Capítulo 24. Sin piedad.

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Eleanor se despertó pasada la mañana al oír como Fiona, su doncella, tocaba su puerta.

Se levantó rápidamente y se acostó en la cama removiendo las sábanas para que pareciera que había dormido allí.

Fiona entró con la bandeja del desayuno y un sobre.

--Buenos días mi lady. -Fiona se apresuró a poner la bandeja en una mesa y caminó hacia un extremo de la habitación para correr las celestes cortinas y así pudieran entrar los rayos del sol. -Ha llegado una carta para usted. -Le dijo con una gran sonrisa. -Es del rey. -Fiona, en su inocencia sonrió con el pensamiento de que el rey se había tomado la molestia de mandarle una carta a su señora. -Es usted muy afortunada. -Le dijo la chiquilla.

Al oír que la carta era del rey Eleanor se sentó rápidamente en la cama dirigiendo una mirada de soslayo debido a las últimas palabras de Fiona y tomó el sobre en sus manos.

Sus dedos temblaron.

-¿Alguien más sabe de la carta? -Preguntó Eleanor.

-No, mi lady. Un sirviente de palacio llegó esta mañana y yo le ví, aunque pidió hablar con usted en persona le dije que usted estaba dormida. Así que me entregó la carta. -Un enorme sonrojo cubrió a la jovencita, y Eleanor se dió cuenta de ello mientras movía la carta entre sus dedos en forma inconsciente.

-¿Te dijo su nombre el "sirviente"? -Preguntó Eleanor con curiosidad.

-Mmmmm, sí... Se llama... Theo. -Le respondió la jovencita tan roja como un tomate.

-Fiona, contestame con sinceridad. ¿¿Ese sirviente hizo algo más que entregarte la carta??

-.... sí mi lady. Él... unió sus labios con... mis labios. -Le respondió Fiona totalmente roja.

-Escucha bien Fiona, eres muy pequeña para que alguien haga contigo algo así. No vuelvas a permitirlo. En esta vida hay muchas personas malas que se aprovechan de chicas inocentes como tú. No quiero que te vuelvas a ver con ese sirviente ¿¿Entendiste??-Eleanor no podía creer que tipo de persona besaría a una niña como lo era Fiona. Aún sus pechos no se desarrollaban, tenía una voz infantil y apenas tenía 12 años.

-Sí, señora. -Le contestó la chiquilla con tristeza.

-Ahora puedes irte Fiona. Espero que me obedezcas y no vuelvas a verte ni con el ni con nadie. -Le dijo Eleanor con voz autoritaria.

- Será como usted pida, mi lady. -Le dijo Fiona sumisa y se marchó de la habitación silenciosa y cabizbaja.

Eleanor pensó un momento investigar al tal Theo y después de un momento de pensar se apresuró a abrir el sobre y sacar una fina hoja escrita con letras finas y perfumada:

Lady Eleanor Vinteri.

Ha sido un verdadero placer conocerla anoche en el palacio pues entre todas la damas usted era la mas hermosa y exótica.

Me complacería mucho que asistiera hoy a una reunión conmigo para así poder conocernos mejor.

Su servidor. Mursfhite.

-¡¡Cretino!! -Se levantó de la cama  y caminó por la habitación pensando que hacer y tratando de no alterarse demasiado para no cometer alguna locura.

Ese hombre la buscaba por solo una cosa y Eleanor sabía que no la había descubierto.

Debía crear un plan.

Buscar una manera.

Arrojó la carta al fuego pues no podía esconderla y no quería correr riesgos.

LA LOBA VINTERIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora