el dolor.
Estaba cayendo.
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'Til The End Of Time - Jasper Hale. [EN EDICIÓN]
Fanfiction"Pantalones azules, camisa blanca, entraste en la habitación, sabes que haces mis ojos arder, eras como James Dean, seguro que eres tan descarado como la muerte; te amaré hasta el fin de los tiempos, esperaría por ti un millón de años, prométeme que...