Capítulo 20. Los enemigos

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En medio de la oscuridad de la noche, una mujer caminaba hacia la posada donde sus superiores le esperaban.

Rose.

Al entrar a la vieja posada solitaria, tres hombres le salieron al encuentro conduciendola a una habitación.

- ¿Porque nos has llamado, K? - Preguntó un hombre entrado en años, a la visitante.

- He decidido salirme de esto. - Respondió ella muy decidida

- ¿ Es que te has vuelto loca? - Exclamó otro hombre. - Nunca nadie sale de esto.

- ¡Yo lo lograré, he estado 25 años atrapada en esto! - Gritó ella furiosa.

-Nadie lo logra, no serás la excepción. -Le respondió el anciano con maldad.

- Está noche me iré y romperé la maldición con la que me ataron.

- Dilo Rose, ¿Cómo lo harás? - Preguntó el tercer hombre. - Oh déjame adivinar, ¡Te unirás a los repudiados que no aceptaron para lo que habían nacido!

-¡Lo haré!

Os lo digo porque sé que de todas formas lo descubrirías.

- Inténtalo y te juro que te arrepentirás. -Gritó el jefe.

- Ustedes se arrepentirán por todas las personas que destruyeron y las vidas que arrebataron. - Espetó ella con rabia.

- No te olvides querida que tú también eres una asesina. - Comentó el tercer hombre en forma casual. - ¿ Acaso te olvidas que fuiste la responsable de las muertes de la mujeres Vinteri ?
Las has matado todas.

- Eso es mentira. Yo no he asesinado a ninguna. - Se defendió ella.

- Carmen, Eloíse, Neira y las pequeñas crias de Vinteri, víctimas tuyas porsupuesto. ¡Ahhh! Pero lo amas. ¿Cómo podríamos olvidarlo? - Se burló el jefe. - Has arruinado tu vida.

- Nuestro trato está roto desde ahora. - Habló ella.

- ¡No te atrevas!

Rose no pudo seguir escuchando y corrio hacia la salida lo más rápido que pudo. La culpa la atormentaba aún después de tantos años.

De pronto, decidió que es lo que haría.

Volvería a Valengo.

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Eleanor sabía que si perdía la calma, todo estaría perdido.
Su brazo le dolía horrores y podría abrirse la herida si hacía movimientos precipitados.

Cómo pudo, golpeó la cabeza de su atacante con la suya en el lugar exacto. El atacante se tocó la cabeza, liberando a Eleanor quien se apresuró a irse.

Pero su atacante no se rindió.

Tomó a la joven de un tobillo y la jaló hasta que cayera, e inmediatamente, la cubrió con su cuerpo, entonces ella descubrió el género de su atacante.

Un hombre.

Eleanor pataleó con todas sus fuerzas alcanzando la entrepierna de su atacante con la rodilla y usando todas sus fuerzas lo golpeó.

El intruso se dobló de dolor pero aún así no la soltó.

Rodaron por la habitación, hasta que llegaron a una esquina de la misma. Entonces Eleanor aprovechó que estaba encima del intruso para escapar.

No obstante, sintió como su camisa de dormir se desgarraba, su ventaja era que el cuarto estaba demasiado oscuro como para que el atacante la viera y eso no le importó.

LA LOBA VINTERIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora