Hablar

3.8K 446 63
                                        

Observó a su hija, y hacia mucho no la veía así de radiante, feliz, sonriendo de esa forma tan hermosa y pura como sólo ella podía hacerlo.

Se acercó a él y lo abrazó.

—¿Pasaste un lindo día con tu primo? ¿Ya te sientes mejor?

Batiet sonrió levemente y miró hacia abajo.

—Me traerás la semana próxima ¿Verdad?

—Si eso sirve para verte sonreír así, por supuesto lo haré.

—Bati de todos modos pedirá que lo cambien —sonrió emocionada, mirándolo.

—¿Tres meses y ya extrañas tu casa? —sonrió divertido Millian.

—Sí, es difícil estar lejos de la familia, de Kana, de mis amigos... Pediré que me cambien para continuar con mí entrenamiento allí.

—Son más flexibles además, no tienes que estar encerrado seis días de la semana.

—Sí, por eso vendrá a Kanat'ma de vuelta —sonrió emocionada.

—No sé cómo haces para sacarle siempre una sonrisa. Recuerdo un vídeo que Lili me mostró alguna vez, cuando ustedes eran bebés, y Kana estaba llorando.

—Sí, ella tenía un año y yo casi tres, me acosté a su lado, la abracé, y nos dormimos los dos —sonrió mirando a la jovencita—. Ese día ella no se sentía bien, creo que le estaban saliendo sus primeros dientes —sonrió con ternura.

—Siempre cuidándola.

—Creo que nací para eso —sonrió.

—Batiet, nos vemos el próximo domingo, y espero pronto puedas regresar a Kanat'ma.

—Yo también, que tengan una buena semana ambos. Kana, hazle caso a tus padres, y si puedo, hablamos por las noches, sabes que no puedo usar el celular.

La jovencita bajó las orejitas, asintiendo con la cabeza.

—Está bien, vuelve pronto.

—Lo intentaré —sonrió.

***

Se acostó en la cama, con un álbum de fotos, y lo miró, sonriendo. Ella cuando había nacido, y Batiet conociéndola, sonriendo tocando tu frente.

Comiendo una de sus primeras comidas, y Batiet a su lado sonriendo mientras la miraba.

Ella ya de tres años, el tiempo que se demoraron en volver con Liliana a la isla, y Batiet en el kok'ta, llevando ambos unas collares tradicionales para niños.

Y no importaban los años, siempre habían estado juntos, siempre habían sido inseparables. Cuando Kanat estaba mal, triste, a quien acudían siempre era a Batiet.

Y ya lo extrañaba, lo extrañaba mucho.

"Envíame un audio cuando puedas, te necesito." Le había enviado hacía cuatro horas atrás, y aún no tenía respuesta del muchacho.

"—Me dijo tu mamá que estabas triste ¿Qué pasó?

—No sé, hay días en lo que me siento triste —murmuró mirando hacia abajo.

Él se subió a la cama y la abrazó.

—¿Sirven los abrazos?

—Un poquito —le dijo acurrucándose contra él.

—¿Los besos? —sonrió dándole besos cortos en el rostro, en las mejillas, en su frente, haciéndola sonreír.

—Sí, sirven un poquito más —murmuró ronroneando."

Tomó su celular al escuchar que vibraba, y se colocó los auriculares, al ver qué era un audio.

"—Hola Kana, recién regreso del entrenamiento, estoy muy cansado, ojalá pronto puedan cambiarme, para estar contigo. Yo también te extraño, extraño tus besos, tus caricias, tus abrazos, ver tu carita tierna, siempre manipulándome con tu ternura —rio, bajo—. Quiero dormir contigo, hermosa, la cama se siente muy vacía sin ti."

Los ojos de la morena se cristalizaron, y abrazó la almohada.

—Quiero que vengas ahora, te necesito, no me gusta estar sin ti, Batiet, me haces mucha falta. Quiero verte, y aún faltan seis días más.

"—Yo también, pero no puedo irme, gatita."

—Ven conmigo, por favor —le pidió suplicante—. Quédate a mi lado, no necesitas ser oficial ni nada, sólo estar conmigo.

"—Bien, pero ¿Y en dónde viviremos? ¿Qué comeremos? ¿Y el día que tengamos cachorros? Es necesario que haga esto, debo trabajar, Kana."

—No, vamonos a la selva, nos quedamos ahí juntos siempre, solos —pronunció haciendo un mohín.

"—Faltan tres semanas para el kok'ta, hagamos algo. En vez de participar, nos vamos a la selva, y probemos suerte ¿Quieres?"

—Sí —sonrió secándose los ojos, más entusiasmada.

"—Te amo."

Sus ojos volvieron a cristalizarse, emitiendo un sonido lastimero.

"—¿Estás llorando?"

—Sí, porque te extraño.

"—Pero Kana, sólo estoy a unos kilómetros de distancia, no llores —sonrió, hablando con ternura—. ¿No crees qué esto nos hace más fuerte?"

—No, sólo extrañarte más.

"—Estás muy sensible... ¿Segura de cuidaron siempre con Adrien?"

—S-Sí.

...

Cuarentena, enferma, pero aquí ♥️🤧

Los hijos de Kanat'maDonde viven las historias. Descúbrelo ahora