Capítulo 3: Un pequeño rayo de esperanza

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Lxs amo

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Lxs amo. <3

Ahora sí, el cap.

(...)

Morgause termina de recostar a una Evie inconsciente en la cama de su habitación. En ese momento ingresa Morgaine, su hija, que al ver a la peliazul se preocupa de inmediato.

—¿Qué le pasó?— exige saber.

—Agotó todo su poder. Su magia y mi magia siguen siendo insuficientes para abrir el portal que conecta a nuestro mundo con el más allá— comenta la mujer rubia, desanimada.

—La forzaste demasiado. No permitiré que la sigas llevando a su límite, madre.

Morgause observa como su hija quita mechones azules del rostro de la hija de Grimhilde y acomoda las almohadas bajo su cabeza para darle más comodidad. No hace comentario al respecto, pues siendo sincera, su hija no había mostrado ese interés en nadie jamás. Y, por el momento, aquello era bueno. Ahora Morgaine parece tener a alguien por quien desear vivir.

—No, ya no lo haré más— accede—. Comprobé que, efectivamente, necesito de los servicios de otra persona.

La chica la mira sin entender a quién se refiere. Morgause sonríe.

—Madre, ¿hablas de...?

—Tu primo. Por supuesto. No lo conoces, yo tampoco, pero tu tía educó a un hechicero de primer nivel. Alguien que posee una herencia mágica envidiable— Morgause habla emocionada. Su hija, en cambio, siente malestar en escucharla expresarse así de alguien a quien jamás ha visto—. Kheaden Pendragon. Lo traeré, y cuando venga, Morgana regresará a la vida sin más inconvenientes.

—Pero...

—Nada, Morgaine— la detiene—. Cuida a Evie. Cuando despierte dile que presciendo de sus servicios y que puede marcharse cuando lo desee.

Si antes la chica se había molestado por hacer que Evie llegara a su límite, ahora cree que el perderá de manera definitiva era mucho peor. Apenas la conoce y siente ya que no soportaría alejarse de ella. Sostiene una de sus manos entre las suyas y se arma de valor para enfrentar a su madre.

—Acaba de llegar hace un par de semanas, ¿y la echarás así como así?— se queja—. Al menos permite que te ayude una vez que Kheaden llegue. Ella es poderosa, magnífica y...

Morgaine se detiene al ver la mirada de su progenitora. No sabe de qué manera interpretarla.

—Bien, que se quede. Tienes razón. Podría servirme para otras cosas, y seguro Morgana deseará verla cuando vuelva a la vida.

Morgaine suspira. La mujer se dispone a irse.

—Y, Morgaine, es mejor que no le digas a tu padre lo que sientes por esa chica. No si no quieres que sea él quien la aparte de tu lado.

A N A R C H Y ¦ Descendientes (CHAOS #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora