Los Merodeadores (Sirius Black y Tú) [COMPLETA]

San Valentín

Pero como todo lo bueno acaba, las vacaciones dieron a su fin. Los alumnos volvieron y las clases siguieron hasta llegar el 14 de febrero, o sea, San Valentín o día de los enamorados.

-¡Ey, Romeo! -Hache llama a Cornamenta.

-¿Qué quieres, gafitas?

-¿Qué harás hoy?

-Pedirle a Evans que pase el día conmigo.

-Llegas tarde, va a estar con un tal Cooper.

-¡¿COOPER, EL DE HUFFLEPUFF?! -de la nada y como siempre, Canuto aparece y se mete en una conversación que no le conviene.

-¿Por qué no metes las narices en tus asuntos, Black?

-Tienes razón, meteré las narices en mis asuntos... llego tarde a mi cita. Suerte, cervatillo.

Cuando Sirius sale de la habitación se hace el silencio. Cada uno piensa en sus cosas: Cornamenta intenta asimilar que le quitaron a "su chica" y evitar sus celos; por otra parte, _______ muere de curiosidad por saber con quién estará Canuto.

-James...

-Mmm... -dice con la mirada fija en un punto de la alfombra.

-Supongo que no tienes planes.

-No.

-Podríamos pasar el día juntos, si quieres.

-Sí -dice sin ganas-... es buena -hace una pausa- idea.

-No me voy a andar con rodeos. Vamos a seguir a ese par.

Como por arte de magia, la expresión de James cambió. Le brillaban los ojos, como cuando haces un plan maléfico que funciona a la perfección.

-Voy a por la capa, espérame aquí.

Mientras Cornamenta sube, un chico de la misma edad o poco mayor que _______, se acerca a la chica.

-Ricura, ¿estás libre hoy?

-Piérdete.

-Así no debe hablar una dama.

-Esta "dama" -hace comillas con los dedos- podría mandarte a Azkaban de una patada. Ahora, piérdete.

El chico iba a sacar la varita, pero algo le da en la cabeza y cae al suelo.

~James~ pensó.

Y su corazonada era cierta, pues de un momento a otro se encontraba bajo la capa.

-¿Qué quería ese?

-Que le lanzases algo a la cabeza.

...

Ambos amigos decidieron seguir primero a Sirius y después a Lily, pues saben quien será el primero en hacer algo.

-Allí está -señala el azabache.

-¿Quién es esa?

-Laila, de Ravenclaw.

-¿No se supone que los de Ravenclaw son listos?

-Y lo son.

-Pues no lo parece... ¿quién se juntaría con ese mujeriego?

El chico aguantó una carcajada porque sabe que su compañera hace lo mismo aunque no quiera admitirlo.

-Hazme caso, es lista.

Ambos se acercaron a la pareja y les miraron espectantes y en silencio para escucharles.

-¿Te apetece un helado?

-Claro.

-Iré a por ellos, preciosa.