Capítulo 11. Jamás te pediré perdón.

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Antes que nada quiero decir que hice este capítulo corto dedicado especialmente  a Pachy_39 
Mil gracias por ser mi fiel lectora y espero que te esté gustando mi historia. Saludos cordiales F . R . Karr

Aún dudando pero muy intrigado Maximilien le cedió la primera carta de las que tenía. Miró como la muchacha acarició el papel casi con reverencia y la abrió con mucho cuidado.

Maximilien nunca las había leído, desconocía quien la había escrito y a quién. Pero que la misma chica que se colaba en sus sueños fuera una Vinteri, eso no podía creerlo. Es cierto que cuando la conoció algo en sus facciones le recordaron al marqués, así como su carácter no tan agradable. Miró como empezaba a leer con la mente y él se sentó en su sillón dejándola, sabía que era muy peligroso que las cartas revelaran algo que no deberían pero la muchacha lo había mirado tan esperanzada que enterneció su corazón y le cedió la primera carta.

Ella lo miró, sabía que desconfiaba de ella y con obvias razones así que cuando terminó de leer uno de los pocos vínculos que tenía con su madre, le cedió la carta al conde, el cual procedió a leerla en voz alta.

Querido hermano:

No sabes cuánto los extraño y espero que Marcus y yo visitemos pronto Marsella para veros de nuevo.

Quiero decirte que aquí en Vensurensi todo sigue igual a excepción de que ahora mi familia aumentará. Sí, estoy embarazada y Marcus está muy feliz. Sé que aún no he sido presentada a la sociedad de aquí, pero eso no me preocupa. Soy muy feliz y espero que tú y Martina sean bendecidos también.

Algo extraño sucede en este castillo pero también es posible que sean solo suposiciones mías. No quiero extenderme más y te ruego que cuides a madre, espero que le alegre la noticia de que será abuela.

Saluda a madre y a Martina de mi parte.

Os quiero mucho a todos.

Eloíse Vinteri

-Era mi madre. –Dijo cuando la voz de Max se dejó de escuchar. Esa voz grave y melodiosa que hacía a Eleanor pensar que si no fuera conde bien podría ser el mejor actor de todo el país y enamoraría a todas las damas que lo vieran. Aunque ella jamás había asistido a teatro alguno sabía que debía ser una experiencia maravillosa, pero como jamás iría y ya había aceptado esa idea, ella solo era una plebeya.

 Aunque ella jamás había asistido a teatro alguno sabía que debía ser una experiencia maravillosa, pero como jamás iría y ya había aceptado esa idea, ella solo era una plebeya

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-¿Tienes alguna idea sobre a lo que se refirió cuando dijo que algo extraño sucedía? –Preguntó Max.

-No. Es la primera vez que conozco algo de mis lazos familiares fuera de mi padre y madre. Ahora sé que tengo más familia o por lo menos la tenía en ese entonces. Sé que aún no me crees, pero puedo enviar a alguien que vaya por los documentos que me dio Anne, donde sabrás quien soy y porque estoy aquí.

-No hace falta. Te creo. –Dijo Maximilien muy tranquilamente. –No me importa que seas una vulgar ladrona, una mentirosa y una mujer que se acuesta con tipos en su cabaña. Estoy seguro que eres una Vinteri. Estuve casado con una.

-¿A qué te refieres con que me acuesto con hombres? –Exigió saber Eleanor enfadándose.

-No te hagas la inocente, sé que muchos hombres estuvieron en tu cabaña hace unos días y uno se quedó contigo. –Dijo Max un poco alterado sintiéndose traicionado que hasta a él mismo le sorprendió sentir emociones por esa extraña. Era cierto que le atraía y hasta cierto punto le gustaría llevársela a la cama, pero ahora que sabía quién era realmente eso estaba fuera de sus planes.

-Es cierto pero no pasó lo que te imaginas. Y a fin de cuentas eso no te interesa. –espetó ella herida por las duras palabras del conde.

-Tienes razón, eso ha estado fuera del lugar. –Aceptó él.

-Jamás te pediré perdón por cómo llevo mi vida. –Dijo ella aún enojada.

-¿Es una promesa? -Preguntó el conde burlonamente

-No importa lo que sea milord, si no me deja leer las cartas de mi madre yo misma las robaré ensuciando aún más el concepto que usted tiene de mí.

-Puede llevarlas Eleanor, no niego que me interesaría descubrir que se esconde detrás de todo este asunto voy a pedirle que me diga que es lo que usted hace para sobrevivir aparte de robar. Estoy seguro que usted obtiene motines completos y ha de tener una fortuna. Sabe que podríamos entrar en guerra y yo me estoy volviendo su cómplice. –Dijo Max dejándola de tutear pero eso a ella no le importó. Le había llamado por su nombre. El conde había dicho su nombre, salía perfecto de sus labios y Eleanor se sintió feliz.

-Con el respeto que se merece milord. Contarle más de mí haría de usted un cómplice mayor. Lo único que le diré es que yo podría ser enviada a la horca por un delito mayor al de robar. O mejor dicho, podría ser decapitada.

Cuando Maximilien comprendió lo que ella quería decir todo su ser se puso alerta, sentía cierta afinidad por la muchacha que ahora tenía nombre y no solamente era Bella y ciertamente no quería que fuese decapitada, así que desde ese momento se propuso a protegerla como fuera necesario. Sabía dentro de sí que era irracional pero no podía evitarlo.

LA LOBA VINTERIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora