Al salir del hospital caminaron de manera lenta y silenciosa hacia donde habían dejado aparcado el coche. Los dos estaban pensando en las palabras de Shirabu y ambos no podían estar más que felices ante tal noticia.
Shouyo pensaba que podría ser un poco complicado el tener que cuidar a dos bebés al mismo tiempo pero estaba seguro que podría con ello. También pensaba en que probablemente su parto se adelantase. No cumpliría los nueve meses como con sus otros dos hijos, sino que serían siete. Pero como le había dicho a Shirabu, que él llevaría el embarazo hasta donde pudiese. Si se cumplían los nueve meses sin algún tipo de complicación pues así sería, pero si se veía en la obligación de inducir el parto en el séptimo mes no podría hacer nada al respecto.
Atsumu por su parte se podría decir que estaba más feliz que cuando le dijo que volvería a ser padre. Ahora sería papá de un par de gemelos. Suponía que esto se debía por genética, es decir, el y su hermano son gemelos. Probablemente lo lleven en la sangre. Y no iba a negar que deseaba que su familia siguiese creciendo. Tal vez al ritmo que iban y si nacían un par de bebés por embarazo sería capaz de hacer su propio equipo de voley. Suena infantil, pero sería lo más.
Se subieron al coche y el mayor condujo hasta la casa de su hermano para ir a recoger a sus hijos.
Shouyo veía la sonrisa estúpida que el rubio llevaba desde que salieron del edificio y le parecía divertido. Bueno, él tampoco es que la esté ocultando, pero lo gustaba ver como una noticia como esta hacía que Atsumu se emocionase como si estuviera abriendo un regalo el día de navidad.
Dejaron a un par de calles el vehículo, y volvieron a cogerse de las manos mientras iban caminando hacia la casa del otro gemelo. El pelinaranja volvía a sentir como el dorso de su mano era acariciado por el pulgar de Atsumu y su corazón se sentía cálido ante esto.
A veces se preguntaba que sería lo que podría haber llegado a pasar si nunca se hubiese ido de Japón y se hubiese quedado al lado de Kageyama. Quizás le hubiese dicho que abortase a ese bebé cuando se enterasen de su existencia y lo más probable es que cuando tuviesen un hijo sería hasta que Kageyama se hubiese retirado de las canchas como jugador y puede que para eso tuviesen que pasar muchos años en los cuales ya no sería tan fértil como antes.
Pero luego pensaba que si no se hubiese fugado a Brasil... nunca habría vuelto a ver a Atsumu y no tendrían esta amorosa familia que habían construido.
Tocaron el timbre y Osamu les abrió la puerta con un estúpido delantal rosa puesto haciendo que el rubio se riera por ello.
—Que infantil eres. Nunca cambias.- le dijo Osamu.
—Es que te ves ridículo con eso puesto.- seguía diciendo entre risas.
—En serio, ¿qué fue lo que viste en él para incluso casarte?- le dijo mirando a Shouyo.
Este solo se encogió de hombros y le sonrió leve. Habían muchas cosas que podría decirle del porqué se enamoró y se casó con aquel bobo. Pero tal vez tardaría mucho tiempo en explicarlo.
—¿Algún problema con el doctor?
—Ah no, dijo que...- calló Atsumu.
Al entrar a la sala de estar, Atsumu nunca se imaginó volver a ver a Kita Shinsuke, su antiguo capitán de preparatoria sentado en el suelo jugando junto a sus hijos. ¡Pero lo peor no era aquello! Su antiguo capitán estaba embarazado y no con una barriga pequeña, oh claro que no. Sino con una barriga que indicaba que estaba a punto de explotar.
Miró de su hermano a su antiguo capitán varias veces y sentía que un dolor de cabeza comenzaba a aparecer.
—Oh, ¿quién es él?- preguntó Shouyo llamando la atención.
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Siempre fuiste tu (AtsuHina) EDITANDO
FanfictionHinata huye a Brasil porque piensa que si se aleja de Kageyama es lo mejor para él y su futuro sin pensar en lo que eso causaría. Sin embargo, allí vuelve a ver a Miya Atsumu. Algo que cambia su vida. Ahora, casi nueve años más tarde y con una amor...