Argumento
Eleanor Vinteri a quien algunos apodaban "El lobo" es una muchacha a quien la vida solo ha hecho sufrir. Busca venganza, para conocer su verdadera identidad, recuperar la herencia de su madre y por el asesinato de su media hermana Anne. Sin embargo se ve envuelta de las conspiradoras hazañas del esposo viudo de ésta Maximilien De Courcy, el conde busca afanosamente al asesino de su esposa, y por casualidad del destino cree que es Eleanor.
Prefacio
22 años antes
-¡¡No!! ¡No separaras a mi hijo de mi lado!. ¡No lo permitiré!. –Gritó Eloíse Vinteri a su marido con toda la resolución que pudo conseguir. Eloise era una joven muy hermosa, con sus ojos marrones y su pelo dorado, había cumplido recientemente dos décadas de vida, pero lo que ella tenía, no era la vida que había soñado. Aunque antaño si lo había sido.
Mientras ella se sostenía gracias al poste que sostenía un lado de la enorme cama, él se encontraba junto a la ventana.
-Tú no eres nada. Las leyes me apoyan. Yo puedo hacer lo que quiero. ¿Qué importa el mocoso?-El marqués últimamente se comportaba de forma muy extraña, muy diferente a cuando lo conoció.
-¿Cómo puedes hablar así de tu propio hijo?-Pregunto con amargura la mujer.
-Puedo y lo haré. No te quiero para que estés preñada eternamente. Hace ya tiempo que debiste de haber parido. –La corto secamente el marqués.
Los ojos del hombre no eran sus ojos.
Algo había cambiado en él.
Ahora eso era algo muy malo.
-Tú no puedes saber eso. Solo Dios lo sabe. –Murmuró ella.
-Debí saberlo. La típica puritana siempre. Dios esto. Dios lo otro. Estoy cansado. No me case contigo para que me des sermones de cómo llevar mi vida. Me debes obediencia y sumisión. La iglesia lo ordena.
-Tú me debes fidelidad y protección. Sin embargo solo me humillas y me quieres separar de mi hijo.
-Cállate. Si de aquí a una semana no has parido te devolveré a tus padres. –Dijo secamente él.
-Prefiero vivir con ellos. Que soportarte a ti. –Exclamó Eloíse herida y enfadada.
El fuerte picoteo sonó en su mandíbula y Eloíse perdió el equilibrio y cayó hacia atrás, su boca sangró. El marqués, como si nada se dirigió a la puerta de la habitación y se marchó.
Pero él no se había dado cuenta de lo que había hecho.
-¡Te perdono, amor. Sé que el hombre que conocí está aún en tí! -Eloíse derramó lágrimas silenciosas mientras miraba la puerta por dónde había salido su marido.
En ese momento otro dolor hizo que Eloíse se contorsionara y gimiera tocándose el vientre.-Señora ¿Se siente mal?- Pregunto angustiada Honorina su criada que había escuchado todo en la esquina de la habitación, al ver el semblante de su señora.
-No me siento nada bien ayúdame a levantarme. Agggg.-Otro espasmo hizo que se retorciera de dolor.
-Señora. Se ha alterado.- Al mirar la cara de su señora Honorina se preocupó mucho, ninguna mujer merecía sufrir así. Al mirar hacia abajo noto que la fuente de su señora estaba rota, y que Eloíse estaba mojada. -Él bebe ya viene. –Murmurio Honorina exaltada.
-Llama a la partera. Ahora. – Respondió su señora (Gracias Dios- pensó ella. – Dame fuerzas ahora por mi niño o niña, que sin importar las circunstancias has mandado para consolarme).
Mientas estaba en trabajo de parto se le agotaban lentamente las fuerzas y rezaba por su hijo o hija. Pasaron once horas y Eloíse sentía que no podía más, sabía que no sobreviviría al parto, por las miradas que se hacían Honorina, Rose y la comadrona. Solo rogaba a Dios para que su bebe pudiera vivir.
- Solo un poco más Señora, ha soportado diez meses cargando la criatura en su vientre. Empuje!!
- Ya no aguantare mucho más.- Respondió Eloíse en medio de gemidos.
En ese momento, sintió que su cuerpo expulsaba al niño y el alivio se formó en su cara. Sin embargo el bebe no emitió ningún sonido.
-¿Qué pasa Honorina porque no llora?- Angustia se reflejó en los ojos de Eloíse al ver la verdad la mirada de su criada y segunda madre con la partera que la había atendido.
-La niña. Señora...ella......ha.. ha nacido muerta. Debes ser fuerte. –La tristeza hizo brotar lágrimas de los ojos de Honorina.
-No. No. No puede ser – sollozó Eloíse. Mientras lloraba. –Mi hija no. Dame a mi hija. –suplico extendiendo los brazos con las ultimas fuerzas que le quedaban.
Eloíse lloró con el cuerpo de su hija en brazos. Reuniendo fuerzas donde no las había. Su bebe. Con tanto amor la había esperado. (Mi bebe, Helenita. Ve con Dios, ya yo te alcanzare muy pronto). – suspiro entrecortadamente entre sollozos. Sin embargo instintivamente su cuerpo aún intentaba expulsar algo. Una y otra vez.
-Que pasa Honorina. Por qué sigo pujando ya si ya he tenido a mi hija y ella... ha nacido muerta. –Al pronunciar las palabras se le quebró la voz.
-Hay otro niño- Afirmó la partera.
-¿Estas segura? –Preguntó Honorina.
Eloíse no lo podía creer, Dios le arrebataba una pero le daba otra. Cuando no lo esperaba. Entonces nació un segundo bebe. Lloraba. Lloraba mucho.
-Es otra niña Eloíse. Mira a tu hija.- Exclamo con emoción la criada.
Eloíse extendió los brazos y sostuvo en un lado a su hija viva y del otro a su hija muerta. Ambas eran casi idénticas, con una mata de pelo café castaño claro y los ojos de Eleanor marrones casi verdes. Estaba segura que Helena hubiera sido igual de hermosa. Afortunadamente no salieron en apariencia al marqués, (Solo Dios sabe el futuro) -pensó.
-Tú.-Murmuró a la niña viva. –Mi pequeño sol. Serás Eleanor. Estoy segura que tu hermana Helena te habrá querido mucho igual que tú a ella. –Entonces Eloíse cerró los ojos.
Había amado al hombre del cual concibió, hasta aquella fatídica noche en el cual se volvió un desconocido para ella, un ser cruel y sin piedad.
-Se parece a ti querida Eloíse. ¿Quieres que informe al Marqués? –Pregunto la criada. Más al no oír respuesta, miró hacia donde estaba Eloíse. La partera la miro con resignación.
-La joven está muerta.
-No.-Murmuro Honorina asustada, zarandeando levemente los hombros de su señora. –Señora, no se puede morir, su hija la necesita, no debe dejarla con el marqués.
-No podemos hacer nada por ella ya. Alguien debe avisar a su marido ahora. –habló suavemente la comadrona.
-¿Qué ha sido? –preguntó despreocupadamente el marqués a la criada.
-Han sido gemelas. Dos niñas, la primogénita no sobrevivió.... Tampoco la marquesa.
-Encárgate de todos los preparativos del entierro, y hazte cargo de la mocosa que no murió, no la quiero ver. Debió morir con su hermana. –Honorina se tapó con las manos la boca para evitar de que su boca saliera algún sonido.- Si alguien la quiere dásela, no me interesa.
Cuando la criada se marchó, Vinteri se dirigió al estante por alcohol, no debía demostrar que sufría por ella y sus hijas, nadie debía saberlo. Él tenía sus motivos.
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LA LOBA VINTERI
Historical FictionEleanor Vinteri a quien algunos apodaban "El lobo" es una guerrera que no ha tenido una vida fácil, se ha convertido en una mercenaria. Busca venganza, para conocer su verdadera identidad, recuperar la herencia de su madre y por el asesinato de su m...