Nunca Hubo Amor

Resignación

Subiendo el capítulo 2, porque ya estaba escrito. <3

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Con cuidado le ayudó a recostarse sobre la cama. No podía creer que realmente lo estaba viendo así de destrozado, era la primera vez que su sensei se desmoronaba frente a sus ojos y no podía más que sentirse igual de mal que él, porque ella lo amaba demasiado y le dolía, se le encogía el corazón al verlo sufrir por esa chica de la nube. A pesar de que él no lloraba, su expresión de tristeza era incomparable, porque había vuelto a creer en el amor de alguien que le había traicionado, como pasó con su tío Yashamaru cuando era tan sólo un niño.

Gracias a una carta enviada desde la aldea de la nube, justo por el ninja que la traía, Gaara se había enterado de que su amada Aoi estaba comprometida con otro hombre allá en su localidad. Ella le había mentido cuando le dijo que lo amaba, simplemente jugó como quiso con sus sentimientos, porque después volvería a su hogar y se casaría con el otro. Desde el principio lo estuvo engañando.

—Tranquilo, Gaara-sensei, esa mujer no merece el dolor que usted siente —le dijo la castaña, aunque sabía que sus palabras no podían animarlo, pero quería hacer todo lo posible por que así fuera, quería volver a verlo tan maravilloso e imponente como siempre, no obstante, estaba claro que aquello sería imposible.

Él parecía completamente ido, no decía nada, tampoco miraba a ningún lugar en específico, simplemente estaba ahí, como un cuerpo vacío, sin alma. Eso destrozaba aún más el corazón de Matsuri, el darse cuenta del dolor que Gaara sentía, producido por todo lo que amaba a la otra. Sentía enormes deseos de llorar, pero debía ser fuerte por él, para ayudarlo, para serle de utilidad.

Con cuidado le quitó la túnica de Kazekage y se sentó sobre la cama, haciendo que su amado sensei recostara la cabeza sobre sus piernas en forma protectora y maternal. Con delicadeza, con mucha ternura, ella comenzó a acariciarle el rostro, dibujando infinitas figuras en cada una de sus mejillas, pero él no las podía sentir, era como si hubiese perdido el sentido del tacto, de la vista, incluso del oído.

—Sensei... —volvió a llamarlo Matsuri—, por favor no sufra, sensei, se lo ruego. No sabe cómo me duele verlo de esta manera —susurró, acercando un poco su rostro al de su maestro de forma involuntaria al sentir nuevamente los deseos de llorar—. No esté triste...

Gaara finalmente pareció reaccionar ante las súplicas de la castaña, dirigiendo su mirada aguamarina hacia el rostro tan cercano de ella, quien estaba con sus ojos cerrados. La observó largo rato sin decir nada. ¿Por qué ella estaba ahí? ¿Por qué lo había defendido? ¿Por qué lo estaba consolando?

No quiso hacerse tantas preguntas, en ese momento no podía contener por más tiempo la enorme tristeza que lo aquejaba, así que dejó que un par de lágrimas se deslizaran libremente por su rostro. Era la primera vez que se enamoraba, que creía en ese sentimiento que pensó tan puro y gentil, no podía creer que había sido traicionado, que la mujer que amaba estaba comprometida con otro hombre y no se lo había dicho. A pesar de eso, la calidez que Matsuri proyectaba con su pequeño cuerpo arrullándolo de esa manera tan dulce lo estaba reconfortando y, lentamente, sus parpados comenzaron a pesar, tanto que no pudo resistirlo y terminó durmiéndose, todo había desaparecido de su mente momentáneamente.

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Cuando abrió los ojos se sintió un tanto aturdido, no recordaba haberse dormido de una manera tan serena antes, pues con Aoi siempre había algo más de por medio, siempre estaba el placer carnal que ella le entregaba, pero ahora había sido algo diferente. Sentía la calidez de un cuerpo a su lado, uno más pequeño y aparentemente más frágil. Fue entonces que la miró, primero algo sorprendido y desconcertado, para luego recordar todo lo que ella había hecho anoche por él.