Esteban y Lucas entraron a la clínica con sus rostros llenos de felicidad. El padre llevaba un hermoso ramo de flores y el pequeño, un oso de peluche para su hermana.
―Hola, preciosas, ¿cómo están? ¿Listas para irse a casa? ―saludó Esteban al entrar a la habitación y ver a madre e hija vestidas, esperándolos.
―El doctor ya viene, hay que terminar unos trámites y estamos listas.
Esteban se acercó a Rosmeiry, le dio un beso y le entregó el ramo que había llevado.
―Gracias, están preciosas.
―Tía. ―Lucas se acercó a Ros y le extendió el peluche―. Este es para mi hermanita.
―Muchas gracias, mi niño, Eloísa estará feliz, ahora es muy chiquitita para enterarse de nada, pero cuando sea más grande, estoy segura de que será su regalo más preciado, el primero y de su hermano mayor. Ven acá, no me has dado ni un beso ni un abrazo, claro, como toda la atención ahora es para Eloísa, a mí me dejan de lado.
Lucas sonrió y le dio un fuerte abrazo a su madrastra.
―¡Qué rico! Me hacía falta un abrazo tuyo.
Lucas la abrazó más fuerte, muy en su interior pensaba que Rosmeiry lo iba a dejar de lado por su hermanita; por más que le aseguraran que no sería así, ese temor estaba latente en su pequeño corazón.
―Buenas tardes ―saludó el doctor tras entrar en la habitación, miró a Esteban―, aquí traigo los documentos, debe ir a Recaudación y luego los trae, mientras tanto, le daré las últimas indicaciones a la nueva mamá.
―Gracias, doctor, iré enseguida ―respondió Esteban, que salió de la sala muy feliz.
El doctor miró al niño.
―¿Su hijo?
―No, es hijo de mi esposo.
―Ah, claro, ya entiendo. ¿Y la mamá?
―Murió hace años.
Lucas miraba embelesado a su hermanita en la cuna sin hacer caso a lo que sucedía alrededor.
―¿Quieres tomarla? ―le preguntó Ros al niño para no tener que seguir hablando, no le gustaba ese doctor, el médico suyo, de cabecera, había tenido un accidente y este otro obstetra había tomado su lugar.
―¿Puedo? ―preguntó el niño, ilusionado.
―Claro, ven, siéntate en la cama.
Lucas obedeció, Ros sacó a Eloísa de la cuna y la colocó en los brazos del niño, mientras le indicaba lo cuidados que debía tener.
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Seguirás siendo mía (Posesión parte 4)
RomanceLas cosas en las familias Medero y Arriagada se supone que están bien. Después de que Verónica muriera a causa del disparo de Nicole y de que Esteban se recuperara milagrosamente, esperan que las cosas marchen bien, el problema es que con Klaus en e...