Capítulo 32: Stewartville

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Tiffany había sido astuta al encontrar una compuerta en el suelo. Se preguntaba a donde llevaría ese pasaje secreto, y sobre todo se preguntó el por qué nadie lo había visto durante su concurso de hace años.

Volteó a todos lados para verificar que nadie estuviera cerca. No quería tener compañía de nadie mientras inspeccionaba el lugar. Al notar que era la única alma en ese espacio del laberinto, decidió entrar por el acceso encontrado.

Bajó por unas escaleras hasta pisar suelo sólido. La poca iluminación que había sobre el pasillo en el que se encontraba no le ayudó a descubrir el sitio en donde estaba, pero comenzó a caminar con tal de saber qué era ese lugar.


Al llegar a un pasillo que doblaba en ambas direcciones, se percató que había un mapa pegado en la pared. Con su linterna iluminó todo el papel con líneas trazadas y se dio cuenta del lugar al que pertenecían.

Los túneles subterráneos de Stewartville.

No podía creerlo. Toda su vida había creído que simplemente era una leyenda del suburbio. Nadie se había tomado la molestia de buscarlos, porque habían sido usados para atroces experimentos con las personas. Además de que, contaban que algunos pasillos te llevaban a calabozos en donde torturaban a las personas.

Y ahora, estaba dentro de ellos. Entendió cómo es que Evan se movía dentro de Stewartville. Entendió cómo Malcolm había hecho de las suyas en la graduación, todo comenzaba a tener sentido para ella.

Siguió observando el mapa hasta encontrar lugares clave para que pudiera salir de ahí. Había sitios marcados, y en cuanto los vio uno a uno halló salidas. Mínimo había cinco puntos en la zona donde el laberinto había sido construido, otro más estaba cerca del salón en donde había sido su fiesta de graduación, uno más quedaba situado por la antigua casa de Malcolm Stewart.

—Malditos bastardos, así lo hicieron.

Arrebató el mapa del muro para poder guiarse a través de los pasillos, pero en cuanto giró hacia atrás terminó noqueada por una persona que ya la esperaba.


Caroline corría a través del laberinto mientras era perseguida por un encapuchado. En un movimiento brusco su colgante salió disparado al suelo, y en cuanto el sujeto que la seguía lo encontró, se maldijo así mismo.

La rubia seguía corriendo por su vida hasta que se dio cuenta de que ya nadie la seguía. Se detuvo por un instante y contó hasta veinte con la intención de confirmar que en efecto, ninguna persona estaba tras ella.

—Uno, dos, tres...

Retomó su conteo para calmar los nervios que sentía al no encontrar la salida. Dio un gran suspiro y continúo su camino.

Durante quince minutos estuvo dando vueltas y vueltas hasta que finalmente logró vislumbrar los árboles de las entradas del laberinto. Recordó el concurso en el que Danny había encontrado la cabeza de Natalie y donde Steve había sido herido de gravedad.

Caminó rectamente para poder dar vuelta en la esquina, pero terminó siendo jalada y silenciada por alguien. Era Danny. En cuanto logró que ahogara su grito, le susurró que lo siguiera.

Terminaron alejados de la salida a la que iba Caroline.

—¿Qué haces? Ahí estaba la salida.

—Pero no está libre. Yo también intenté ir hacia ese lugar, pero en cuanto llegué vi a una persona aguardando ahí —Caroline abrazó a Danny al darse cuenta de que ambos seguían vivos y sanos.

—Me alegra que estés bien.

—Yo igual Care, pero debemos hallar otra salida. Me quedé esperando aquí pensando en que Dylan llegaría, pero no...

—Lo buscaremos y saldremos de aquí.

—Pero recuerda que no podemos estar juntos.

—Al inicio, el laberinto obvio iba a hacernos coincidir en algún punto.

Tomados de la mano volvieron a adentrarse al laberinto. Los dos iban observando a todas las direcciones cada que llegaban a un cruce de caminos. Caroline en ese momento recordó que Violet era buena para ese tipo de escenarios, siempre encontraba una salida.

Avanzaron sobre un pasillo recto, pero se pegaron a los muros en cuanto vieron pasar a alguien en la intersección que estaba frente a ellos. Danny le indicó a Caroline que fueran avanzando lentamente hacia atrás. Poco a poco salieron de ese pasillo quedando fuera de la vista de la persona que estaba cerca de ellos.

—¿Y ahora? —preguntó Caroline al saber que no podían seguir avanzando en esa dirección.

—No sé, si volvemos tendremos que elegir otro camino que seguro solo nos adentrará más.

—Evan no dejará que salgamos Danny... siempre fue su plan acabar con todos.

—¡Hey! Caroline, no pienses eso.

—Te dije que algo pasaría en la fiesta, y ve lo que resultó ser. Nuestros padres están muertos, ni siquiera sabemos dónde están los otros.

—Saldremos de aquí, te lo prometo.

Volvieron a regresar al cruce en donde habían tomado la dirección que llevaban. Esta vez se fueron hacia la derecha, en donde continuaron caminando hasta que se cansaron de estar dando vueltas.

Llenos de desesperación, empezaban a sentir que no encontrarían una salida. Danny estaba más angustiado por no encontrar a Dylan, ya habían recorrido un largo tramo como para no haberse cruzado en algún punto.

Caroline tomó aire y volvió a agarrar las fuerzas necesarias para continuar avanzando. Estiró su mano hacia Danny y este la tomó para que siguieran adelante. Llegaron a un cuadro como en el que había estado Amber anteriormente, pero en este ya había una persona en el centro.

—Tiffany... —soltó Caroline al ver a su amiga.

Los dos corrieron hacia ella, pero se detuvieron en el momento en que una chica apareció de la nada. Se colocó detrás de Tiffany, que ya estaba con las lágrimas cayendo sobre sus mejillas.

Claire se presentó ante ellos, aunque Tiffany ya sabía quién era: la chica que le había dado la caja musical. Danny quiso hacer algo, pero un movimiento en falso ocasionaría la muerte de su amiga. Claire sacó un cuchillo que tenía escondido detrás de ella, lo colocó en el cuello de Tiffany en amenaza por si querían hacer algo estúpido.

Una persona más salió de uno de los pasillos de atrás. Ese vestido lo reconoció al instante y cuando se colocó a lado de Claire, se quitó la nueva máscara que llevaba puesta.

—¿Megan? —preguntó Danny desconcertado ante lo que estaba viendo.

—Hola Danny. 

 

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Stewartville (Libro III) |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora