¿La vida en un Circo es así?

Capítulo LII: El perdón es difícil

- Serás un trapecista-

Gear se sorprendió ante esa respuesta. Su mirada se alzó al punto de poder ver la altura a la que estaba el trapecio. Demasiado para él.

Pero dijo que haría cualquier cosa, ¿no? Entonces no tenía otra opción.

- Lo haré-

Realmente nadie se esperaba que aceptara, ya que era más que lógico que el pelinegro jamás se había subido a un trapecio. De hecho nadie más, aparte de obviamente los trapecistas, lo había hecho.

- En ese caso, mañana empezarás a ensayar con Misono y conmigo-

Ambos se pusieron de pie, aunque las piernas de Mahiru fallaron y Gear fue quien lo atrapó, solo que Kuro de inmediato se interpuso y cargo al castaño.

- Me temo que aún no ensayaras Mahiru, estás enfermo y debes descansar. A este alguien más deberá enseñarle a subirse al trapecio-

Kuro podía sentir a la perfección la fiebre del niño, por qué a pesar de que fingiera estar bien se notaba a leguas que seguía mal.

- Yo no le enseñaré nada...pero sé quién puede encargarse de eso-

Misono contestó de inmediato.

Todos sabían a quien se refería, menos Gear, Youtaro y Kuro, quienes se llevarían la sopresa de su vida al conocer a aquel quien entrenaba a todos aquellos quienes desearan actuar en las alturas, cosa que de por sí ya era difícil.

Toru se llevó a Gear de inmediato, ya que las miradas de todos los demás miembros del circo se posaron sobre este, y de ellas solo desprendía el sentimiento de odio, por que ellos no eran tan "amables" o idiotas como Mahiru. Gear no se ganaría su perdón tan fácilmente.

Ya en la oficina de Toru este cerró la puerta y miró serio al pelinegro quien aún se mantenía nervioso y más al ver como el hombre se le acercaba para tomarlo de la mandíbula.

- Escucha muy bien por qué solo lo diré una vez. Puede que Mahiru te haya perdonado, pero los demás no lo harán, o al menos no tan fácil. Ni siquiera tienes mi perdón, pero por mi sobrino haría cualquier cosa..-

- P-pero yo jamás quise matar a Touma...-

Interrumpió el pelinegro, aunque un fuerte apretón de la mano que le sostenía lo hizo callar.

- No me des explicaciones. Se acabó. Ahora prepárate que los ensayos empezarán mañana. No solo estarás tú...el trapecista faltante llegará hoy para prepararse igualmente para mañana. Ahora lárgate de aquí y ve al cuarto del fondo. Ahí dormirás. -

Al ser soltado Gear casi corrió y cerró la puerta detrás suyo.

De inmediato fue al cuarto que le indicaron y se encerró en este bastante asustado, rechazado y muy triste.

A su costado tenía un bolso en el cual guardaba su libro preferido. Una de las pocas cosas que pudo rescatar del incendio de su hogar. Por qué si, alguien provocó el fuego, el cual se deshizo de casi todo.

Para su suerte el fue llevado a la mafia de un sujeto llamado Niccolò solo por unos meses tal vez. De ahí siguió una organización bastante extraña la cual se había encargado de eliminar la droga que corría por su sangre, aunque no pudieron erradicarla por completo.

Al estar más "limpio" sus pocas pertenencias le fueron dadas y simplemente lo echaron al bosque, donde se encontró con Toru y este lo llevó al circo.

<<Un trapecista>>

Ese pensamiento estaba repitiéndose constantemente en su cabeza. No podía ser tan difícil, ¿verdad?