La casa humilde de los Tremaine no tenía las habitaciones suficientes como para albergar a los cinco adolescentes que llegaron de sorpresa en busca de asilo, aún así, se les recibió con los brazos abiertos.
Uma y Dizzy duermen en la habitación de la más pequeña de la casa, aunque la niña no duerme ahí, si no con sus padres. Annie les cedió la habitación con tal de no estar cerca de ellas, pues aún desconfiaba.
Chad, Gil y Harry duermen en la sala. Dexter se negó a compartir su pequeña habitación con ellos. El rubio proveniente de la Isla fue el que enos suerte tuvo y debe dormir en el duro suelo.
Es alrededor de media noche cuando el pelirrojo, hijo mayor de Anastacia, se escabulle a la cocina por un vaso de agua. Se detiene a observar a los tres unos cuantos segundos, sin notar que uno de ellos estaba despierto.
Dexter va a la cocina. Se encuentra tomando agua cuando escucha a alguien tras él.
—Chico ensalada— saluda Gil.
—Mi nombre es Dexter— lo corrige.
Él chico cruza los brazos, alzando una de sus perfectas cejas, a la espera de que se disculpe por llamarlo de esa forma.
—Uh, lo sé.
Gil desliza una sonrisa coqueta, asustando al chico, quien piensa en huir cuando los ojos del pirata lo recorren de arriba a abajo. El escalofrío que lo recorre es algo nuevo, aunque no desagradable.
—¿Eres gay?— pregunta Gil.
Dexter abre la boca y vuelve a cerrarla impresionado por la facilidad de aquel desconocido para preguntarle algo como eso con tanta confianza.
—¿Tú lo eres?— duda.
—Oh, sí. Soy demasiado gay.
Dexter presta atención al pirata. Sus brazos... Dios, eran enormes. Podía apostar a que debajo de esas ropas ocultaba un físico de infarto. Reprime el impulso de morder su labio inferior y retrocede cuando Gil se acerca más de la cuenta.
Que Dexter fuera gay no quería decir que fuera libre de expresarlo. Aún tenía que decirle a sus padres.
—Hueles delicioso— Gil aspira su dulce aroma, extasiado, no creyendo que un chico pudiera oler así de bien.
—Um, ¿gracias?
El pirata inclina un poco la cabeza hacia atrás. La tensión en el pequeño lugar es casi palpable.
—¿Me recuerdas tu nombre?— pide Dexter con voz ahogada. Jamás había interactuado de esa forma con nadie de su mismo sexo.
Desde que llegó había decidido ignorar las miradas del rubio, creyendo que imaginaba el coqueteo. Al parecer su cabeza no inventó nada.
No era nada similar a las películas que solía ver. Ser un gay de clóset le había impedido toda su vida relacionarse con más chicos como él, por lo que era inevitable sentirse algo incómodo. Aunque no de la mala manera.
—Gil— responde.
—Bien, Gil, te agradecería si no volvieras a llamarme chico ensalada. Buenas noches.
Sin esperar nada más, se aleja por el pasillo directo a su habitación. Gil no perdió detalle de su trasero ni de su físico, el cual no era muy sorprendente, pero sí tentador. Quizás no fuera musculoso, pero había encanto en su complexión delgaducha. Lo hace sin dejar de sonreír.
Es demasiado lindo, piensa, suspirando.
Se dispone regresar a dormir, cuando, sin previo aviso, la casa se sacude de forma violenta.
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A N A R C H Y ¦ Descendientes (CHAOS #2)
Fanfiction💥SEGUNDA PARTE DE CHAOS💥 Si se pensó, solo por un momento, que el caos se terminó, aquello no fue mas que efímera equivocación que terminó cuando todos se dieron cuenta de que el caos apenas y comenzaba. Ahora todo empeora cuando la persona menos...