Los hijos de Kanat'ma

Amor

~Trece y quince años~

La tomó de la mano, y corrieron ambos bajo la lluvia, mientras reían. Se suponía que iban a tener una cita esa tarde, pero la tormenta les había arruinando los planes.

O no.

Llegaron hasta la parada del autobús, y Summy se puso frente a ella, frotándole los brazos.

—Estás helada, mi amor.

—E-Estoy bien —sonrió temblando.

Él rodó los ojos y luego bajó a sus labios para besarla, abrazándola.

—Cuando lleguemos a casa te haré un chocolate caliente.

—Mm ¿Y estaremos abrazados los dos en el sillón? ¿Tapados con cuatro mantas? —sonrió divertida.

—Sí, para entrar en calor y que no te enfermes, porque tu padre me matará si pasa eso.

No había sido fácil para Cep aceptar el noviazgo de su amada hija, de trece años, pero sabía que tampoco podía impedirlo... Cuando lo habían hecho, ambos muchachos habían sufrido mucho.

Ilu había bajado mucho de peso, no le estaba yendo bien en sus estudios, y lo único que hacía era llorar. Y Summy había estado en las mismas condiciones, a excepción del peso.

***

Se había puesto una camiseta y pantalón de Summy que le quedaban grandes, ya que no había querido aceptar la ropa que Corine le había ofrecido.

Y tal como lo habían planeado, ambos estaban acostados en el sofá, ella sobre él, tapados con las mantas mirando una película, mientras la castaña sostenía un tazón de palomitas.

Sus chocolates calientes ya se se los habían terminado hacía rato.

Bajo las mantas, la jovencita entrelazó sus dedos con los de él, y luego levantó la cabeza, besándole suavemente el cuello, estremeciéndolo.

—I-Ilu, estamos en mi casa —murmuró.

—Te amo —ronroneó.

Él sonrió y le dio un beso corto, rápido.

—Yo también.

—Quiero otro beso —sonrió mirándolo a los ojos.

El rubio se giró hacia atrás, comprobando que nadie estuviera cerca, y luego la tomó del rostro, besándola. Ilu se giró sobre él, y apoyó sus manos en el pecho de Summy, besándolo, ronroneando feliz, hasta que él la separó, respirando pesado.

—S-Sigamos viendo la película mejor.

Ella lo miró a los ojos, y suspiró, acostándose nuevamente sobre él. ¿Por qué? Si a ella le gustaba mucho cuando él la besaba de ese modo.

Sentía un cosquilleo en su vientre, deseo de solo tocarlo, acariciarlo, y besarlo hasta cansarse. Algo que sabía que sería imposible.

***

~Catorce y dieciséis años~

—Creo que era media hora —pronunció pensativo, antes de tomar la caja y leer las instrucciones.

Ambos estaban en la habitación de ella, y cómo el buen novio que era, estaban probando una mascarilla facial que la jovencita había comprado.

—Ten amor, te traje esto —sonrió sacando una bolsa grande de ositos de goma.

—Tú lo que quieres es engordarme.

—¡Claro que no! —rio—. Pero se que te gustan mucho, y cómo no te sentías bien, quería consentirte.

Ella sonrió suavemente y se acercó a él, dándole un beso corto en los labios, antes de sentarse sobre sus muslos, de espaldas a Summy y abrir la bolsa de ositos.

—Sí, sólo estaba un poco triste.

—¿Por qué? —le inquirió abrazándola por la cintura.

Ella se recostó sobre el pecho de él, mirando los ositos.

—Creo que cuando mi mamá sea más mayor, yo tendré que tomar su puesto, y no sé si estoy preparada para hacerlo, o si lo haría bien. No me gustaría decepcionar a mis papás.

—Pero tú no tienes la obligación de tomar su lugar, Ilu.

—No, pero así lo siento.

—¿Sabes cuál es tu única obligación?

—¿Estudiar? —pronunció aburrida, llevándose un osito a la boca.

—A parte de esa —rio.

—¿Cuál?

—Amarme mucho, mucho como yo te amo —le dijo besándola en el cuello, haciéndola reír.

Claro que lo amaba, lo amaba demasiado.

...

Las políticas de Wattpad son claras, nada de sexo antes de los 16, que es legal en Canadá. Así que... Su primera vez no estará.

Y recuerden, ellos no son humanos, no se espanten con los números uwu