Capítulo 22: "Evil Like Me"

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Alecto y Leka se encuentran en posición. Todo está listo. Adentro todos duermen, no notarán el fuego hasta que sea demasiado tarde.

—Hagámoslo de una vez— exclama Hadie.

El pre-adolescente tiene vendas en los brazos. Bajo las mangas de aquel suéter negro, disimulaba muy bien sus heridas. En cambio, las del rostro y cuello, transformaron su expresión dulce en una más... tétrica. Hadie no es el mismo. Hades se encargó.

—Tú no harás nada. Sigues débil— demanda su hermano mayor, haciéndolo retroceder.

—Alecto...— murmura Leka al ver que Hadie comenzaba a formar llamas azules con sus manos—, déjalo. Por esta vez.

Hadie ahora es tan inestable que los atacará sin dudarlo si es que alguno planea interponerse en su camino. Lo saben. El principio de la dura disciplina de su padre provocó aquello también con ellos.

—De acuerdo.

Leka estira los brazos. Alecto imita su acción.

—Esto nos condenará.

—Hermanito, ¿acaso tenías planeado ir a otro lugar que no sea el inframundo?

La marca de Hades se ilumina en azul arriba de sus cabezas. Esa es la señal.

—Yo...— Alecto sacude la cabeza. No puede echarse para atrás—. ¡Ahora!

(...)

Mulan, Shang y Lonnie se mantienen inmutables, sentados tras aquel antiguo escritorio de caoba alargado, mirando con claro resentimiento hacia la mujer de cabellos negros frente a ellos.

A ella. A la mujer que organizó toda esa rebelión que acabó con Shang, que le quitó las esperanzas por un largo tiempo.

Merlín, que hace de intermediario, está justo en medio del espacio que separa a la familia fragmentada y a la mujer que tanto ama.

—¿Cómo puedes perdonarla?— murmura Mulán, la vocera de la familia—. Ella asesinó a tantas personas y tú te atreves a ingresarla al hogar que una vez destruyó. A mi hogar.

Shang toma la mano de su hermana, dando un ligero apretón. Ambos descendientes de la dinastía Li y Fa han sido convocados a presenciar aquel improvisado juicio. Era tarde para retractarse. De los dos la hija era quien quería arrancarle los ojos a Morgana, por su padre y por todo lo que les hizo pasar. Le parecía increíble que su madre no lo haya hecho ya.

—En realidad fue Shan Yu y su hijo quienes lo hicieron— aclara Morgana, interrumpiendo a Merlín antes de que saliera a su defensa—. Yo quería únicamente el territorio. Y, aún sin mí, ellos habrían atacado— agrega, mirando a Shang—. El ataque era inminente. Se profetizó cuando la barrera en la isla cayó.

Shang ya la conoce. Él confía en ella. Muy a su pesar, desde que regresó de la muerte, ella lo ayudó a combatir el dolor de la resurrección con su magia. Le explicó su versión. Lo convenció de que la culpa no era suya. Ahora es difícil que quiera matarla.

—Pero tú les otorgaste magia oscura a su ejército— rebatió Lonnie, con odio.

—Yo... — era cierto. Ella les dio fe su magia para lograr el objetivo—. Es verdad. Lo hice— admite.

Morgana muerde el interior de su mejilla, y pide ayuda silenciosa a Merlín. Él se queda absorto por unos segundos, sorprendido de la vulnerabilidad y fragilidad que la hechicera muestra. Cuando reacciona, se gira hacia Mulan.

—No pedimos su perdón. Ella cometió errores. No es inocente.

Morgana hace un sonido con su boca cargado de molestia. Merlín suprime una sonrisa.

A N A R C H Y ¦ Descendientes (CHAOS #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora