Capitulo 1

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Hinata Shouyo estaba completamente enamorado de su armador de preparatoria Kageyama Tobio. Recuerda que la primera vez que lo vio fue cuando jugaron aquel partido en su último año de secundaria y lo derrotó dejándole totalmente humillado.

Desde ese día se juró que aquel pelinegro sería su rival y que algún día lo vencería.

Pero verlo en aquel gimnasio en su primer año en su preparatoria soñada, Karasuno, le dejó fuera de lugar. ¿Como iba a vencerlo si estaban en el mismo equipo? Además, Kageyama era serio, un bruto al hablar, se enfadaba con facilidad, le costaba socializar con los demás y le llamaba idiota. ¿Desde cuando un idiota le dice idiota a otro?

Sin embargo, perdió contra él. Cayó totalmente enamorado de él por ser de esa manera. Su corazón se aceleraba cada vez que lo tenía cerca como cuando iba a rematar un balón y se sonrojaba cuando en los vestuarios tenían que cambiarse para ir a practicar.

Todo iba bien.

Eran compañeros de equipo. Mejores amigos. Siempre estaban juntos.

Pero todo eso acabó cuando perdieron contra el Aoba Johsai y el Gran Rey. Kageyama se perdió a sí mismo ese día y a Hinata le rompía el corazón el verlo así. Por eso, dejando la vergüenza a un lado, le dijo a Kageyama lo que sentía mientras toda su cara se tornaba roja; y lo único que recibió fue silencio.

Sus ojos se había llenado de lágrimas y al alzar la vista pudo ver que el pelinegro estaba igual o más sonrojado que él. 

—T-tu también me gustas, idiota.- le dijo mientras movía sus ojos por todas partes sin posarse en el pequeño pelinaranja y tapando su cara con el dorso de su mano evitando que su sonrojo fuese aún más visible.

A partir de ese día ambos comenzaron una relación a escondidas de sus senpais.

Pero con lo que no contó fue que en las nacionales hubiese alguien que le hiciese dudar de Kageyama como de sus propios sentimientos. Desde ese día sus peleas se hicieron más constantes. Hinata le reclamaba por la relación que tenía con Hoshiumi Korai quien les había ganado en los cuartos de final en las nacionales; mientras que Kageyama le reclamaba al pelinaranja el trato que tenía Miya Atsumu con él; quien había declarado abiertamente su interés por Hinata después de haberlos vencido.

Si desde ese día empezaron sus discusiones, ese día también había empezado su manera de arreglarlas.

Sexo.

Cada vez que peleaban aunque fuera por no haber recibido bien un balón, lo arreglaban con sexo en el almacén cuando todo el mundo se hubiese marchado.

Con eso no es que su relación se hubiese arreglado como Hinata deseaba, pero al menos seguían juntos y eso le hacía más feliz que nada en el mundo.

Sin embargo la noticia que les llegó un mes antes de que se graduaran de preparatoria le hizo pensar. Kageyama había sido reclutado por la liga japonesa de voley y el muy tonto -según Hinata- estaba dudando en aceptar aquella propuesta. Y sin dudarlo dos veces, se dijo que Kageyama tenía que cumplir su sueño aunque él no estuviese incluido.

Él día de la graduación, justo al acabar la ceremonia de la entrega de diplomas, dijo la palabras más duras que alguna vez hubiese dicho.

—Kageyama... Es mejor que terminemos esta relación.

—...¿Qué?

—Es lo mejor para lo dos.

—No te creo. Si de verdad quisieras acabar con esto, dímelo mirándome a los ojos.

Aquel momento acabó como muchos otros. Kageyama arrastro al más bajo hasta su casa e hicieron el amor tantas veces hasta caer rendidos. Sin embargo, cuando Hinata sintió que Kageyama se había quedado dormido, agarró sus cosas y se fue derramando silenciosas lágrimas que recorrían sus mejillas.

Siempre fuiste tu (AtsuHina) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora