Capitulo 36. Espacio en medio.

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Beth

Ethan pensaban que yo no lo notaba, que no notaba esa forma como me miraba después de la conversación que tuvimos sobre el accidente, su mirada no era de lastima, sino de cautela, podía notar la precaución que había en cada uno de sus pasos, como si estuviese esperando que me derrumbara en cualquier momento. Y cuando yo no lo miraba, podía sentir su mirada sobre mí, tan atenta, expectante, no sabía qué era lo que Ethan esperaba.

Quizá lo había asustado y por ello se comportaba de esa forma, pensé.

Iba a ser casi de mediodía cuando el timbre del departamento sonó, me extrañe, nunca habíamos recibido visitas. Deje el libro que estaba leyendo a un lado y fui hacia la puerta. Antes de abrirla, me puse de puntillas para mirar a través de la mirilla, para ver a Ava en frente de mí.

Abrí la puerta.

—Hola.— La saludé, Ava me dio un enorme sonrisa antes de hacerme a un lado y pasar.

Suspiré.

—Así que esta es tu cueva.— Dijo mirando el departamento sorprendida, antes de girarse a mí.— Aunque de cueva no tiene nada ¿Cómo estás?

Me encogí de hombros.

—Pues... sorprendida no te esperaba.— Admití.

Ava le restó importancia con un gesto con la mano, y comenzó a caminar hacía la cocina.

—Lo sé, yo tampoco esperaba venir. Pero, como tengo casi dos meses sin verte y ahora no vas a la universidad, quise venir a comprobar que estabas viva.— Dijo dejando sobre la encimera, bolsas de comida que había llevado.

—Me alegra que hayas venido.— Le dije con sinceridad.

Ava sonrió.

—¿Y qué haces aquí para no morirte del aburrimiento?

Me encogí de hombros.

—Creo... que nada, la verdad.— Me senté en unos de los banquillos de la encimera, mientras ella sacaba la comida china de las bolsas, y me pasaba la mía. Nos quedamos un buen rato en silencio, algo nunca antes visto entre Ava y yo.

—En la universidad todos te extrañan.— Me dijo rompiendo el silencio.

Mire la comida, no tenía hambre.

—Creo que no estoy preparada para volver.

—¿Pero por qué? Lo siento pero no lo comprendo...— Insistió.

—No hay demasiado que comprender, Ava.— La interrumpí sin mirarla.

Ava suspiro.

—Entiendo que la muerte de tu abuela fue un golpe muy fuerte para ti, pero ya han pasado casi dos meses y creo que va siendo hora de que vuelvas a vivir tu vida ¿No crees?

Me sorprendió escucharla decir ello, y la miré.

—No tienes por qué hablar de ella, Ava...

—Beth, necesitas volver al mundo...

Me cabreé.

—No Ava, lo que necesito es espacio, necesito silencio y ahora mismo no me das ninguno de los dos.

Me levante, y deje ya comida sin terminar en la encimera. Camine hasta la sala, cerré los ojos, respiré profundamente y me pase las manos por el rostro, como si cuando volviese a abrir los ojos, volvería a estar sola, sumergida en la páginas de ese tedioso libro de la universidad.

Escuché los pasos de Ava acercándose.

—Ethan, está muy preocupado por ti. El chico se la pasa todo el día preocupado por si estás bien, o si sigues viva.— Me susurro a mi espalda. Sus palabras calaron en los más profundo de mi ser, y me dio un gran vuelco en el corazón.—Te conozco desde que éramos unas niñas, Beth. Sé cómo te sientes en todos momentos, pero creo que es la hora que dejar toda esta mierda atrás y seguir con tu vida...

Inmarcesibles ||Destinados|| +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora