Beth
La luz del día entraba a través de la ventana, llegando directo a mis ojos. Me removí un poco quedando enredada en las sábanas, esa noche fue tranquila, a diferencia de las últimas semanas sin poder dormir. Mi mirada se perdió en los finos detalles de la esfera de cristal junto a mí, la luz del sol también comenzaba a llegar hacia ella, haciendo que brillara con gran intensidad.
Sabía que me hacía daño seguir recordándolo, pero no era culpa suya, sino mía, que los mejores momentos de mi vida, los hubiera vivido su lado. Una de las razones por las cuales había aceptado ir a Londres, había sido para tratar de comenzar de nuevo, tratar que el agujero que se había creado en mi pecho, pudiese sanar un poco, tratar que mis pulmones se volvieran a llegar de aire, y mi corazón pudiera recuperarse.
Ethan había sido como una huracán, que por muy corto tiempo que hubiese aparecido había cambiado todo, y yo aún no sabía si el cambio había lo mejor o no, lo cierto era que ya no era la misma.
Mire a Ava que dormía placenteramente en la cama del frente, con brazos y piernas extendidos, como una estrella de mar. Cuando entro a la habitación la noche anterior, no pude ser más feliz. Me contó como el día que recibí mi carta ella no, me dijo que se sintió realmente triste, pero al siguiente día, llego la suya y la felicidad fue completa cuando Luka le contó que también iría, aunque por lo que Ava me contó, ella sospechaba que los padres de Luka habían movido algunos hilos para que ambos entrasen a la misma universidad, pero no entendía por qué. Yo no conocía personalmente a los padres de Luka, pero por lo que Ethan y Ava, me habían contado eran personas muy amables cómo poderosas.
No supe si alegrarme o enojarme que ambos que ocultasen que también irían al King's College. Me sentía realmente feliz al saber que ellos estaban allí. Era increíble saber que Ava, mi mejor amiga, mi casi hermana, estaba conmigo y yo con ella en esa nueva aventura. Pero antes de aceptar venir, había conversado con una señora muy amable por teléfono, la cual me aseguró que la residencia dónde me quedaría contaba con una habitación individual, lo cual obviamente fue mentira, ya que compartía habitación con dos chicas. Una que nunca había visto y la otra, la cual conocía de toda mi vida, ocultándole quizás una de las cosas que describían mi vida "Beth, tiene muchas pesadillas".
Esa noche comencé a tomar de nuevo las pastillas, esa dosis si hizo efecto quizá por primera vez en años.
—Es una linda esfera.— Me dijo la voz del perfecto inglés de Zamira, haciéndome sobresaltar.— Me recuerda al océano.— Dijo la mirada pérdida en la esfera junto a mí.
Zamira estaba sentada en la cama, esa noche había reemplazado su Hijab por un simple gorro, que parecía caluroso.
—Me la regalaron el verano pasado, en Malibu.— Susurre para no despertar a Ava.— ¿De qué país eres?— Le pregunte imprudentemente.
—Marruecos, mis padres decidieron permitirme estudiar en este lugar.— Dijo rápidamente.
Zamira era una chica muy agradable. La noche anterior que habíamos compartido juntas para conocernos, me había parecido muy agradable. Me sorprendió que incluso a la hora de dormir, Zamira llevaba su hijab, aunque estuviésemos rodeadas de chicas. Sus ojos azules claros, a veces parecían apagarse cuando Kiew se mantenía en silencio, y viajaba en sus pensamientos. Tardaba un buen rato en regresar a la realidad.
Ava y Zamira, me presentaron a Kiew, quién ciertamente era de origen coreano. Ella era amiga de Zamira, se conocieron hacia unos días en la residencia, y Kiew fue quién le mostró el lugar a Zamira, ya que ella era un par de años mayor que nosotras. El cabello de Kiew era muy negro le caía en forma abundante hasta la cintura, su piel parecía incluso más pálida que la mía, y era diez unos centímetros más alta que yo, era muy amable, e inmediatamente me sentí cómoda entre ellas.
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Inmarcesibles ||Destinados|| +18
RomanceBeth Hawk, querría creer que vivía en un mundo color rosa, y sabe que la vida puede cambiar de un momento a otro. Ella podría ser cualquier cosa que deseara en el mundo, pero decidió ser de él. Ethan O'Neill, era un chico reservado, y por ello, le e...