Capítulo 24: Sucumbir

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Capítulo dedicado a: joannnaas y KeityTxs por su apremiante motivación. Las amo chicas JAJAJA❤️

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Después de todo lo que pasó...
Después de todo lo que sufrió...
Después de perder y recuperarlo todo... ¿Así era cómo debía suceder? ¿Con su madre y padre unidos, únicamente para convertirla en un títere hecho a su semejanza?

Mal se niega a creer que así deba ser.

Tiene tanto por luchar, tanto por defender, y, sin embargo, la esperanza la abandonaba mucho más rápido de lo que hubiera esperado.

Apenas unos días han transcurrido desde que llegó ese lugar, y se sienten como años.

—Uma— murmura, sentada, mirando por la enorme ventana de la habitación, con las rodillas recogidas hacia su pecho—, ¿por qué seguimos luchando?

La hija de Úrsula resopla. En un principio cree que es una broma de parte de Mal, pero al ver su rostro serio, apagado, sin un rastro de su usual brillo, se da cuenta de que la pregunta va en serio.

—¿Por qué no hacerlo?

La chica de cabello turquesa, después del infierno que ha vivido, se niega a doblegar su voluntad. A pesar de todo el dolor que logren causarle, heridas tanto físicas como mentales, ella sigue inquebrantable.

—Mírame... — murmura Mal—, mírate...— la mira por unos segundos, y su corazón duele al verla en el estado en el que está—Nos están acabando.

—Lo hago por Harry, por Gil y ese tonto pelirrojo que es parte de mi pandilla ahora. Si nos unimos a ellos, será peor.

Mal encontró a Uma en el Páramo. O ella la encontró. No lo sabe bien. La pelimorada sintió alivio al encontrarse con un rostro conocido, pero rápidamente se convirtió en preocupación e impotencia. Ellos habían sufrido mientras ella disfrutaba de una fingida paz.

Nunca se preocupó en buscarlos, creyendo que estaban bien. Egoísta.

—Yo tengo a Ben. A mis amigos— dice Mal en voz baja—, pero creo que terminaré por hacerles más daño si continuo resistiendome a mi madre.

Cierra los ojos unos instantes, recordando los rostros de las personas que la hacían levantarse día con día. Y, poco a poco, se da cuenta, éstos rostros pierden nitidez. Quizás comienza a perder la razón, o quizás ya la perdió y apenas está dándose cuenta.

—No digas estupideces.

—¿Son estupideces, Uma? Yo creo que no. Es decir, es nuestra naturaleza. Y debo aceptarlo de una vez por todas.

Usa el dorso de sus mano derecha para tallar con fuerza su mejilla. Uma se baja de la cama, y duda sobre si acercarse o no. Mal enfrenta una batalla mental y moral, tan fuerte, que la consume mucho más rápido que cualquier castigo impuesto por la Emperatriz del Mal.

—Recuerda por quiénes luchas.

—Por ellos es que quiero que todo esto acabe— responde, segura.

—Una vez que ingresas, ya no hay salida. Lo sabes. Lo sabemos bien.

Mal niega. Mira el paisaje gris y sombrío, y sabe que justo así se siente. Sin vida. Sin ganas de seguir luchando para sobrevivir.

—Esto no acaba con aceptar cualquier cosa que te proponga Maléfica. Esto acabará cuando no exista más maldad en este mundo.

—La maldad es parte de mí.

A N A R C H Y ¦ Descendientes (CHAOS #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora