Capitulo 29. Ya no.

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"El mundo rompe a todos, y después algunos

Son fuertes en los lugares rotos"

Ernest Hemingway

Beth

Esa mañana, todo comenzó como cualquier otra. Íbamos a tener un cena familiar, ya que al día siguiente Ethan y yo regresaríamos a Londres.

Grace, Lea, Ethan papá y yo preparábamos la comida hombro con hombro entre risas y bromas. De vez en cuando, pude notar como papá miraba a Grace cuando estaba distraída, y ese brillo que alguna vez llegue a ver en sus ojos hacia tanto tiempo, estaba allí de nuevo y sonreía mucho más a menudo que antes.

Lea era otra la cual no podía evitar sonreír cada vez que mencionabas a Josh, su relación estaba funcionando como nunca nadie llego a imaginarlo, incluso si los veías en la calle daba la impresión que eran una pareja de recién casados en plena luna de miel. La forma en que se completaban las frases el uno al otro, la forma en que se miraban, los movimientos que daban como si estuviesen sincronizados, pero se podía notar mucho más por la forma de comportarse cuando no estaban juntos y por ello era que notábamos lo enamorados que estaban.

Y Ethan... Ethan era Ethan. Y lo amaba como nunca creí amar a nada en el mundo. Cuando estábamos juntos todo fluía, como si hubiésemos nacido para estar juntos, y era cierto, no me imagina otra vida que no fuese a su lado, y aunque en ocasiones hubiese algo de corriente, no era nada que no pudiéramos sobrellevar. Cómo el hecho de que no quiso seguir hablando de sus padres, pero lo comprendí, y el día anterior, me limité a abrazarlo en silencio, y en alguna otra ocasión, le daba un beso, o dos, o él a mí.

Pero la curiosidad pudo más que yo

Y esa noche cuando Ethan se marchó, me senté en mi ordenador a buscar toda la información que pude acerca de Monique Flanner y Nathan O'Neill, por un lado tenía mis dudas con respecto al Nombre de Monique, lo había escuchado o leído en algunas revistas de moda. Y cuando puse su nombre en internet llovieron los resultados. Monique Flanner era una hermosa mujer, no tenía más de cincuenta años y su cuerpo parecía el de una joven de veinte. Monique tenía colecciones de vestidos de gala que eran usados por famosos y personas de élite. Al fijarme en el nombre de la colección descubrí que el vestido que use en el baile de graduación le pertenecía, al igual que la tienda que Lea manejaba.

Pero lo que descubrí acerca de su padre fue mucho más impactante. La familia de su padre venía de generaciones de empresarios, su árbol genealógico era muy grande, aunque por ninguna parte estaban los nombre de Ethan, Lea o incluso el de Grace, y Kelly, lo cual resultaba un poco extraño, pero logre encontrar muchos artículos de revistas de hacía mucho tiempo que ponían en duda el hecho de quienes eran los misteriosos niños que vieron salir de la casa de viñedo, lo cual confirmaba la historia de Ethan. El padre de Ethan no solo tenía muchas empresas, sino era uno de los hombres más poderosos del país, o del mundo.

Me concentre en mi tarea y mire a papá.

—¿Has hablado con Nana?— Le pregunte a papá.

—Le envié un mensaje. Dijo que ella y Ken llegarían en unos minutos.— Me dijo.

Asentí.

—Voy a subir a un rato a mi habitación.

—¿Te sientes bien?— Me preguntó Ethan mirándome fijamente.

—Sí, solo es fatiga, voy a recostarme un rato. Avísenme cuando comiencen a servir la comida.

Ethan asintió. Le di un rápido beso en los labios, porque teníamos la mirada de papá fija en nosotros.

Inmarcesibles ||Destinados|| +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora