Los hijos de Kanat'ma

Sasha y Mafet

~12 años~

—Hm, siempre andas solo ¿Por qué?

Levantó la cabeza y observó al jovencito castaño que lo estaba mirando con una sonrisa divertida.

—¿Qué te importa?

Mafet abrió los ojos sorprendido, por aquella respuesta, y luego río, sentándose en frente de Sasha, que lucía realmente irritado.

—Creo que comienzo a entender porqué estás solo.

—No tengo ganas, ni tiempo, para perder contigo —le dijo poniéndose de pie.

—¿Sabes lo qué creo? —sonrió—. Qué no tienes ni puta idea de que eres, quién eres. Vives con los humanos, pero no eres como ellos. Vives ahora en la isla, y no actúas como nosotros. Apuesto que ni gruñir sabes.

Sasha se giró, mirándolo furioso, y gruñó en advertencia, tirando sus lindas orejas peludas hacia atrás. Mafet sonrió divertido, y ronroneo suavemente.

—Uy sí, muy salvaje el gatito emo.

—Vete a la mierda —masculló antes de salir de la cocina del instituto.

Mafet sonrió y apoyó su cabeza sobre sus manos. Qué tipo más gruñón.

***

~15 años~

—Muy bien, uno, dos, tres —dijo Cep, antes de tocar un silbato, y que ambos muchachos se enfrentaran.

Todos los jovencitos, tenían diez horas semanales de entrenamiento, dónde además de aprender defensa personal, debían aprender a luchar.

Era parte de ser oficial.

Sasha esquivó los golpes de Mafet, dándole uno en el vientre, que lo hizo sonreír con dificultad, haciéndolo retroceder, antes de que saltara para darle una patada, y que Sasha lo tomara del tobillo, arrojándolo lejos de él.

—Mafet, las patadas siempre abajo, si tu contrincante no está aturdido, esa será siempre la respuesta.

El castaño rodó los ojos, y se dirigió nuevamente hacia Sasha, con los puños en alto, dándole un par de golpes que Sasha correspondió, antes de agacharse y deslizar una de sus piernas hacia los pies de Sasha, haciéndolo caer.

Se subió arriba del otro muchachito, y sonrió, guiñándole un ojo, antes de darle unas palmaditas en el rostro, y ponerse de pie.

Sasha gruñó, y Cep dio por terminado su entrenamiento, llamando a dos chicos más.

Sasha y Mafet volvieron a las bancas, mientras el castaño tomaba su bolso, para sacar un botellón de agua.

—Buena pelea, no lo voy a negar.

—Vete a la mierda —gruñó.

Mafet lo observó confundido, y luego sonrió, dándole unas palmadas en su muslos.

—Ya fiera, baja un poco las testosteronas.

Sasha se puso de pie y salió del gimnasio, desconcertando a Mafet. ¿Qué diablos le pasaba? A veces parecía que Sasha tenía el período como las humanas, con sus cambios de humor tan repentinos.

***

Mafet estaba acostado en el suelo de su casa del árbol, que no era para nada una casa de niños, cuando sintió que alguien más trepaba.

—Si eres el enano gruñón, mejor vete, no estoy de humor para aguantarte —pronunció sin mirar.

—Lo siento.

—Claro, con un lo siento lo arreglas todo.

Terminó de subir y se sentó junto a Mafet, antes de acostarse a su lado y mirar el techo también.

—No sé ni porqué sigo siendo tu amigo, el único que tienes porque aguanto tu humor.

—Lo lamento, no es como si pueda controlar mí temperamento tan fácil, como los demás.

—Claro, excusas —exclamó el castaño antes de sentarse.

Sasha se sentó a su lado, mirándolo arrepentido.

—Oh no, nada de cachorro arrepentido, porque eso conmigo no funciona.

—Eres más dramático que una mujer ¿Lo sabes?

—Y tú más temperamental que una fiera salvaje, y eso que eres mitad humano.

Sasha suspiró y apoyó su rostro contra sus rodillas, ganándose una mirada curiosa de Mafet.

—¿Qué tienes?

—No estoy bien.

—¿Por qué? ¿Qué tienes? ¿Te golpeé muy fuerte? —le inquirió preocupado.

Sasha levantó la cabeza, lo miró, y sin dejarlo reaccionar, lo tomó del rostro, para besarlo.

No, no estaba bien, porque le gustaba su único amigo... Y no había visto jamás una bestia gay.

Y había creído que aquella sería la última vez que vería a Mafet, que lo golpearía... Pero no, el muchacho le correspondió, tomándolo de los hombros.

...

Políticas de Wattpad, no estará tampoco su primera vez uwu