[24] Un café, una historia

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Joohyun había ido al café de Jeongyeon, pero tenía compañía y no era necesario hacer que la rubia cerrara temprano.

Estaba conversando con Wendy, había pasado un tiempo desde que no salían, era tan nostálgico.

—¿Cómo es que conoces este lugar? El café es realmente bueno, creo que ganará al nuevo local —mencionó la, ahora, rubia.

—La dueña es mi amiga —contestó—. Esta cafetería le espera un buen futuro, así que quiero disfrutar de estar aquí, antes de que la remodele o abra una nueva sucursal.

—¿Trabajas aquí? Nunca pensé que tú... —Jeong la interrumpió al traerles una rebanada de pastel—. No recuerdo haber pedido esto.

—¿Eres amiga de Joohyun? —preguntó y la menor asintió—. Bien, es cortesía de la casa.

—G-gracias —dijo.

—Pensé que no tenías amigas, solo sueles venir con Jisoo o todo el Consejo —comentó.

—Vete a atender tus otros clientes —protestó.

—¿Quién es Jisoo? ¿Estás en el Consejo estudiantil?

—Olvidé contártelo, Jisoo es la presidenta y yo la vicepresidenta —contestó.

La mayor solo sonrió y estaba a punto de abrir la boca y decir algo más sobre la pelinegra, pero Joohyun le tapó la boca, no iba a dejar que dijera cosas vergonzosas frente a Seungwan. Tampoco que hablara sobre su relación con Kim, y la historia fallida de amor con ella.

—Veo que son cercanas, ¿acaso ustedes...? —las señaló.

—Irene es muy hermosa, pero no es mi tipo, además, soy mayor que ella, no podría andar con una chiquilla —habló la rubia.

—Ella anda con mi profesora, es mayor.

—Es lindo de tu parte hablar y regalarnos postre, pero hay clientes que vienen, ¿por qué no los atiendes y luego hablamos? —propuso la rubia menor, le agradaba Jeongyeon.

La mayor atendió a los clientes y ya era hora de cerrar, solo pasó media hora atendiéndolos. Después de eso puso el letrero de cerrado en la puerta y se sentó junto a las menores.

—Por primera vez cumpliste con tu horario de cierre —dijo con ironía la pelinegra.

—¿Quién eres? No nos presentamos apropiadamente —habló—. Soy Jeongyeon, puedes decirme Jeong, no me gusta que me hablen de Unnie.

—Seugnwan, dime Wendy —sonrió.

La pelinegra se levantó y fue a la barra para preparar café y té, volvió a la mesa con las tazas y se sentó en su respectivo lugar.

Había visto como aquellas rubias hablaban tan animadamente, tan rápido y ya se tenían confianza.

—¿De qué hablan? —preguntó al darles una taza a cada una.

—De tu antiguo amor, ¿por qué nunca me contaste completa la historia? —dijo con una cara triste la mayor.

—No es de tu incumbencia y es cosa del pasado —dio un sorbo a su taza de té—. ¿Qué importancia tiene ir por ahí y hablar sobre "Kang Seulgi"?

—¿No la has vuelto a ver? —consultó su amiga— ¿Tampoco hablaron?

—No he vuelto a ver ni saber nada sobre Kang en estos años —contestó con irritación.

—¿Segura? Ella me había dicho que... —fue interrumpida.

—Da igual.

—¿Puedes decirme que sucedió? Solo me dijiste un fragmento de tu historia de amor, jamás me diste detalles —interrogó Jeong.

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