[05] Familia

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Los dos pelinegros se sentaron, la menor en la cama y su padre en el piso, frente a ella.

—Soy humano. También he cometido todo tipo de errores y no quiero que seas igual que yo, pero ya es demasiado tarde como para decir todo esto, porque tú ya has caído en ese oscuro hoyo que te deja sin aire y comienzas a morir, y todo por estar siendo insegura de tus pasos y desconfiando de ti misma —dijo el mayor.

Joohyun escuchaba detalladamente cada palabra que saliera de la boca de su padre.

—El amor propio es el mejor tipo de amor —aclaró—. Es por eso que no debes buscar amor en otros lugares, bueno, primero deberías amarte a ti misma y después pensar en compartir un poco de tu amor con otra persona.

Irene asintió tras escuchar eso, estaba teniendo algunas respuestas de las tantas preguntas que se ha llegado a hacer.

—Uno, confía en ti misma y nunca dudes de ti; dos, no importa si caes, deber levantarte y seguir caminando; tres, mírate y recuerda quien eres; cuatro, no te compares con otros, solo con la persona que fuiste ayer y eres hoy; cinco y último, ve más allá de los límites y haz lo que mejor sabes hacer, así dibujarás tu camino y llegarás lejos.

Comenzaba a entender como pensaba su padre.
Al amarte y confiar en ti mismo, podrás hacer cualquier cosa y nadie te detendrá. Amarás a alguien, serás capaz de compartir un poco de tu amor y trasmitir la misma confianza que tú te tienes. Había escuchado a su madre mencionar algo como eso que, casualmente, su padre le dijo cuando estuvo en los peores momentos y comenzaban a salir.

—Te estarás preguntando: ¿por qué dices todo esto y actúas diferente? —la voz de su padre volvió a tomar toda su atención— Bueno, siempre fui un adicto al trabajo, tú eres la razón por la que abrí los ojos y vi que no todo se trata de trabajar, ser perfecto, el mejor y estar en la cima lleno de poder y dinero. Pero lo he dejado todo y he vuelto a mis viejos hábitos de cuando era joven.

—¿Qué cambió? ¿Tú que ves en ti? —preguntó la pelinegra.

—Un hombre, vacío y solo, infeliz al saber que lastima a su esposa e hija. Alguien que se aseguró de matar al pequeño niño soñador que habitaba en su corazón y su madre le hizo creer. También veo como mi linda hija comienza a encerrarse y se deja llevar por lo absurdos comentarios que he dicho sobre cómo deben ser los hijos de grandes empresarios, como vestirse, tratar con otros y que hacer.

Después de esa breve platica, él le mencionó lo que sucedió con su madre y que trataría de cambiar, y ser él mismo, el padre que alguna vez tuvo y cuidó de ella. Solo necesitaba saber que era lo que opinaba y quería ella, un futuro con ambos padres o solo con madre.

—Tus problemas con mamá son sus problemas, pero supongo que ella te daría otra oportunidad: cambia, vuelve a ser el hombre que eres y deja esa maldita adicción, mejora, hombre —dijo al terminar de escuchar como su madre lo ha mandado toda la semana a dormir en el sillón—. En conclusión, ve que hacer.

—Bien, cambiando de tema —aclaró su garganta—, ¿qué te gustaría hacer? Estoy dispuesto a cumplir tus caprichos.

—Solo te pediré una cosa, por el momento, ¿estás dispuesto a cumplirla, sin ninguna condición? —respondió.

—Lo que quieras.

—Sólo quiero ser yo misma —soltó—. Me gustaría ser como los otros, ya sabes, no exceder en gastos, presumir de dinero y ser el centro de atención de todo el país.

Ambos tenían que salir de donde estaban y recuperar su confianza y amor en sí mismos.

—¿Qué deseas hacer?

—Ser feliz, un buen padre, reunir y amar a mi propia familia. Ver y cuidar a mi hija, como juré desde que la tuve por primera vez en mis brazos.

—¿Por qué ahora quieres hacerlo? Desde un principio pudiste, podías tomar mi mano, montar en bicicleta y recorrer la gran ciudad. También cenar con mamá y demostrarle cuanto la amas. Renunciar o tomarte unas vacaciones en tu trabajo. —confesó y sus ojos estaban algo llorosos.

—¿Por qué? Porque tu padre es un idiota. Adicto al trabajo, saber que todo el mundo lo felicitará y estará orgulloso de él, porque le importan los comentarios de los otros. Pero esa noche, cuando tu madre me dijo que las estaba decepcionando, lloré en el sillón, no sabía cómo tomármelo. He decepcionado a las únicas personas y familia que me quedan.

Se paró de la cama y lo abrazó, el mayor gustoso correspondió. Se sentía como si hace una eternidad no hablaran -sin gritos o regaños-, y tampoco se abrazaban, transmitiéndose mutuo amor y confianza.

—¿Me darías una oportunidad para ser tu padre de nuevo? ¿Podemos volver a empezar y ver a donde nos llevara las cosas, si volvemos a unirnos? —habló su padre con la voz ronca. Lloraba al poder estar cerca de su hija.

—Quiero ser amiga de Seulgi, me gustaría saber hasta dónde iré con mi terquedad y su cercanía.
» Dijo que me sacaría de acá y me mostraría como realmente es el mundo, me llevaría y haríamos cada cosa que no he hecho, me sacaría del "castillo", pero creo que le has hecho las cosas más fáciles.

—No sabía que mi pequeña se enamoró a primera vista —su burló al romper el abrazo. Joohyun habló con ese brillo al ser novia de Bogum, cosa que no duró mucho por problemas con los planes del muchacho, pero no quería que fuera cierto el hecho de que su hija estaba enamorada de una chica.

—Ahora ni creas que te daré alguna oportunidad, largo de mi habitación, ahora —respondió con el mismo tono.

—No, por favor, déjame quedarme un poco más, ¿sí? —le siguió el juego.

—Gracias, papá.

—Puedes estar con ella, Wendy y cualquier persona; siempre y cuando no te lastimen —como amigas, él se refería a eso, cosa que pensaba que no era necesaria aclarar, ya que a Irene siempre le gustaron los chicos y nunca se vio atraída por alguien de su mismo sexo.

—Irene, ¿por qué...? —la mujer de cabellos castaños se acercó y sentó al lado de ambos pelinegros— ¿Me perdí de algo?

—No, querida —el mayor le dio un corto beso.

—¿Qué fue eso?

—Somos familia, ¿no? —la menor los abrazó a los dos.

Sí, sí que lo eran. Una familia perfecta e imperfecta a la vez, con muchísimos errores que estaban dispuestos a recompensar. Fallas que serían arregladas. Dolor que volvería a ser amor. Una calidez que volvería a inundar los corazones de los tres.
El momento de estar encerrada, sin amor, adicción al trabajo, se acabó. Era tiempo de ser una familia, llenando sus corazones de aquel amor que existió, dejar un poco de tiempo para compartir ese amor.

Los Bae jamás fueron perfectos. Nadie lo es, pero las personas hablan antes de conocer.
Si haces esto o aquello, todos pensarán que eres "especial" o "perfecto", sin embargo, todo eso se debe a hacer lo que amas y no detenerte, sin importar el dolor.

Perfección | SEULRENEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora