Capítulo 24: ¿Te quieres casar conmigo?

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Narrado por Danny

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Narrado por Danny

Llegamos a casa y las chicas nos abrazaron fuertemente. Volvíamos a estar juntos, sanos y salvos.

—Debemos apurarnos, nos queda poco tiempo. Megan me mandó mensaje diciendo que pasaría por nosotros —dijo Caroline que comenzaba a subir las escaleras aprisa.

Las tres llevaban la delantera porque ya habían tomado un baño en lo que fui en busca de Dylan. Solo faltábamos nosotros dos.

Entré al baño y comencé a quitarme la ropa para ducharme rápidamente. Dylan entró después de mí, observé como se libraba de las prendas que cubrían su cuerpo perfecto. En cuanto se bajó el bóxer se acercó a mí y me besó tan lentamente, que sentí como si estuviera flotando en el aire.

Terminamos de bañarnos y en seguida nos fuimos a nuestra habitación para portar nuestros trajes de gala con los sacos y antifaces. Dylan quedó encantando en cuanto vio el de él, además de que eran idénticos a excepción del color.

Nos vimos en el espejo y en verdad lucíamos bien. Me tomó de la mano para bajar con las chicas que ya habían terminado de arreglarse.

—Mira, qué elegantes —dijo Tiffany en cuanto íbamos bajando las escaleras.

—Pero ustedes no se quedan atrás —respondí mirando a cada una de ellas en su respecto vestido—. Se ven muy bien con esos vestidos.

—Ya llegó Megan, es hora de irnos —hablo Caroline al ver una silueta fuera de la casa. Al abrir, se encontró con aquella niña que había visto crecer, ahora convertida en una señorita. Su vestido era rojo, por lo que al tener tez clara logró encajar bien.

—¿Listos? —preguntó al vernos a todos.

—Listos —respondió Amber, quien tomó la delantera saliendo de la casa.

Dos autos elegantes nos esperaban fuera. Megan dijo que Trisha se había encargado de alquilarlos para nosotros. Todos los que habíamos regresado llegaríamos en autos similares al evento.

En uno nos fuimos Caroline, Dylan y yo. Una vez dentro nos pusimos los antifaces para que al llegar no tuviéramos prisa. En el camino nos fuimos en silencio, sabía que todos estábamos pensando en lo que seguiría después.

Nuestra estancia en Stewartville se estaba acabando, y debíamos salir victoriosos del juego de Evan.


Al llegar al centro, todo estaba repleto de gente con vestidos elegantes y trajes con sombrero. Algunas damas llevaban sombrillas de la época, y otras más simplemente traían peinados extravagantes.

Caroline me miró de reojo riendo porque ellas no se habían hecho un gran peinado. Avanzamos entre la multitud y llegamos a donde se encontraban todas las mesas con copas y platos, para la cena que habría después del baile.

Por un momento recordé la graduación. Había una mesa especialmente reservada para nosotros cinco. Ante la ausencia de Lizeth, Megan tomó su lugar y se quedó feliz viéndonos a todos.

—Gracias por haber regresado, en verdad.

—No te preocupes Megan, es bueno estar en casa. Y aún más bueno, el verte después de todo este tiempo —respondí sonriéndole.

—Lástima que mañana se irán...

—Pero seguro volveremos a vernos, tenlo por hecho.

Todos tomaron sus respectivos asientos esperando a que diera inicio el evento.

Minutos después Trisha y otras personas subieron al estrado, en donde había colocadas otras sillas especiales para ellos. La mujer que nos había recibido, se levantó de su lugar para dar unas palabras.

Buenas noches a todos. Que gusto me da ver a tanta gente reunida para esta fiesta, celebrando los ciento setenta y cinco años de nuestro suburbio: Stewartville.

Hemos sido un lugar que ha tenido eventos desafortunados en años atrás, pero eso no significa que podamos volver a ser aquella ciudad que tenía muchos visitantes durante el año.

Esta noche, será una de las mejores de nuestras vidas. Disfrutando de la cena, el baile de los chicos que decidieron visitarlos, el brindis, y todo lo que conllevara a que tengamos una buena velada.

Bienvenidos sean todos, y nuevamente les agradezco su presencia.

Todos nos levantamos y dimos un fuerte aplauso. El ambiente comenzaba a desprenderse de la tensión que se sentía. Podía ver a las personas sonreír, a los niños felices corriendo de un lado a otro, a familias reunidas.

Dylan y Caroline se levantaron un momento. Quise acompañarlos, pero Caroline me pidió que aguardara un momento. Megan me preguntó si todo estaba bien, y tuve que responder que sí.

No quite la vista de ellos. El par se acercó al lugar de Trisha y vi como Dylan le susurró algo al oído. No entendía que estaba pasando, pero en cuanto tomó el micrófono supe que diría algo.

Hola, buenas noches a todos.

Quiero hacer algo que he estado pensando desde hace meses, pero el día de ayer me quedó claro. Así que... Danny, ¿puedes ponerte de pie y acercarte? Por favor.

Me quedé paralizado por un momento, pero Tiffany me sacó del aturdimiento. Levantándome me acerqué hasta donde estaba Dylan y él bajó con el micrófono en mano. No paraba de verme, lo que ocasionó que me fuera sonrojando poco a poco.

No me veo con otra persona que no seas tú. No me veo teniendo una vida en la que no estés tú. No me veo viviendo aventuras locas con otra persona que no seas tú.

Eres lo mejor que tengo en la vida. Desde que te conocí supe que te convertirías en alguien muy especial para mí. Desde que cruzamos nuestra primera palabra, supe que estábamos destinados a ser algo más que amigos.

Y ahora... No te diré que nuestra vida será perfecta, pero sí puedo asegurarte que estará llena de felicidad y que cada que algo malo suceda, los dos encontraremos una solución como lo hemos hecho desde años atrás.

Danniel Baggot, eres mi todo. Eres la persona con la que quiero pasar el resto de mis días, eres la persona con la que quiero estar tomado de la mano viendo el atardecer, eres la persona con la que quiero disfrutar la vida aún más.

Danniel Baggot, ¿te quieres casar conmigo?

Dylan estaba arrodillado frente a mí con un anillo en la mano. No podía dejar de ver el brillo de sus ojos. Levanté mi vista y Caroline estaba a un lado mío implorando que ya dijera algo.

Le pedí que se levantara. Estando frente a mí revolví su cabello y tomé sus manos.

—Sí Dylan Harper, acepto. 

¿Están con pañuelos secando sus lágrimas? Porque yo sí

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¿Están con pañuelos secando sus lágrimas? Porque yo sí. 

Este es uno de los momentos que más quería escribir y compartir con ustedes. 

Stewartville (Libro III) |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora