^¥/"Te Extraño Hyung".⏳[/M¥^KT\]♠️

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.....TE EXTRAÑO.....

Dedicado a:
Dani-Hadson

QUERIDO

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Los doctores estaban más que sorprendidos, estaban en shock y casi al igual de temerosos observaron con grato interés al gran lobo albino que hace unos minutos les había gruñido e incluso les había amenazado con feromonas amenazantes y cargadas de ira.

¿Que si se llegaron asustar?. Claro que sí.

Rayos. Era la primera vez que veían un lobo -lobo cambiaforma- y para rematar, albino, en esos dos meses y medio, casi tres del siniestro llamado Ola de Calor era algo nuevo y gratificante que ver incluso su les llegaba a aterrar ese animal.

Pero ellos estaban en una especie de transe excitante y terrorífico porque en definitiva los doctores habían recibido órdenes del gobierno sobre notificar si un lobo se presentaba como animal interno pero eso fue lo último que se les pasó por la mente. Estaban fascinados de tal belleza humana-animal.

Se les había informado que estos animales, los lobos cambiaformas eran más salvajes y por ente aún más peligrosos para todos que la especie felina.  Obvio, si se llegaba a ver uno de estos cambiaformas pero versión lobo y no se había visto, hasta ahora.

Ellos en serio iban a notificar este gran descubrimiento en el momento en que salieron de su estupor porque, eso era para ellos el gran lobo blanco en esos instantes era tan sólo un gran descubrimiento.

Pero la llegada de esa mujer auto nombrada hermana gemela de la bestia y para rematar la científica Ji, fueron poco sus reproches e insistencias para poder hacer algo, tanto ellos cómo médicos cómo los agentes del gobierno; la mujer los dejó acorralados y jugó con varios trapos sucios del gobierno y cómo ellos tenían más poder que el ala médica pues sí, todo se manejó como YoonJi quería: sin problemas y sin tantas preguntas de por medio.

Esa mujer desprendía un aura amenazante y asfixiante y lo mejor de todo era que sabía usarla muy bien. No importó si los médicos eran betas o alfas. Todos quedaron bajo el mando de la señora Ji, bajo la palma de su mano.

Cuando ella arregló la situación, ella se alejó en silencio y tan sólo quedaron los doctores, el paciente y el gran lobo. Los doctores se tensaron en su lugar cuando percibieron el despertar del lobo. La inyección para dormirle ya no tenía efecto en el gran animal porque este era mucho más grande que otra bestia y dedujeron que esta sustancia no lo había "noqueado" cómo debería ser. Cada minuto que pasaba se sorprendían aún más.

— Está despertando. — dijo uno de los enfermeros.

— Lo está, pero no sé acerquen, si lo hacen sólo diré que ese lobo los atacará.