Capítulo 17. El beso de la vida.

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Maximilien Se había marchado de la cabaña de Eleanor muy preocupado y molesto, y aún no acababa de comprender cómo ese hombre declaraba suya a Eleanor, lo cual era ridículo ya que él mismo la había declarado suya. Pero, ¿y si ella lo prefería a él?

No, ella le había mencionado a él mientras estaba inconsciente. (¿Cómo puedo pensar tal cosa mientras ella esta tan grave? –se reprendió Max), estaba muy preocupado y pedía a Dios que le permitiera vivir.

Al llegar se ocupó lo más rápido que pudo de sus asuntos y envió cartas a su castillo para pedir un médico dando la dirección de Eleanor. Se reunió con su amigo el general Kisa con una incógnita muy peligrosa, que podría decidir que giro tomaría hasta su propia vida.

-Frailán, amigo. –Preguntó Max mientras se encontraban solos en el despacho del general ubicado en el cuartel. -¿Tú piensas que ha sido correcto lo que hemos hecho el día de hoy? –No necesitó explicar que, pues ambos lo sabían muy bien.

-Si soy sincero contigo amigo mío, no lo ha sido. Nunca lo es. Pero no tenemos opción. Cuestionar a rey sería la muerte, y de todas formas otros tomarían nuestro lugar, y quién sabe si tendrían nuestra moral. –Dijo Frailán entendiendo que su amigo sólo quería sinceridad. -Sé muy bien lo que pasó allí fuera. Pero hicimos lo que pudimos para no matar a esos rebeldes Max, ¿Crees que no me di cuenta que solo los dejabas inconscientes?

Max lo miró sorprendido.

-Eresi amigo, y he de decirte que estoy cuestionándome el rumbo que he tomado. No considero correcto cómo hemos matado a tanta gente sólo porque ellos quieren justicia. –Dijo apesadumbrado Maximilien.

-Entiendo, yo también me lo he cuestionado muchas veces, -Asintió Frailán. -¿Acaso hay algo que quieras decirme? –Preguntó.

-Sí. Yo... He conocido a una muchacha muy particular.

-¿Y estas interesado en ella? Está bien, pero. ¿Y eso que tiene que ver con nuestra charla?

-Mucho Frailán. Mucho. Era de ella el sonido de lobo que escuchamos antes que diera inicio la batalla. – Frailán se mostró muy asombrado pero Maximilien prosiguió. –Ella está muy grave en estos momentos. Podría morir.

-¿Y qué haces tú aquí? ¿Por qué no estás con ella? ¿Sabes qué haría yo si mi Elisa aún estuviera viva?-Le reprendió el general.

-Lo sé amigo, pero...Ella es una líder rebelde.

-Santo cielo. ¿Cómo diantres te has ido a meter en semejante embrollo amigo mío? tú... ¿La amas?

-¿Ehh? .... Yo... yo... -Maximilien no sabía que responder, pero la expresión en su cara lo delató. –Ella es... la muchacha más valiente y hermosa que he conocido nunca... ella no es superficial como las muchachas de sociedad. Oh, tú no sabes lo mucho que ha sufrido, pero eso lo ha llevado a ser quien es, yo...

-Definitivamente la amas amigo mío. ¿Cómo se llama la afortunada joven?-Preguntó su amigo.

-Se llama Eleanor Vinteri.

-¿Vinteri? ¿No es acaso familiar del Marqués Vinteri?, sabes que ese apellido no es para nada común, según tengo entendido está por extinguirse.

-Ella es hija de Vinteri, Frailán.

- ¿Cómo? –Preguntó asombrado Frailán.

-Es un larga historia, amigo, pero ahora necesito hablarte de algo, y dado que estamos de acuerdo en el asunto respecto al rey. Quisiera que hablásemos de algo muy importante y que puede traer consecuencias desagradables si somos descuidados.

-Dime Max, sabes que siempre procederé con justicia, aún me cueste la vida.

....

Después de que llegase su criado para darle una muda de ropa y una cena fría Maximilien se marchó en otro caballo para que el suyo descansase e inmediatamente partió a la cabaña de Eleanor. Al llegar no vio movimiento alguno hasta que entró a la cabaña. George y Andro cuidaban a Eleanor junto al médico que él había enviado. Al parecer a ninguno de ellos le importó mucho su llegada que lo ignoraron completamente.

-Conde, ella está muy mal. No parece querer luchar por su vida, es como si cada vez que se alejase más de la vida lo hiciese voluntariamente. La espada con la que fue herida estaba envenenada con veneno de serpiente. De hecho, ella ya debería de estar muerta, pero por alguna razón, aún vive. Puedo darle medicina para que expulse el veneno, pero si ella no quiere luchar por su vida yo no puedo hacer mucho más por ella. –Le dijo el médico a él, cuando Maximilien lo llamó.

Después de despedir al médico George y Andro se marcharon con mucha renuencia. Maximilen trajo una pequeña tina para lavarse en la habitación donde se encontraba la muchacha ya que no quería dejarla sola. Se quitó sus ropas y se lavó lo más rápidamente que pudo. Pero sonidos provenientes de la cama lo interrumpieron.

-No!!!...nooo... ¿por qué no me quieres? –Gritó Eleanor, Maximilien inmediatamente se acercó a ella asustado, mojado y desnudo. –Dime –Prosiguó ella mirando su rostro. -¿Por qué mi pa...dre no me quie...re? ¿Qué le hice? ... -Ella lo miraba con tanta tristeza que él no supo que responderle, si ella sobrevivía era muy probable que no recordara nada. Así que intentó calmarla.

-Claro que te quiere pequeña, pero es difícil para él que cuando tu naciste tu madre haya partido... pero si te quiere. –Dijo Max acariciando el cabello dorado de ella.

-¿Enserio? –Susurró Eleanor con mucha ilusión. Después de eso ella quedó inconsciente de nuevo.

Toda la noche Maxmilien la estuvo cuidando sin dormir, administrando su medicamento e hidratándola, pero ella cada vez parecía menos viva. Incluso en un momento él supo que ella estaba partiendo. Desesperado se acercó a ella y zarandeó, ella estaba tan débil que en su último intento pegó sus labios con los suyos, besando esos labios inertes con intensidad. No supo cuánto tiempo paso, hasta que sintió una pequeña lengua chocar con la suya y entonces despegó sus labios y la miró. Ella tenía los ojos abiertos y lo miraba.

Hola lectores, este capítulo es más largo pero quise poner una parte hoy y dividir la segunda y ponerla como parte 2, no olviden decirme que les ha parecido. Gracias!!!

LA LOBA VINTERIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora