Capítulo 17: Trueque

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Narrado por Caroline

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Narrado por Caroline

—Lo siento Danny.

Georgina tomó un palo que estaba en la habitación y golpeó a Danny dejándolo inconsciente. Me acerqué a su cuerpo tirando en el suelo y le pedí disculpas nuevamente

Evan me sonrió por la decisión que había tomado, ahora debía ir por alguien para que tomara el lugar de Danny. Y dadas las circunstancias, Lizeth era la elegida.

—Te veo en el cementerio, en la cripta Playfair. Juega limpio Care.

Asentí y salí de la habitación recorriendo la casa en donde una vez fui secuestrada por Christopher, y la casa donde encontramos a Tessa muerta.


La corriente de aire que corría en la calle era fuerte. La luna deslumbraba con su brillo a través de las calles que recorría. Absolutamente todas las casas se encontraban con las luces apagadas. Nadie que me pudiera ver, nadie que me pudiera escuchar.

Caminé lo más rápido que pude, pensando en cómo les diría que Lizeth era una traidora y que debía de tomar el lugar de Danny para poder continuar el juego.

Al estar fuera de la casa giré la perilla y entré. Dylan se asomó en seguida y su expresión cambió en cuanto no vio a Danny. Las chicas también se acercaron detrás de él esperando a que dijera algo.

—¿Dónde está Danny? —preguntó finalmente Dylan.

—Confía en mi Dylan. Por favor, es lo único que te pido.

—¿Qué está pasando Caroline? —preguntó Amber acercándose más a mí.

—Lizeth, necesito que vengas conmigo.

En cuanto dije eso, Lizeth se puso nerviosa. Preguntó por qué es que debía de ir conmigo, y simplemente le respondí que era parte del juego. Pensé que no me creería, pero sabiendo en lo que estábamos metidos, accedió sin pensarlo.

Dylan me tomó del brazo jurándole que Danny estaba bien y que lo traería a salvo. Le pedí que se tranquilizara, que todo estaría bien después de lo que sucedería.

Caminamos de regreso al cementerio. Intenté hacerle la plática a Lizeth lo más amena posible para que no sospechara nada de lo que estaba a punto de hacer.

Seguía sin creer que ella había hecho un acuerdo con Evan con tal de salvarse a sí misma y a sus padres. Todos estábamos envueltos en esto, no podíamos traicionarnos de esa manera. Y menos, sabiendo que nuestros padres también colgaban de hilos frágiles.

—¿A dónde vamos Care? —hizo finalmente la pregunta que quería evitar.

—Al cementerio, es su condición.

—Tengo miedo...

—Yo también, pero no queremos que le pase algo a nuestros padres o a Danny. ¿Cierto?

—Cierto.

—Entonces debemos apurarnos —dije lo más neutra posible.

Atravesamos los jardines de varias casas para acortar el camino al cementerio. Era una de las maneras más fáciles de llegar, sin tener que dar tanta vuelta.

El camino cada vez se volvía más oscuro conforme nos alejábamos del suburbio. Sacamos nuestros celulares y encendimos las lámparas para ver por donde pisábamos. A cada paso sentía un escalofrío recorrer mi cuerpo por lo que estaba por pasar.

Al entrar al cementerio cruzamos las tumbas hasta llegar a la cripta en la que Evan nos esperaría. Una vez que vislumbramos el punto exacto, caminamos en seguida hasta que volvimos a estar cara a cara.

Esta vez había cuatro personas detrás de él con capuchas, no podía ver sus rostros para identificarlos. Sin embargo, sabía que una de ellas era la chica que me había desatado.

—Bienvenidas —dijo Evan después de que nos acomodamos cerca de él. Danny estaba sentado con las manos atadas, sobre el concreto de una de las tumbas.

—Ya cumplí mi parte Evan, cumple la tuya.

—¿Qué? ¿De qué hablas? —preguntó Lizeth viéndome a los ojos. No pude evitar que se cristalizaran.

—Lo siento Lizeth, pero tú nos traicionaste primero.

—No, espera —respondió agitadamente. Volteó hacia atrás con intenciones de escapar, pero fue agarrada por dos de los encapuchados—. ¡Caroline! ¡Por favor!

—Suelten a Danny... —finalmente dijo Evan. Entre risas se acercó a Lizeth y le acarició la mejilla—. No debiste haber traicionado a tus amigos, ¿ves el costo?

—Por favor... No quería hacerlo, pero mis padres Care...

—¡Son los padres de todos! —grité secando las lágrimas de mis mejillas—. ¿Cómo pudiste Lizeht? Estamos juntos en esto, no unos en contra de los otros.

—¡Suficiente! —exclamó Evan dando indicaciones de que se llevaran a Lizeth. A rastras la fueron jalando. Los gritos no paraban de cesar hasta que finalmente se desvanecieron en la oscuridad.

—¿Y ahora? —preguntó Danny volteándome a ver.

—Una menos. Jueguen bien el resto de ustedes si no quieren terminar como ella, ¿entendido?

Nos quedamos en silencio hasta que Evan también desapareció. Danny no quitaba la vista de mí, estaba sorprendido por lo que había hecho. Pero era ella o él, y Lizeth me había dado un motivo.

—No sé qué es lo que acabas de hacer Caroline.

—Salvar tu vida, eso fue lo que hice.

—Pero...

—Hice lo que tenía que hacer Danny. No me juzgues, pero no de ser por su traición no estaríamos envueltos en esta situación.

—¿Qué le vamos a decir a los demás?

—La verdad —respondí autoritariamente. No tenía pensando mentirles una vez más.

Salimos del cementerio y regresamos a casa en silencio durante todo el camino.

Nos recibieron con abrazos los tres, pero Amber fue la que disparó la pregunta con respecto a Lizeth.

Les conté la verdad de lo que había sucedido en cuanto fui por los objetos de mi nivel. Les dije sobre el vídeo que Evan había reproducido. Todos se sintieron decepcionados, pero al mismo tiempo estaban sorprendidos por la decisión que había tomado al entregársela al diablo.

—¿Estaremos bien? —preguntó Tiffany quien me mostró que era la siguiente en el juego.

—Solo si no jugamos individualmente. Saldremos de esto, juntos. 

 

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Stewartville (Libro III) |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora