No

3.8K 469 30
                                        

—Sí, lo sé, no tenemos motivos para hablar. Pero de todos modos me gustaría poder hacerlo, saber como estás, que ha sido de tu vida estos últimos años.

—Ah, entiendo, bueno, como verás, tengo una vida muy ocupada. Trabajo, cuido a mi hija, tiempo es algo que no me sobra. Ojalá los días tuvieras cuarenta y ocho horas a veces —sonrió.

—Cualquier tiempo que tengas, y quieras... Pasar conmigo, lo aceptaré.

—Em ¿Esto lo haces por culpa? Escucha, Sasha, lo que ocurrió aquella vez, pasó hace ocho años, ya no tiene importancia ¿De acuerdo? Todos está bien.

Sasha miró la cicatriz de su rostro, y Mafet lo entendió. Bajó la cabeza y sonrió levemente.

—No te preocupes, ya no duele tampoco, pero... Supongo que ésta marca representa lo que soy.

—Tu padre no debió actuar de ese modo —pronunció en un tono profundo, apretando los puños.

—No estaba preparado para saber, y mucho menos aceptar, que su hijo es gay, que amaba a otro hombre.

—Si hubiese estado contigo, nada de esto-

—No, Sasha, nada ocurre porque sí. Las cosas se dieron de este modo, porque así debió ser. Y es mejor dejar el pasado atrás.

El autobús se detuvo en la parada, y Mafet lo miró por un momento, sonriendo levemente.

—Que tengas una buena tarde.

Lo vio subirse, y como el autobús arrancaba. ¿Eso sería todo? No, claro que no. Comenzó a correr detrás del autobús, llegando a la siguiente parada primero, para poder tomarlo también.

—Pronto llegaremos a casa y papá...

Mafet dejó de hablar al escuchar a alguien respirar agitado junto a él. Levantó la cabeza, y se encontró con Sasha, que se sentó en el asiento de la fila de al lado, mirando hacia abajo.

—¿Qué haces aquí? —le inquirió desconcertado.

—H-Hablemos, de lo que sea —pronunció un poco más calmado, antes de mirarlo—. Ésta vez, te seguiré a dónde sea.

***

—Entonces ¿Qué has hecho estos últimos años? —preguntó el joven castaño, mientras tomaba algo de pasta en su tenedor.

—Estudié, me recibí de ingeniero agrónomo, vivo en un departamento bastante bonito, con una buena ubicación. Tengo un auto, suelo irme de vacaciones todos los años a diferentes países, me gusta viajar —sonrió.

Mafet asintió, mientras tomaba una albóndiga.

—Wou, se nota, has tenido una vida muy interesante —sonrió sirviéndose vino.

—¿Y tú?

—Pues, creo que lo único interesante en mi vida, es Honey.

—Sí, fuiste padre.

—Sí —sonrió—. De la niña más preciosa de todas.

Sasha había podido pasar unos momentos con la pequeña, mientras Mafet cocinaba. Y había descubierto que la bebé no era muy sociable, o tal vez no le caía bien él, ya que el muchacho se había notado extrañado con el comportamiento de la niña.

—¿Se separaron? ¿O sólo cumpliste con tus costumbres?

—¿Por qué te interesa saber sobre la madre de Honey?

—Es simple curiosidad.

—No creo que tenga relevancia —le dijo con simpleza, tomando otro trozo de carne.

—Lo que creo que no tiene sentido, es el misterio que le das al asunto —pronunció con cierta molestia.

—No hablo de mi vida privada, Sasha, y no lo tomes personal, no hablo con nadie de esto. La última vez que lo hice, me quedó marcada la piel.

...

Lamento mi ausencia, mi vida está siendo un desastre...

Los hijos de Kanat'maDonde viven las historias. Descúbrelo ahora