Eleanor se despertó pasada la mañana al oír como Fiona, su doncella, tocaba su puerta.
Se levantó rápidamente y se acostó en la cama removiendo las sábanas para que pareciera que había dormido allí.
Fiona entró con la bandeja del desayuno y un sobre.
--Buenos días mi lady. -Fiona se apresuró a poner la bandeja en una mesa y caminó hacia un extremo de la habitación para correr las celestes cortinas y así pudieran entrar los rayos del sol. -Ha llegado una carta para usted. -Le dijo con una gran sonrisa. -Es del rey. -Fiona, en su inocencia sonrió con el pensamiento de que el rey se había tomado la molestia de mandarle una carta a su señora. -Es usted muy afortunada. -Le dijo la chiquilla.
Al oír que la carta era del rey Eleanor se sentó rápidamente en la cama dirigiendo una mirada de soslayo debido a las últimas palabras de Fiona y tomó el sobre en sus manos.
Sus dedos temblaron.
-¿Alguien más sabe de la carta? -Preguntó Eleanor.
-No, mi lady. Un sirviente de palacio llegó esta mañana y yo le ví, aunque pidió hablar con usted en persona le dije que usted estaba dormida. Así que me entregó la carta. -Un enorme sonrojo cubrió a la jovencita, y Eleanor se dió cuenta de ello mientras movía la carta entre sus dedos en forma inconsciente.
-¿Te dijo su nombre el "sirviente"? -Preguntó Eleanor con curiosidad.
-Mmmmm, sí... Se llama... Theo. -Le respondió la jovencita tan roja como un tomate.
-Fiona, contestame con sinceridad. ¿¿Ese sirviente hizo algo más que entregarte la carta??
-.... sí mi lady. Él... unió sus labios con... mis labios. -Le respondió Fiona totalmente roja.
-Escucha bien Fiona, eres muy pequeña para que alguien haga contigo algo así. No vuelvas a permitirlo. En esta vida hay muchas personas malas que se aprovechan de chicas inocentes como tú. No quiero que te vuelvas a ver con ese sirviente ¿¿Entendiste??-Eleanor no podía creer que tipo de persona besaría a una niña como lo era Fiona. Aún sus pechos no se desarrollaban, tenía una voz infantil y apenas tenía 12 años.
-Sí, señora. -Le contestó la chiquilla con tristeza.
-Ahora puedes irte Fiona. Espero que me obedezcas y no vuelvas a verte ni con el ni con nadie. -Le dijo Eleanor con voz autoritaria.
- Será como usted pida, mi lady. -Le dijo Fiona sumisa y se marchó de la habitación silenciosa y cabizbaja.
Eleanor pensó un momento investigar al tal Theo y después de un momento de pensar se apresuró a abrir el sobre y sacar una fina hoja escrita con letras finas y perfumada:
Lady Eleanor Vinteri.
Ha sido un verdadero placer conocerla anoche en el palacio pues entre todas la damas usted era la mas hermosa y exótica.
Me complacería mucho que asistiera hoy a una reunión conmigo para así poder conocernos mejor.
Su servidor. Mursfhite.
-¡¡Cretino!! -Se levantó de la cama y caminó por la habitación pensando que hacer y tratando de no alterarse demasiado para no cometer alguna locura.
Ese hombre la buscaba por solo una cosa y Eleanor sabía que no la había descubierto.
Debía crear un plan.
Buscar una manera.
Arrojó la carta al fuego pues no podía esconderla y no quería correr riesgos.
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LA LOBA VINTERI
Historische RomaneEleanor Vinteri a quien algunos apodaban "El lobo" es una guerrera que no ha tenido una vida fácil, se ha convertido en una mercenaria. Busca venganza, para conocer su verdadera identidad, recuperar la herencia de su madre y por el asesinato de su m...