Los hijos de Kanat'ma

No podrás serlo

En su familia prefirieron no hablar del asunto, dejarlo llevar su separación en sus tiempos, sin hostigarlo de preguntas, que no llevarían a nada.

Dejó la casa que con tanto esfuerzo había empezado a contruir, y la cambió por el departamento de uno de sus compañeros, quién se casaría y tendría un bebé.

La familia que Summy no tendría.

—Eso es fantástico, mi amor —sonrió Corine, observando a su hijo mayor—. Qué quieras ser médico, y oficial, te hace tan honorable.

—No es sólo por eso, mamá, sé que médicos oficiales son los que más faltan en la isla, a la hora de llegar a las zonas más peligrosas.

—Igual, me preocupa un poco que tú estés ahí.

—Estaré bien, ma —sonrió tomándola de la mano—. Todo estará bien, ya lo verás.

***

—Kumi.

—No, no va a ser líder de Kanat'ma, y nadie me hará cambiar de opinión, Cep, ni siquiera tú —gruñó.

—Pero dale una oportunidad para que lo intente, para que demuestre si puede serlo o no.

—Ya demostró que no puede ni controlar su vida ¿Cómo lo haría con una nación entera? ¡No! —exclamó molesta—. No se quiso hacer cargo de lo que hizo, y creyó que la mejor decisión, era eliminando a su hijo. Si fue tan madura como para tener una pareja, y tener relaciones sexuales sin protección, también para ser madre, o mínimo, permitirle a Summy ser padre. ¿O creyó que yo no me enteraría del aborto?

—Kumi, sólo tiene quince años, ella-

—¡Y educación sexual desde los diez! No la defiendas, Cep, porque no tiene justificación lo que hizo. Jamás, mientras yo esté viva, será líder de Kanat'ma —senteció con rabia la castaña.

Kumi no podía estar más decepcionada de su hija.

***

—¿Quieres hablar conmigo? ¿Decirme por qué has rendido mal tus últimos exámenes finales?

El joven rubio respiró profundo, y luego asintió con la cabeza.

—Iba a unirme con mi novia en el Kok'ta, y ella me dejó dos semanas antes. Lo lamento, profe.

—Que difícil es enamorarnos ¿Verdad? —sonrió suavemente el rubio mayor, sentándose junto a él—. Pero piensa en lo siguiente, ahora que no tendrás la presión de una familia sobre tus hombros, puedes enfocarte en ti mismo, en lo que tú quieres para tu futuro.

—Sí, seré un médico oficial.

—Suena bien —sonrió Itzak—. Y Summy, estaré dando clases de apoyo los jueves a las cinco, ven, no quiero que pierdas el año, eres un buen alumno.

—Gracias —pronunció bajo.

Le dio un apretón en el hombro, antes de removerle un poco el cabello.

—Todo pasa, estarás bien, confía en mí. Un día a la vez.

***

Micaeli estaba ayudando a unas jóvenes de su tribu, cuando Ilu apareció, en silencio.

—Niña ¿Qué necesitas?

—Nada, aprender de ti —sonrió—. Tú eres tan respetada en nuestra tribu.

—No hay mucho por aprender, Ilu, simplemente ayudar a nuestras hembras, en lo que sea que necesiten.

—¿Y por qué entonces Eliaria va a ser la sustituta de Kumi? Son las dos tus hijas.

—Por simples tres motivos, Ilu, compromiso, lealtad y voluntad. ¿Tú tienes eso?

—Sí, por supuesto que lo tengo —pronunció seria, molesta.

—¿Tienes esas tres cosas con tu vida? ¿Con tu familia? ¿Con tu pareja? ¿Con tu pueblo?

—Sí.

Micaeli la miró, cruzándose de brazos.

—A los quince años tuve a tu madre y tío Sashie, era una muchachita de tu edad, que cuidó sola de dos mellizos. Y la vida era muy diferente en esos tiempos, yo debía cuidarlos sola, salir a cazar, velar por su seguridad. ¿Tú hubieses hecho lo mismo?

—P-Para ser líder, no puedes tener debilidades —pronunció en un tono bajo, afectada.

—No, Ilu, para ser líder como tu madre, o tu tía, necesitas escuchar a Kanat'ma. Y si no puedes ser capaz de amar la vida, jamás podrás serlo. Tú madre aceptó su responsabilidad como representante de nosotros, cuando tú habías llegado. Ella fue nombrada oficialmente como líder, contigo en brazos. Ella jamás hubiese puesto su liderazgo, sobre ti. Y detrás de esa gran mujer que es, siempre estuvo tu padre, nunca se trató de ella sola. Si tú crees que sola podrás ser líder, estás equivocada.

...