Veinte años después.
—Gracias.— Le dijo sonriendo a su esposo.
—Sabes que no tienes nada que agradecer. Me encanto ir a todos estos lugares contigo.— Le respondió Ethan, abrazando su cintura. Mientras ambos contemplaban el mapa que, al fin, estaba perfectamente terminado. Y lo habían colgado en la sala de estar justamente sobre la chimenea.
Habían dedicado más de una década a recorrer el país entero y llenar con fotografías el mapa de la adolescencia de Beth. Y fue el mejor tiempo que pudieron haber invertido en sus vidas, porque en más de uno de esos viajes habían concebido a sus dos hijos mayores. A James de diecisiete, y Jayden de trece. Su pequeña hija, Jade, apenas tenía siete años, y había llegado mucho después.
Ethan había sido el primero en sospechar que estaba Beth embarazada. Después de casi dos años de haberse casado, habían tenido un descuido, y no fue hasta un mes después, cuando una noche Ethan supo que algo no andaba bien, pero Beth esa noche había tenido otras cosas en mente, y no había escuchado su comentario. Pero cuando llegaron las náuseas, Ethan encendió el auto y llevo su esposa a urgencias. Beth recordaba la emoción que sintió cuando la doctora les había dicho que ella estaba embarazada. Y más aún, la sensación de ansiedad cuando le dijeron, que por el bien del bebé y el suyo, debía continuar su embarazo en reposo.
Ethan y Beth sintieron la más horrible sensación del mundo. Y no hacían más que preocuparse por el pequeño bebé que crecía dentro de Beth, y que sin conocerlo lo amaban y esperaban. Habían tomado todas las precauciones para ver nacer y crecer al pequeño. Beth había aceptado no salir de la casa ni levantarse de cama, que Ethan contratara a una enfermera para que cuidase y la ayudase a levantarse de la cama cuando él estaba en el trabajo, y a otra tres personas más, que se ocupaban del aseo de la casa. En lo único que no había cedido Beth, fue en la abstinencia después del primer trimestre del embarazo. Y luego de que la doctora Weber les asegurada que tener intimidad no iba a poner en riesgo al bebé o a Beth. Los pareja volvió a fundirse en sus noches de placer, aunque esa vez, con un intruso.
Tanto el embarazo como el parto de James fueron complicados. Pero nada se comparó cuando los nuevos padres tuvieron al bebé junto a ellos. James George O'Neill, nació el 5 de junio, y peso tres kilos y medio. El niño era coladito a su padre, y solamente había de diferente entre ellos, el color de cabello y ojos, el cabello del niño era castaño claro, y sus ojos eran exactamente del mismo azul que el de su madre. El pequeño bebé, era hermoso, y seguramente cuando fuese más grande, no le faltarían chicas.
Después de más de cuatro años de ser solo los tres, la familia creció. Y Jayden fue el siguiente miembro de la familia. El embarazo de Jayden fue mucho más fácil que el de su hermano. El pequeño tenía el cabello color chocolate igual al de su padre. Y sus ojos eran azul intenso. Y los dos niños, junto a su padre siempre jugaban juntos, y hacían toda clase de cosas juntos.
Antes de que los niños O'Neill nacieran, los padres de estos, habían decidido vivir en las afueras de ciudad, no era una casa grande, al menos no una tan grande como lo que podían permitirse. Esa era una casa familiar, una dónde los aroma de las creaciones en la cocina se expandían hasta la puerta principal, una dónde todos sabían dónde estaban todos sin tener que buscarse por más de una hora. Era una casa llena de amor, y eso la hacía especial.
Y poco tiempo después de que James cumpliera diez y Jayden seis, nació Jade. La pequeña de los hermanos, la niña de cabello dorado como el de su madre y los ojos color miel como los ojos de su padre. Los hermanos mayores de la pequeña Jade estuvieron muy emocionados cuando su hermana se unió a la familia, y ambos niños la protegían y querían mucho. Porque a pesar que los niños O'Neill gozaban de muchos privilegios y comodidades, sus padres les habían enseñado a luchar y ganarse lo que querían.
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Inmarcesibles ||Destinados|| +18
RomansaBeth Hawk, querría creer que vivía en un mundo color rosa, y sabe que la vida puede cambiar de un momento a otro. Ella podría ser cualquier cosa que deseara en el mundo, pero decidió ser de él. Ethan O'Neill, era un chico reservado, y por ello, le e...