Capítulo 21: La Tercer Noche

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Evan había tenido la descabellada idea de atacar un internado, en donde acogían niños que sus padres abandonaban

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Evan había tenido la descabellada idea de atacar un internado, en donde acogían niños que sus padres abandonaban.

Parecía ser, que quería llevar al límite su sed de matar personas. Incluso para los otros tres, les parecía ser una idea fuera de sus expectativas. Sin embargo, accedieron a ella.

Evan de alguna manera se estaba volviendo más loco de lo que ya estaba. Había fantaseado con tener un baño de sangre de aquellos niños que había vigilado durante una semana. Incluso su mente morbosa lo llevó a imaginar teniendo sexo con sus amigos, todos bañados en la tinta roja que sus víctimas habían derramado.


Los cuatro se ofrecieron como voluntarios para ayudar a los tres encargados del internado. Los señores Black y su hijo adulto, habían sido responsables del lugar durante años. En total, había quince niños de entre diez y trece años de edad. Los tres más pequeños ya estaban siendo procesados para ser adoptados por familias.

Pero a Evan no me importaba nada de ello. Su objetivo era acabar con sus vidas.

Durante meses se adaptaron a vivir con ellos. Sabían todos los movimientos que se llevaban a cabo dentro del internado. Solo estaba esperando el día indicado para realizar el plan que tanto había diseñado.

Su plan consistía en dormir a todos. Deshacerse primero de los tres adultos, y finalmente ir tras los niños hasta acabar con cada uno de ellos. Sonaba demasiado sencillo su plan, pero tenía que esperar que ninguna familia se presentará para conocer a los niños. Y aquello, era su principal inconveniente. Porque siempre había una familia al día recorriendo las instalaciones y pasando veinticuatro horas con los niños.

A pesar de que no eran elegidos, siempre había familias donando víveres para el internado. Comida, juguetes, ropa, todo lo que fuera para la mayor comodidad de los niños y los dueños del sitio.

—Esta noche amigos.

—¿Estás seguro de ello Evan?

—Sí, hoy nadie está de visita. Y mañana tampoco tenemos registros de personas que vengan. Así que esta noche lo haremos.

Los tres asintieron dándole la razón a Evan. El momento que tanto había esperado, estaba a segundos de llevarse a cabo. La noche más oscura para ellos estaba a punto de iniciar. 

Claire se había encargado de la comida, echando sedante en ella para que todos cayeran en un sueño. A la hora de la cena, ellos decidieron no comer nada excusándose en que ya lo habían hecho. Que agradecían su atención, pero el hambre había pasado.

En cuanto todos cayeron dormidos, una sonrisa en el rostro de Evan se fue dibujando. Era una sonrisa peculiar, llena de maldad y odio hacia todas las personas que estaban ahí.

Richard le ayudó a llevarse a los tres adultos a la sala en donde las chicas clavaron estacas de metal sobre la pared. Los colgaron a cada uno de ellos amordazados. En los laterales estaban la pareja y en medio el hijo, la familia con la que habían convivido se encontraba próxima a su muerte.

Georgina y Clarie ataron a todos los niños en grupos de cuatro, dejando a uno de tres personas. Todos fueron colocados en la sala central donde estaban colgados los encargados, por lo que todos serían espectadores de la escena que se llevaría a cabo.


Los primeros en despertar fueron los tres dueños del internado. Llenos de confusión se dieron voltearon a ver. Las palabras que intentaban emitir quedaban atascadas entre las mordazas que traían puestas. Evan se colocó frente a ellos y riendo los observó.

La desesperación y crisis que estaban viviendo, solo servía de alimento para Evan. Disfrutaba ver a las personas sufrir y observarlas en ese estado caótico. Dio media vuelta y caminó tomando un hacha que tenía en el suelo.

La señora de la casa comenzó a sollozar porque una parte de ella sabía el destino atroz que pasaría a continuación. Detrás de Evan aparecieron los otros tres observando a los niños comenzar a despertarse.

Desconcertados se voltearon a ver los unos a los otros. Intentaron desatar las cuerdas que los mantenían presos, pero fue en vano. Entre lágrimas podían imaginar sus voces implorando por ayuda, pero nadie iría en rescate de ellos. Eran sus últimos minutos con vida.

Evan cedió el hacha a Claire y le señaló al padre de la familia. Se acercó a él lentamente mientras reía. En cuanto estuvo frente a él le sonrío y tomó el hacha clavándola en su estómago simultáneamente. Los intestinos del señor comenzaron a salir quedando colgados. El suelo comenzaba a llenarse de sangre y las risas de Evan llenaron la sala de más terror.

Richard y Georgina hicieron lo mismo con los otros dos. Una vez que los mataron, se fueron acercando a los niños quienes estaban completamente asustados por lo que habían observado.

Evan se acercó al primer grupo de niños en el suelo. Con un cuchillo comenzó a cortar los cuellos de cada uno con la intención de que el suelo se llenara de sangre. Los gritos de cada uno de ellos se ahogaban en cuanto la sangre iniciaba a brotar.

Hubo una niña que logró librarse de la mordaza que traía y le imploró por su vida. Diciéndole que la iban a adoptar pronto, pero sin inmutarse Evan le cortó la garganta haciendo que la sangre salpicara en su rostro. Se lamió los labios para quitar el líquido rojo que tenía y avanzó al siguiente niño.

Para el último grupo de tres niños, decidió prenderles fuego.


Una vez terminada la atroz escena, comenzó a desnudarse y les ordenó a sus compinches que también lo hicieran. Los tres terminaron dejando todas sus prendas en el suelo y se acercaron a Evan.

En seguida, él se abalanzó hacia Richard y lo besó ferozmente. Las chicas se acercaron a ambos y comenzaron a tocar el suelo para llenar sus manos de sangre. Posteriormente acariciaban los cuerpos de los hombres tiñéndolos de color rojo.

El sexo en grupo que llevaron a cabo, fue un pacto que repetiría cada que uno tuviera las ganas de que sucediera. Entre risas tomaban la sangre del suelo y la echaban a los rostros de los demás.

Finalmente, Evan se levantó a los cuerpos de los niños quemados. Con el pie los empujó, haciendo que estos cayeran al suelo y se desprendieran algunas de sus extremidades.

 Con el pie los empujó, haciendo que estos cayeran al suelo y se desprendieran algunas de sus extremidades

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¡Hola Marcados!

Qué locos están estos monitos, ¿verdad? O: 

Oigan, quiero extenderles una de mis ideas para un futuro. 

He pensando en hacer un spinoff contando la historia de La Triada Maldita, pero ustedes díganme. 

¿La leerían? O:

Stewartville (Libro III) |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora