Novios Falsos NUEVA VERSIÓN. Finalizada.

Capítulo 21: Kiss and Make up.

Les recuerdo que pueden saltarse este capítulo si les incomoda este tipo de escenas, luego no me salgan con la babosada de: Hay niñas leyendo esto, deberías ser más cuidadosa o advertir, las dejarás traumadas.

SE LEE ESTO BAJO SU PROPIA RESPONSABILIDAD.

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En medio del acalorado beso, Christopher sonrió juntando sus frentes, tomando las manos de Mónica que sujetaban con fuerza su camiseta.

El chico se separó para mirarla a los ojos, y Mónica se atrevió a darle un beso en los labios, sacando sus manos de las de Christopher.

-No tengas vergüenza-le susurró con un tono calmado.

-No tengo vergüenza- la muchacha murmuró, tomando la camiseta del borde y tirándola hacia arriba. -Estoy nerviosa.

No hacía demasiado frío, pero Mónica sintió congelarse cuando Christopher tomó el borde de su camiseta y se la subió de a poco. Se esperaron solamente para que el castaño retirara la camiseta y Mónica se encogió un poco, buscando refugio en la cama al recostarse sobre esta, pero todo le salió mal cuando Christopher se subió sobre ella, a horcajadas y volvió a besara, suave, con pequeños toques de lengua, dientes clavándose en la delicada carne de sus labios.

Sujetó con un poco más de fuerza las manos de Christopher cuando este le rozó con los dedos las costillas.

-Tranquila. Está bien. -le prometió notando la inquietud y nerviosismo de la chica. -No te lastimaría jamás. Lo juro.

Mónica suspiró y sonrió.

-S-se siente bien- murmuró con las mejillas coloradas, el chico río.

-Se sentirá mejor, ya verás.

Era extraño, era extraño que pensara que las manos de Christopher sobre ella se sentían muy bien, un toque diferente y cálido en comparación de los que recibía antes. Aun mas extraño era como los labios del castaño acariciaban su piel buscando que ella se relajara y disfrutara. ¿Así que esto era buscar el placer de ambos, eh?

Era aún más vergonzoso que las caderas de su novio contra las suyas se sintiera demasiado bien, más de lo que hubiera pensado.

Los besos en el cuello pasaron a ser succión es en la delicada piel, pequeñas mordidas y lamidas.

Mónica se halló a sí misma sujetándose de los hombros de Christopher, quien lentamente subió y bajó varias veces por sus costillas con los dedos, dibujando patrones, sus yemas dando caricias a la piel ajena.

Los besos bajaron a sus clavículas y de ahí sintió las cálidas manos desabrochar su brasier y ser retirado de su cuerpo con suavidad. Las manos se movieron hasta sus pezones y Christopher sólo los rozó antes de alzar la cabeza y mirar a la chica.

-¿Te has tocado o te ha tocado antes?

Ay.  11%

La chica de encogió, sus ojos brillando por las pequeñas lágrimas que empañaban sus ojos. No entendía por qué quería llorar.

Asintió despacio.

-¿A qué te refieres?

-El segundo-susurró con vergüenza. Sus manos agarradas a los hombros del chico, tanto que él podía sentir las uñas medianamente largas contra su piel y le sonrió.