Tras los acontecimientos vividos en su fiesta de graduación, los sobrevivientes serán llamados para formar parte del festejo de los 175 años de Stewartville. Por lo que serán protagonistas del baile en la fiesta de antifaces más esperada por el veci...
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Seis meses después de la graduación
Siguió el rastro de cada uno de ellos.
Y no estaba solo. Había reunido a sus amigos más cercanos para llevar a cabo su mayor misión: terminar con los sobrevivientes de la graduación.
Georgina, Claire y Richard.
No solo eran amigos con los que Evan había formado un lazo de amistad, eran personas con las que había hecho cosas crueles antes de mudarse a Stewartville.
Y ahora, volverían a sus andadas para cumplir el plan de su líder.
La noche era oscura. El aire que corría por las calles se llevaba a las hojas del suelo. Había una casa en particular que se hallaba en las colinas de Catterville.
Georgina se había encargado de estudiar el área, conocer la rutina de la hermosa familia que vivía en ella. Claire se había hecho amiga de Mr. y Mrs. Williams, los dueños de la casa, se había convertido en la niñera de los tres niños.
El equipo necesitaba un lugar de reunión donde pudieran estar alejados de toda la sociedad de Catterville. Lo único que necesitaban era eliminar a las personas que vivían en ese aposento.
—Buenas noches Mrs. Williams —habló Claire mientras esperaba fuera de la casa.
—Hola cariño, pasa por favor. Los niños están arriba, los gemelos jugando y su hermana en su habitación.
—Claro, no se preocupen que los cuidaré mientras ustedes van a su velada.
—Gracias Claire, lamentamos haberte interrumpido en tus tareas —dijo Mr. Williams apenado por haberla llamado de improviso.
—No hay problema, traje mis cosas para adelantar mis deberes.
—Ya sabes que todo está a tu disposición, no dudes en tomar lo que gustes.
—Muchas gracias, en verdad.
La pareja al parecer festejaba su aniversario de casados, por lo que iban vestidos con ropa elegante. Al despedirse de Claire, su mirada cambió repentinamente, la maldad se podía ver en sus ojos.
Sacó su teléfono y escribió rápidamente un mensaje de texto. Lo dejó caer sobre el sillón que estaba en la sala.
Mientras tanto, la pareja abordaba a su vehículo. Entre risas comenzaron su camino hacia su destino. Parecían una familia realmente feliz y no esperaban para nada que esa noche terminaría todo.
Durante la bajada de la colina, Richard apareció repentinamente sobre su camino. Mr. Williams frenó instintivamente en cuanto las luces iluminaron el rostro de la persona que llevaba su playera cubierta de sangre.
—¡Oh por Dios! —gritó Mrs. Williams cubriendo la boca con sus manos.
