Los hijos de Kanat'ma

Te sigo a dónde vayas

La interrupción sólo había llevado unos minutos, ya que ella recién estaba de unas pocas semanas. La habían dejado en observación unas dos horas, y luego dado el alta, con reposo.

Ahora los dos se encontraban en la casa de ella, mientras Summy la abrazaba con cuidado a su cuerpo.

Depositó suaves besos por su cabeza, por su frente, y acarició suavemente su brazo, mientras ella dormía tranquila.

—Todo estará bien ahora, mi amor —le dijo en un tono bajo.

***

—Meses después—

—No.

—¿Cómo que no, mamá? Tú no puedes decidir eso —gruñó molesta.

—Por supuesto que puedo decidirlo, soy la líder, y no quiero lo mismo para ti. Ocupar este puesto me ha privado muchas cosas, y es algo que no quiero que tú pases. Además, tienes quince años, Ilu, tienes toda una vida para vivir aún.

—Yo sé lo que es mejor para mí.

—¿Y qué hay de Summy? ¿Has pensado en él? ¿O tener una familia?

—Summy me apoya en esto, porque me ama. Y no queremos hijos por ahora, él también quiere el puesto de líder de los machos.

Cep la miró curioso, confundido.

—¿Él quiere mí puesto?

—Por supuesto que sí, quiere acompañarme en esto también.

—Hija, ese muchacho jamás será líder, porque no es un puesto para él. No es un chico que se involucre en éste tipo cosas ¿Entiendes? Él... Él más bien tiene otro anhelo.

—Claro que no —gruñó—. Ustedes no nos toman en serio por ser jóvenes.

—Escúchame bien, Ilu, tú nunca serás líder ¿Y sabes por qué? Porque nosotros no elegimos serlo, fue el pueblo quien los eligió, no al revés. Y aunque te dé rabia, y te duela, el puesto de líder de Kanat'ma, ya tiene a otra mujer, y tú lo sabes bien.

La jovencita miró con rabia a sus padres, y luego salió furioso de la casa de su mamá, gruñendo.

Ella no le iba a decir que podía hacer o que no.

***

—Así que te casarás, hace mucho no se unen parejas tan jóvenes —sonrió un oficial de unos cuarenta años.

—Sí y estamos muy emocionados.

—¿Qué los hizo tomar esta decisión?

—Conozco a Ilu desde que tenía cinco años, y ella tres... Toda una vida juntos. Ha sido mi primera y única novia, es la única mujer que amo, con quien me imagino el resto de mi vida.

—Hm, ya veo, tu umi'et —sonrió.

—Exactamente —sonrió Summy—. Ella es mi umi'et.

Al terminar su horario de trabajo, se fue directo a buscar a Ilu. Sabía que su novia no estaba pasando por buenos días, últimamente se la pasaba muy gruñona.

Antes de llegar a su casa, pasó por una tienda a comprarle unos ositos de goma. Ella siempre se ponía de buen humor con eso.

—Hola preciosa —sonrió, dándole un beso corto.

Un beso que ella correspondió sin mucho entusiasmo.

—Ilu ¿Estás bien?

—Sí, sólo estresada.

—¿Es por nuestra unión? Sé que sólo faltan dos semanas, pero no te preocupes por nada, ya tengo todo listo —sonrió—. ¿Y mira lo que te traje? Unos deliciosos ositos.

—Summy, salgamos a caminar.

—¿Ahora? Amor, recién salgo de mi trabajo, estuve seis horas de pie, lo único que quiero es estar contigo un rato en la cama, o acostados en el sofá, descansar un poco.

—Podemos descansar luego.

Él respiró profundo y luego asintió con la cabeza.

—De acuerdo, salgamos a caminar un poco —sonrió.

...