^¥/"Te Extraño Hyung".⏳[/M¥^KT\]♠️

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.....TE EXTRAÑO.....

KIM VANTE.

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— ¿Qué es esto cariño? — preguntó el rubio con voz pasible y tranquila, intentando no tartamudear por la escena frente a él. Su corazón se estaba cayendo en pedazos. En dolorosos pedazos de cristal pero él no podía romperse, no, él pertenece a una de las familias más influyentes y poderosas. Él no podía rebajarse a llorar o ¿Si?.

— ¿De qué hablas Kim? — gruñó el moreno ignorando la pregunta del bajito rubio mientras una sonrisa ladina surcó su rostro.

Prepotente y cegado de la lujuria, del orgullo, de su ego por los cielos, de la asquerosa sensación de supremacía al ver cómo mancilla y humilla a un dulce y tierno corazón. El corazón del que se supone es su pareja y prometido.

— Ahh. . .mgh~ — gimió un castaño cuando sintió una fuerte estocada tocando su punto más sensible dentro de si, aquel mismo que lo llevó a los cielos dejándolo en un paraíso sin retorno.

El castaño con ahínco se aferró todo lo que podía al borde del pulcro escritorio de su jefe cuando sintió un gran revoltijo de excitación bajo su vientre. Su orgasmo se acercaba, él podía sentirlo.

El olor a sexo podía sentirse y olerse en todo el lugar. Cada rincón de aquella oficina se encontraba bañada de feromonas de excitación y lujuria.

Exceptuando el aroma triste y lleno de traición dolorosa que surgía del bonito rubio junto a la puerta.

No podía soportar el dolor pero tampoco podía moverse, porque ver frente a él a esos dos descarados follando como conejos y ante la gran traición que cometían frente a su persona, él se estaba destrozando pero aún debía de see fuerte. Él debía serlo.

— Por ¿por qué Jae-Jae Bum? — preguntó nuevamente  odiando el hecho de tartamudear y este hecho sólo hizo que de verdad se rompiera, sin poder retener sus lágrimas, sus manos sobre su boca intentado no gritar de dolor, haciendo lo posible por no derrumbarse frente al hombre que creyó que le amaba.

Cuán iluso era.

Jaebum sonrió altivo y sin una pizca de remordimiento al rubio de mirada llorosa, lleno de morbo y lujuria arremetió una vez más al pequeño castaño que se encontraba bajo él, gimiendo como perra en celo y pidiendo por más, sin importarle tres hectáreas que su prometido y novio de años estuviera presente.

Mientras el castaño pedía por más, el moreno se lo daba sin pudor alguno. Sus ojos fijos en el rubio que lo miraba desgarradoramente junto a un sentimiento de ahogo. Bastardo. Eso era lo que él era.

Jaebum sonrió altivo, sin poder y maliciosamente, dañando aún más al hermoso rubio frente a él.

— Porque YoungJae es perfecto. Él si es un Omega perfecto y hermoso.